- Por favor acompañame (Tn). Quiero que estés conmigo durante el ritual.- Pidió Michael.
- Está bien, estaré contigo.- Volteé a verlo.
- Excelente.- Sonrió.
Lo abracé, apoyando mi cabeza en su pecho y escuchando su corazón latir, nos quedamos así por unos minutos. Aunque no me gustará la idea de participar en eso del ritual, quería quedarme junto a Michael y que supiera que siempre estaré con él.
- ¿Nunca te he dicho que me encanta tu cabello?- Preguntó separándose de mí y tomando mi mano.- No, nunca lo habías dicho.- Michael me indico que me sentará en la cama.
- Pues me encanta. Es tan hermoso, único y brillante... Como el resplandor de las estrellas.- Ambos nos sentamos.
- Es la primera vez que alguien me dice algo así.-
- Me alegra ser el primero.-
Alguien tocó la puerta, me levanté a abrir, era Samantha.
- Lamento la interrupción. Pero he traído esto para ustedes, es la vestimenta que deben usar durante el ritual.- Me dio dos túnicas negras.
- Pueden bajar en 10 minutos. Con permiso.-- Gracias.- Cerré la puerta con el pie y dejé las túnicas en la cama. - Son lindas, ¿No?-
- Si, muy suaves.- Michael tomo una.
Me puse la túnica sobre mi pijama gris. Lo bueno que la prenda es suficientemente larga para ocultar la pijama.
- ¡Listo! No se ve nada.-- Mmm no me gusta como se ve esto.- Señaló la parte de su camisa que se asoma por sobre la capa.
- No se ve mal o acaso quieres quitarte la camisa.-
- Que magnífica idea.- Se quitó su camisa y volvió a ponerse la prenda negra. - Mejor.-
- Bien.- Acomode el lazo de su cuello.
- ¿Lista?- Preguntó sujetandome de los hombros.
- Un poco nerviosa.- Ladeé la cabeza.
- Pero tú eres el que importa.-- Y tu me importas.-
- Vamos.-
Salimos de la habitación, encerré a Lila para evitar cualquier imprevisto, bajamos las escaleras y fuimos a la sala.Ahí nos esperaban el papa y las cardenales, pusieron una mesa en medio del lugar y en ella estaba atada una chica vestida de blanco, ella estaba dormida. También había varias velas y símbolos satánicos, todo esto me ponía nerviosa.
- Por aquí.- Mead nos indicó donde pararnos, Michael se queda en medio de la pared y yo en una esquina junto a Samantha.
La chica en la mesa empezó a despertar, todo el lugar está en completo silencio solo se podía escuchar la tenue lluvia que había comenzado afuera. Se veía asustada y los tres integrantes caminaron al frente.
Podía ver a Michael con su seño levemente fruncido, sin entender del todo la situación al igual que yo.
Anton, Mead y Samantha descubrieron sus cabezas, Lavey se acercó a la chica y susurró unas palabras que no alcance a escuchar con claridad, pero parecía que Michael si las entendió. Le dio un beso en la boca y después le pasó un cuchillo a Samantha.
- Para ti, Michael. Todo es por ti.- Dijo Samantha sujetando el cuchillo con ambas manos. Michael sonrió ante las palabras de la cardenal. - ¡Salve, Satanás!-
De un solo golpe clavo el arma en el abdomen de la chica. La pobre rubia ahogo un grito de dolor, Michael y yo nos sorprendimos por la repentina acción, pero Michael parecía emocionado.Lavey tomo el cuchillo aún clavado y corto en línea recta hacia el centro del pecho, los gritos de dolor no se hicieron esperar taladrando mis oídos. Hundió su mano en la herida mientras la joven suplicaba que parará. Estaba sufriendo y no podía ayudarla sin meterme en problemas con los presentes, lo único que pude hacer fue hacer un hechizo en voz baja para que todo pareciera un sueño para ella. En menos de cinco segundos ví como su último suspiro de vida escapaba entre sus labios.
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El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•
FanficPara ella, él era solo un niño perdido rodeado de personas despreciables. Para él, ella era capaz de destruir a cualquiera si se lo proponía. El destino les tenía preparado algo muy importante. Pero ellos decidirán si estarán juntos o en contra del...