No hay peor cosa para una madre que ver cómo su único hijo pierde cada día el brillo en sus ojos. Leopold ya no era ese inocente niño de 10 años, ella lo sabía perfectamente, pero su hijo siempre había conservado el brillo en su mirada. Al menos hasta ahora.
Butters jamás había sido un chico mentiroso, en realidad era el hijo ejemplar en todos los sentidos. Está vez Linda notaba que su hijo le ocultaba algo, por miedo. Ella hubiera vivido con eso de no ser por el pésimo estado en que se encontraba, su piel ligeramente más pálida, su falta de apetito, estaba segura, eso no era nada normal. Tenía miedo.
Había tratado de sacarle un poco de información de manera sutil, algunas indirectas. No había conseguido absolutamente nada, pero de alguna manera ella esperaba a que su pequeño retoño fuera sincero, que se abriera con ella, confiara cada una de sus preocupaciones y secretos. Linda siempre estaría para él, sin importar que fuera, incluso si Stephen no estaba de acuerdo, ella era capaz de dejar todo por Butters, incluyendo a su esposo.
De cierta manera se había aburrido de ser la mujer sumisa, de ver cómo su marido no dejaba ni siquiera pensar a su hijo y no poder hacer nada. La manía de Stephen de querer controlar todo era algo que jamás se esperó al casarse con él, y que una vez lo demostró, Linda no tuvo más remedio que aceptarlo con tal de continuar con la "maravillosa" vida que tenían. Cosas que sabía e ignoraba, muchas más de las que le gustaría, solo quería dejar eso de lado y enfocarse en lo bueno. Quería continuar con su efímera fantasía de que era el matrimonio perfecto, dejarse a sí misma confinada a la falsa utopía que llamada hogar.
La triste vida de una mujer enamorada, de una mujer insegura.
-¿Butters...? -Su suave voz resonó en la habitación.
-¿S-sí mamá? -Respondió Leo.
-¿Tienes miedo?
Butters le miró con cierta sorpresa, fingió demencia y huyó de su mirada.
-¿M-miedo? ¿D-de qué cosa?
-Yo también tengo miedo, ¿Sabes? Es más normal de lo que piensas, hijo... Tú sabes, puedes confiar en mí sí algo sucede ¿Verdad?
-Lo sé... -Replicó inmediatamente- Lo sé perfectamente.
-Vaya mierda... -Murmuró antes de dar un último trago a su copa llena de vino tinto.
(...)
-He notado que las cosas cambiaron un poco.
-¿Qué quieres decir con eso, judío? -Cartman frunció el entrecejo.
-Solo digo que... Butters está un poco raro... -Mencionó dubitativo.
-Lo sé -Eric meditó unos segundo antes de soltar la siguiente frase: -creo que es culpa de Kenny.
Eric lo había sospechado desde hace mucho, Butters no se acercaba cuando Kenneth estaba presente, ni siquiera les dirigía la mirada. Se le pasaba pegado a Clyde, casi ignorando la presencia de cualquier otra persona. Sí no era Donovan era Tweek y Craig. Antes el Team de Clyde obligaba a Leopold a andar junto a ellos, ahora Butters lo hacía porque debía.
Lo sabía. Había algo malo, pero aún no descubría todo.
-¿Culpa de Kenny...? No lo creo, ellos son mejores amigos... Nunca pelean... ¿Por qué sería culpa de él?
-Lo es. Pero no porque Kenny haya hecho algo malo, creo que el problema es otro... Soy un buen observador, pero no lo sé todo, judío de mierda -Se quejó lanzando la lata de bebida que tenía en la mano hacía el bote de basura más cercano, pero no cayó dentro.
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Al final del camino. (Bunny) [Fanfic South Park]
FanficCada vez que veía a Kenny McCormick una espina se clavaba en su garganta, los pétalos se acumulaban en su boca y el dolor aumentaba de tal manera que hasta respirar le era difícil. Un amor aparentemente no correspondido desencadenaría en el prolonga...