little toy ─ kooktae

ú n i c o

TaeHyung sabía perfectamente que en el ambiente que estaba en ese momento, era ajetreado.
Pues aunque sabía que las cosas en el presente ya no eran como antiguamente, donde los niños deseaban con sus pequeñitas almas un juguete como regalo de navidad, de igual manera seguía contruyendo lindos juguetitos de madera para que a algún niño que no estuviera con sus ojos y cerebro fijos en la pantalla de algún aparato tecnológico, se fijara en ellos y les pidiera a sus padres que le compraran el pequeño juguete que quisieran.
Por lo mismo, cuando se acercó la navidad se entusiasmó en demasía, la felicidad salía por sus poros y su espíritu navideño había explotado por toda su tienda, hasta el punto de tener un pequeño arbolito navideño a un lado de la caja.

En este instante, se encontraba sonriendo con un brillito especial en sus ojitos, los cuales observaban atento a la pequeña niña que miraba con adoración una de las tantas casas de muñecas que había hecho con sus propias manos, le encantaban los niños, en serio le encantaban, la cosa que más deseaba con todas sus fuerzas era ser padre algún día, poder ver como su pequeño engendro le diga "Papá" Y que lo ama, sería lo mejor que podría escuchar.

Pero lamentablemente las cosas no siempre salen como quieres...

-Gracias por venir a Little Toy, que tenga un buen día.-Sonrió entregándole una caja con la pequeña casita en su interior al señor -el cual era el padre de la niña- y éste hizo una pequeña reverencia saliendo de la tienda junto con su hija.-¡Y feliz Navidad!

TaeHyung sonrió ampliamente dirigiéndo su vista hacia el lindo reloj que adornaba una de las paredes de su acogedora tienda; ya era hora de cerrar.
Cerró las vitrinas con llave al igual que la caja con el dinero, tomó su teléfono, su mochila y sus audífonos de atrás del mesón, sacó el cartel de "Abierto" Y lo volteó para que éste dijera "cerrado". Se puso su gorrito, su bufandita y su abrigo color beige. Ya cuando aseguró que no le faltaba nada por hacer suspiró agotado y salió del lugar.

-¡No!-Escuchó un estruendoso grito mientras ponía el primer candado para cerrar la rejilla. Dió un saltito en su lugar y se volteó viendo como un jóven con traje y con la respiración errática se acercaba.-N-no me digas q-que cerraste... P-por favor...

-Umh... Perdón señor pero así es.-TaeHyung torció la boca escuchando como su contrario chasqueba la lengua.-¿Necesitaba algo?...

-En dos semanas más es navidad y... Y necesito comprarle un regalo a mi hijo.-Explicó.-Él hace unos días me dijo que... Que con su niñera vinieron por aquí y le gustaron mucho los juguetes... Yo... De verdad, perdón por venir tan tarde pero mi trabajo no me permite salir minutos antes...-Se disculpó y el castañito lo observó con lástima, se veía muy urgido.-Te pagaré lo que quieras si me dejas comprar alguno ahora, en serio, lo que tu quieras.-Sacó rápidamente su billetera de su bolsillo.-

-¿Q-qué? No, no se preocupe señor. Tranquilo, puede entrar a ver y comprar alguno.-Sonrió comprensivo y el azabache sintió que había encontrado a un ángel caído del cielo.-

TaeHyung se dispuso a abrir el único candado que alcanzó a cerrar correctamente y abrió todo nuevamente, al entrar prendió las luces y dejó su mochila en una esquinita en el piso.-Puede ver tranquilo, no hay apuros...

-Muchas gracias...-Hizo una leve reverencia hacia el castañito dirigiéndose a las distintas repisas y vitrinas por toda la tienda. TaeHyung en un principio miraba su teléfono, pero de un momento a otro su vista se desvió totalmente al individuo junto a él, era realmente guapo, muy si es que tiene el derecho de calificar la belleza. Podía notar sus trabajados brazos por su traje y su pecho también por la camisa blanca que llevaba, además de sus muslos reflejados en los pantalones negros, oh Dios, se había enamorado de un desconocido.-Son hermosos... ¿Los haces tú?