Los Jung.

12 0 0
                                    

Jung Ho Seok y Jung Ji Woo dos mellizos siendo Ho Seok el primero en nacer.

Sus primeros 8 años de vida fueron perfectos, nunca un día triste. Pero... En los siguientes dos años toda su vida en ese momento se tornó obscura.

Sus padres a sus 10 años habían muerto debido a un choque, tuvieron que ir a vivir con su tía, la cual los trataba bastante mal, más de lo normal.

Ji Woo se tornó un ser obscuro y serio, lo contrario a como solía ser. Y su hermano Ho Seok siempre intentaba hacerla sonreír por más de que el se encontrará bastante derrotado por dentro.

Cada día era una tortura para los Jung, "limpia esto" "limpia aquello" "mira se cayó esto" "VETE A DORMIR HO SEOK, ERES INSOPORTABLE" "OJALA Y TE MUERAS HO SEOK!" eran las palabras de su tía, el que peor la pasaba era Ho Seok, el que siempre con una sonrisa obedecía a sus órdenes.

Principio, esas palabras eran de un principio, no les molestaba pues siempre que los visitaba era así. Pero unos dos o tres años después llegó a ser peor, Ji Woo era torturada y Ho Seok en ocasiones tocado sexualmente al igual que torturado.

Aparte de las fuertes palabras aguantaba que lo tocaran, besaran, torturaran, los fuertes castigos por una tarea mal echa, dormir en un incómodo suelo sin almohada, sin sábanas, que lo obligaron a ejercitarse y muchas cosas mas.

Cada noche lloraba en silencio sobre el piso, con dolores de espalda, pensando en por qué le tocó ese camino de vida.

También aguantaba los rechazos de su hermana, eso era lo que más le dolía. Siempre que la quería abrazar, hacer reír o cosas así su hermana lo rechazaba, lo maltrataba en ocasiones.

Ho Seok no tenía amigos, era un chico solitario, inteligente y callado. Aparte de que la mayoría de sus compañeros sabian lo que sufría.

En la noche, Miles de lágrimas rodeaban su delicado rostro mientras cubría su boca intentando no hacer ruido. Pues a un lado estaba su tía, la cual recientemente abuso de el de manera sexual.

Este se levantó algo frágil y de manera sigilosa para después cambiarse e irse al cuarto que le correspondía junto a su hermana.

El delicado cuerpo del menor entro al cuarto y comenzó a buscar algo grande, una caja, un bolso. Algo para poder guardar sus pertenencias (las cuales la mayoría eran fotos de sus padres y antiguos objetos de estos).

No tardó mucho, decidió usar su mochila y una bolsa de plástico... Comenzó a guardar con rapidez su ropa y pocos juguetes en la mochila, se colocó un buzo que era de su padre y siguió guardando sus pertenencias.

Este unos 15 minutos después termino, con los ojos inchados y el sueño atormentandole tomo sus cosas y salió de aquel cuarto camino a la puerta principal.

Con el mínimo ruido salió de la casa de su tía, sabiendo lo que podría llegar a pasar, huiría de ese lugar. Por más de que tenga que dormir bajo un puente.

Este comenzó a correr hacia su antigua casa y asegurarse de que no esté ocupada.

Quería volver a su hogar, a su verdadera casa.

Este al llegar pudo ver las luces del hogar encendidas y un delicioso olor a pasta con salsa inundó sus fosas nasales.

Con la mano temblorosa, sudada y los ojos con una nueva ligera capa de llanto tocó el timbre.

Y así fue por unas dos veces hasta que por fin abrieron. Una mujer de a lo sumo unos 30 años abrió aquella puerta y miro el cuerpo endurecido de Ho Seok.

Rápidamente este hablo:

-Disculpe... ¿Usted vive aquí?- la mujer asintió.

Este se limpio una lágrima que había caído recientemente e hizo una reverencia.

-Lamento mucho la interrupción.- un gran nudo en su garganta se había formado, sostuvo bien sus pertenencias y sin decir algo más se dio media vuelta y comenzó a dar cortos pasos sintiendo la mirada de aquella mujer.

Se sentó sobre una banca que estaba en el mismo patio y se quedó mirando al suelo, recordando antiguos momentos mientras dejaba salir libremente todo lo que se guardaba.

La mujer, ya había cerrado la puerta, pero no pasó mucho tiempo que salió del hogar y tocó el hombro del menor, exaltandolo.

Este se secó con las mangas del gran buzo que llevaba y miro a la mujer para después levantarse y hacer tres reverencias seguidas.

-Lamento si le molestó, ahora me iré...-

Tomo sus cosas las cuales había dejado a un lado y la mujer negó con la cabeza para después ofrecerle un poco de comida.

El menor negó rápidamente, no quería molestar a un extraño... Otra media vuelta se hizo presente y ahora sí, continuo caminando sin rumbo alguno, seguro dormiría en alguna banca y en la mañana trataría de irse de aquella ciudad.

Portaba con algo de dinero, lo suficiente para viajar a otro país.

Ese dinero se le fue dado cuando sus padres murieron, y nunca gasto un centavo o peso de aquel dinero.

Lo tenía bien guardado entre las cosas de sus padres.

Para ser específicos en una caja musical de ballet.

Su rumbo se detuvo frente al aeropuerto internacional de Sur Corea, no sabía cómo había llegado.

Lo primero que hizo fue entrar e ir hacia donde vendían los vuelos a cualquier parte.

Pregunto por el precio más barato a una salida sin vuelta, este vuelo fue a Detroit, salía en tres horas.

Rápidamente compro el vuelo y fue hacia los negocios que habían de comida y se pidió un combo de papas fritas, una milanesa de carne, una gaseosa y ensalada de tomate.

Sus papilas gustativas comenzaron a bailar por el exquisito sabor que en mucho tiempo no había vuelto a probar.

Su paso al comer era rápido, por lo que el mesero que lo atendió preocupado le dijo que se relajara y comiera despacio.

Obedeció al instante y disfruto de la exquisita comida con más cuidado mientras miraba a la gente de su al rededor correr en dirección a su vuelo.

Reía un poco por las caras y exaltaciones de la gente, ¿Hace cuánto que no lo hacía verdaderamente?

Quizás media hora después termino de comer, limpio su mesa y con lo que uso en manos al igual que petenencias fue hasta la caja.

-¿Donde puedo lavarlo?-

Fue lo que pregunto mientras miraba atrás del cajero que este miraba a Ho Seok algo sorprendido y gracioso.

Este negó y tomo las cosas que uso al comer y las dejo a un lado diciéndole que no debía de hacerlo y para eso estaban los coperos.

El menor hizo un puchero y asintió levemente para después acomodar sus cosas bien y ver comida envuelta enfrente de sus ojos.

La tomó mirando al mesero que lo atendió, le dio su comida pagada y está nueva.

Este solo le pidió que lo aceptará.

-No puedo pagarla- el mesero dijo que pagaría su comida y Ho Seok sonrió.

-muchas gracias- la sonrisa se le contagio al mesero.

Pues ¿A quien no se le contagiaria con esa perfecta sonrisa que carga?

El pequeño cuerpo de Ho Seok hizo una reverencia y fue hasta donde pararía su avión alejándose así cada vez más de aquel puesto mientras era observado por el mesero y el de la caja con extrañeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 05, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Oppa~ ¿Volverás? <°•|| Ho Seok ||•°>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora