La poca luz me deja ver su figura, no es claro, mi cabeza imagina cosas.
Lentamente lo veo caminar hacia la luz; vestido con ropas oscuras, es imposible descifrar el color de cada prenda. Una gorra de color oscuro cubre la mitad de su rostro, su cabeza baja. Me aterroriza ver su mano empuñada de un cuchillo de hoja ancha, siento mil cosquilleos en mi cuerpo y un miedo invade mi mente, cuerpo y corazón. Eleva lentamente su cabeza hasta que su cara queda expuesta a la poca luz; veo una sonrisa en sus labios, un poco de sangre en ellos y sobre su mejilla un poco más. Suelto el teléfono, este de inmediato cae el piso haciendo un fuerte sonido; siento mi corazón latir fuerte su mirada me provoca terror y su sonrisa me lleva al borde del infierno mismo.— ¿Jimin ya pediste la pizza? — dice la voz de Tae detrás de mí haciendo que salte colocando mi mano sobre mi pecho.
— Tae — digo agitado.
— ¿Estas bien? — se acerca rápidamente a mi — Estás pálido, vamos tienes que ir a...
— Vi a alguien afuera — digo mirando por el cristal tratando de encontrarlo pero el ya no está ahí. — Estaba ahí junto al farol de la esquina, tenía un cuchillo en la mano había sangre en su boca — mis palabras son rápidas como si estuviera al límite de la locura.
— Jimin tienes que dormir — dice él llevandome directo a mi habitación — Estás muy cansado y ya imaginas cosas.
— No fue ninguna imaginación — digo con un poco de molestia— ¿Por qué no me crees?
— No es que no te crea Jimin — dice mientras abre la puerta de la habitación con su mano — Pero es que esto es una locura, ¿quien se pondría a verte en la noche? Sólo un demente.
— ¿Y si él es un demente? — Pregunto sentándome sobre la cama — Y si él vino por mi, ¿quizás el fue quien dejo la carta en la puerta?
— Jimin — dice serio — tranquilo — se sienta a mi lado y me rodea con su brazo — Descansa un poco y mañana ya estarás mejor, es sólo tu imaginación por el cansancio has trabajado toda la semana sin tener un descanso apropiado.
— Lo sé, — digo bajando la mirada — Pero tengo que hacerlo para pagar mi Universidad, la renta y ayudar a mi madre con sus deudas.
— Tu madre nunca te ha ayudado Jimin — dice soltando mi hombro — Te dejo a tu suerte mientras ella gastaba el dinero que dejo tu padre antes de morir, convirtiéndose en una mujer alcohólica. Terminó en un hospital y ahora aquí estas tu pagando todo lo que ella dejó.
— Lo sé, pero es mi mamá.
— Duerme — dice para después ponerse de pie — Llámame por cualquier cosa que te asuste o moleste.Asiento y el se retira de la habitación dejándome completamente sólo, dejo salir un profundo suspiro y camino hasta el armario para buscar mi pijama, busco en medio de la ropa pero no lo encuentro así que tomo una remera de tela fina y un pantalón de la misma tela y cierro el armario.
Voy hasta la cama y comienzo a quitar mi ropa hasta quedar casi desnudo, sólo en ropa interior, el frío golpea contra mi piel provocando que mi cuerpo tiemble. De repente oigo un ruido detrás de la puerta de la habitación; veo mi bata junto a la cama y de inmediato la tomo y me la coloco esperando que sea Tae quien haya olvidado sus llaves y venga por ellas, realmente ese es mi deseo justo en este momento. Oigo pisadas dirigiéndose a la habitación, me invade el pánico y de inmediato me meto en la cama cubriendo mi cabeza con las colchas. Sigo temblando, oigo el sonido de la puerta abrirse me siento aterrado.— Hola — dice una voz totalmente desconocida, de inmediato entro en pánico y cierro mis ojos mientras aprieto mis manos — ¿Leíste mi carta? Lindo niño.
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Cartas De Un Asesino ©
Fanfiction♦LIBRO 2: CARTAS A UN ASESINO♦ Un día cualquiera el encontró en la puerta de su casa un pequeño sobre blanco, en su interior una carta se encontraba, llena de frases hermosas. Su corazón añora saber quien es el dueño de estas hermosas palabras, de...