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Éstas ultimas dos semanas fueron algo ajetreadas, entre los últimos acontecimientos, Sakura había estado bastante estresada y de mal humor. No era raro que le contestara mal a la gente después de desconectarse de la línea de sus pensamientos.

Luego de una serie de investigaciones, se había enviado preso a los 5 hombres que habían cometido varios delitos. En el momento en que sorprendieron a Sakura luego de encontrar a ése hombre tendido en el suelo, venían escapando de un robo a un banco que habían cometido.

Poco días después, la muchacha respiró con alivio al ir a la morgue a reconocer el cuerpo y cerciorarse de que ése no era su ex profesor.

Sin embargo, no lo había visto en estos días, algo no ayudaba en absoluto a que ella se calmara un poco y sus nervios diciparan.

En éste momento se encontraba de acá para allá, llevando guirnaldas de colores, globos con variedades de formas, servilletas, vasos descartables, entre otras muchas cosas más para el cumpleaños del pequeño Boruto.

Era temprano en la mañana, y parecía que el clima estaba de acuerdo en que se celebrara el acontecimiento.

-¡Mami! ¡Mami!-llamó el niño
-¿Qué pasa, cielo?-preguntó Hinata.
-¡Va a ser el mejor cumpleaños de todos! ¿Verdad?
-Así es, hijo.

Se encontraban en un local que Naruto había alquilado para poder festejar el cumpleaños de su hijo mayor, ya que el apartamento donde vivía no cabrían todos sus invitados. Entre ellos estaban sus amigos, sus padres y los amigos de su hijo.

Hinata, parada en una escalera, colgaba las guirnaldas en los bordes de las cortinas semi transparentes, de los grandes ventanales de cristal del local.

Kiba Inozuka entró por la puerta, acompañado de su gran perro Akamaru. El canino pegó un estruendoso ladrido que hizo sobresaltar a la pobre esposa Uzumaki, quién al perder levemente el equilibrio sobre la escalera, casi cae al suelo.

Para su suerte, Kiba logró agarrarla para que no se diera contra el suelo.

-¿Te encuentras bién?-preguntó.
-¡Kiba! ¡Ya te he dicho que no te aparezcas así con Akamaru! ¡Casi me mato!
-Es mi perro mujer ¿Dónde quieres que me lo meta?
-¡Puedes metertelo...!
-¡Ino!-reprendió Hinata.
-¿Qué ocurre?-Sakura se unió a la conversación, cargando un montón de cajas, que contenían copas y losa.

Kiba miró en dirección a la voz, pero no vió quién era la dueña de la voz, ya que ésta tenía el rostro tapado por las cajas.

-Permíteme ayudarte-dijo el muchacho tomando las cajas.
-Gracias Kiba-suspiró con alivio.
-¡Sakura! ¿Cómo estás?
-Muy bién ¿Tú?
-Bién, vine a ayudar con los preparativos...-miró a su alrededor, cada detalle era increíble, todo pulcramente ubicado y bién arreglado.- Llevan un buen trabajo chicas.-halagó.

Ya para el mediodía tenían todo preparado para el festejo, así que dejaron el local cerrado con llave y cada quién se fue a su trabajo, hogar o a dónde sea que tuviera que dirigirse.

Sakura pasó por la oficina de nuevo, a presentarse con la mujer que sustituiría su lugar en la compañía. Shikamaru le había dado el día libre a todos los que asistirian a la celebración de Boruto, incluso el mismo Shikamaru se tomó el día libre, pero al no querer que la actividad en la compañía sea nula, contrató cómo asistentes de turno, por decirlo de alguna manera.

-¡Buenos días, señorita Sakura!
-Buenos días-saludó en respuesta.

Subió a la caja de metal, saludando a Sasori que también había subido con ella. Al llegar al piso correspondiente, se despidió del hombre y se dirigió a la oficina.

¡pιenѕo enaмorarтe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora