CAPITULO 22

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Decido romper el silencio incómodo, optando por un tema más neutral para aliviar la atmósfera tensa que se había formado entre nosotros. Observo la ciudad iluminada desde la ventana y comento:

- Londres es impresionante por la noche, ¿verdad? Es como un lienzo viviente.

Azael se gira hacia mí, pareciendo agradecido por el cambio de tema.

- Sí, definitivamente. Siempre me sorprende la energía de esta ciudad, especialmente de noche. Es como si tuviera una vida propia - responde, su tono de voz más relajado.

- Debe ser emocionante venir aquí con frecuencia por trabajo - comento, intentando mantener la conversación ligera.

Azael asiente con una sonrisa leve.

- Sí, tengo la suerte de poder visitar ciudades maravillosas como esta debido a mi trabajo. Aunque a veces el ritmo puede ser agotador - admite, mirando de nuevo hacia la ciudad.

- Entiendo, debe ser demandante. Pero al menos hay momentos como este, para disfrutar de las vistas - sugiero, tratando de encontrar un punto de conexión.

Azael sonríe sinceramente esta vez.

- Tienes razón, Janine. Es importante tomar esos momentos para apreciar lo que nos rodea, incluso en medio de las responsabilidades del trabajo - responde, su expresión algo más serena ahora.

Nos quedamos en silencio por un momento más, ambos absortos en la belleza de la vista nocturna de Londres. Agradezco internamente que la tensión inicial se esté disipando poco a poco.

- Bueno, supongo que deberíamos descansar un poco. Mañana será un día ocupado - sugiero finalmente, rompiendo el silencio de nuevo.

Azael asiente y se dirige hacia la habitación que eligió para descansar. Observo por última vez la ciudad desde la ventana, sintiendo una mezcla de emociones por el día tumultuoso que hemos tenido desde que llegamos a Londres.

Un breve recuerdo regresa a mi mente sobre la inesperada confesión acerca de su ex pareja. Realmente, debe tener mucho valor para actuar de esa manera. Es una mujer sin respeto y sin escrúpulos. A veces, nosotras las mujeres podemos tener momentos en los que no pensamos con claridad. Es una forma bonita de explicarlo.

Me recuesto sobre el cómodo sofá que se encontraba al lado del ventanal, quedándome embelesada con la preciosa vista de Londres. Me sentía en un verdadero sueño; jamás había viajado a esta ciudad. La vida cambia rápido, y las decisiones y acciones son sorprendentes. Cierro mis párpados, suspirando el frío aire de la ciudad, dejándome llevar por los brazos de Morfeo.

El peso de una sábana encima de mí me hace sobresaltar.

–Te quise levantar, pero tienes un sueño muy pesado –me explica debe ser por mi sorpresa.

Me sonrojo. ¡Qué vergüenza! ¿Habré roncado? Dios no quiera.

–No sé en qué momento caí rendida –digo, desviando la mirada.

–Mírame, Janine –me pide con paciencia. Le hago caso.

–¿Sí? –digo, un poco nerviosa.

–Me gusta cuando me miras –lo miro, asombrada.

–Señor Britt... –me interrumpe, poniendo su dedo índice en mis labios. Siento cómo mis piernas comienzan a ponerse como gelatina. Abro un poco la boca para articular algo, pero su cercanía y las sensaciones de su cuerpo al contacto con el mío me desconcentran. Posa sus labios sobre los míos, dándome un tierno y extraño beso.

Sálvame: El cambio que hace el amor verdadero a alguien con corazon de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora