Capítulo 1

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-Jack-

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-Jack-

—Oye... Oye... Levántate, tú. Oye... ¡J-Jackson!

Suelto un respingo en la cama cuando escucho como de manera tan poco delicada me nombran. Con el pulso acelerado miro frente a mí a... Maldita sea ¡Hubiera deseado que fuera una pesadilla!, Pero no, no fue un mal sueño, fue real, muy real. De verdad me case. Mier-.

—El buffet va a cerrar si no nos apuramos, vamos, de pie.

Enarco una ceja con los ojos aun adormilados —¿Qué hora es? —Le inquiero a la rubia al pie de la cama matrimonial. Bueno, al menos ya se peinó. Es una trenza que descansa en su hombro. Esa maraña de pelos que vi más temprano cuando ella se levantó creí que me iba a comer

Ella luce un bikini azul, el cual en la parte superior tenía flecos, la tela de esos caía sutilmente hasta el final de aquel sostén. Baje la mirada encontrándome con su vientre plano, de una nívea piel, tersa. Mostrándome también su estrecha cintura que hacía un enorme contraste con sus anchas caderas. La parte inferior del bikini era del mismo color que el sujetador, a este lo cubría con un pareo de gasa blanca amarrado con un nudo posado en su cintura del lado derecho, la tela llegaba hasta un poco más debajo de las rodillas.

Diablos, debería ayudarme no siendo de mi gusto... Pero, todo lo contrario, ella es de mi tipo. Incluso sin tener pizca de maquillaje como la noche anterior sigue viéndose hermosa. Es bella naturalmente... ¡¿Por qué tuvimos que conocernos de una forma tan mala?!, Tan siquiera si su forma de ser no me terminaba por gustar simplemente me alejaba y ya. Eso ahora no será posible, aunque quiera alejarme después no podre porque ¡Es mi esposa! Como lo detesto. Puede ser bella de la cabeza a los pies, solo que eso no me basta. Su forma de ser depende mucho y sinceramente no creo que su forma de ser vaya conmigo. Solo de mirar ese gesto tan malhumorado en su bonita cara me deja mucho en que pensar.

Detesto a mis padres por hacerme esto...

—Las once —Contestó, colocando las manos en jarras —, entra al baño y ponte tu traje de baño. Solo tenemos tres días de vacaciones y las quiero disfrutar. Apúrate.

Además, es mandona.

—Se te va a arrugar la cara con ese gesto, linda... —Mencione con una sonrisa maliciosa.

—Será lo mismo si forzó una sonrisa.

Arquee las cejas, tratando de reprimir la sonrisa que querían salir de mis labios —Touché.

—Vamos, deprisa, tengo hambre.

Asentí de mala gana al tiempo que me tallaba los ojos, seguido me estiré en la cama, soltando un largo bostezo —¿Por qué no te fuiste y ya? —Le cuestione sin aliento.

—No pensé que fuera educado, además no creo que no quieras desayunar, la comida estará hasta las cuatro —Aduras penas me brindo una sonrisa ladeada con sus labios rosas pálido.

¿Cómo Ser Un Matrimonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora