Miedo al rechazo.
Así se llama la pequeña liebre que me acompaña continuamente a todas partes desde los trece años. No se llama "miedo" a secas tiene un segundo nombre, no se llama "falta de atención" ni tampoco "anti-social", se llama Miedo al Rechazo y es un pequeño animalito que vive dentro de mí. ¿Por qué una liebre os preguntaréis? Pues porque es con el animal con el que se asimila el miedo, aunque esto puede variar según donde lo busques.
Esta pequeña liebre crece y crece cada vez, al principio no me daba cuenta porque siempre me ha gustado conocer gente, no me importaba hablar con la gente, no me daba vergüenza, no me daba miedo. Pero últimamente me he dado cuenta de que apenas me quedan amigos, que por una parte es mejor así, mejor tener pocos amigos de verdad que muchos que solo estén para las risas, pero me he dado cuenta a raíz de esto de que de repente me da vergüenza acercarme a alguien para hablar, o incluso a través de una pantalla, y es aquí donde comienza esta carta que no tiene un único destinatario, sino varios.
Papá... Tú fuiste el primero...
Me hiciste pensar que había hecho algo mal, que no habíamos sido suficiente para ti en esos trece años de vida que tenía que tuviste que dejarnos para aparecer a los dos meses con otra familia nueva. Se acabaron los besos, los abrazos, los te quiero... Mi héroe sin capa acabó rompiéndose en pedazos como una muñeca de porcelana, pero tranquilo, estoy bien, he aprendido a vivir con mis pedazos rotos.- Y ahí nació la pequeña liebre.-
Mi primer amor, un chico mayor que yo, del mismo instituto... esto no habría empezado si tú no me hubieras hablado.
Época del tuenti, un días así porque sí recibo tu primer mensaje pero decidí ignorarlo, pero tú no podías haberlo dejado estar, no, tenías que insistir. Hablamos, y mucho, pero todo era puro mensaje, me veías en persona y simplemente sonreías, yo te saludaba y me dejabas con el saludo en la boca. Te entiendo, eras popular en el instituto, ¿qué pensarían tus amigos de que estabas hablando con la chica de primer curso? La culpa no es tuya, la culpa es mía por creerme tus palabras, porque la que nace tonta muere tonta. -La liebre empieza a hacerme cosquillas en el pecho.-
Con el paso del tiempo una empieza a tontear con los chicos, sale con algunos y la gustan otros pero yo no supe elegir muy bien, puedo llamarlo suerte o puedo llamarlo una mala bala certera, pero mis malas elecciones solo sirvieron para irme creando más presión en el pecho, para ir alimentando esa liebre que se escondía poco a poco detrás de una chica de apariencia variable, porque claro, las críticas de la gente nunca cesan.
Y de repente llega un chico maravilloso que rompe mis esquemas, que hace que deje de sentirme tonta y torpe, que hace que me quiera un poco más y deje de ver la vida un poco menos negra y un poco más colorida, pero como he dicho soy tonta de remate, y deje ir a quién más quería, yo no quería, de verdad que no, pero un fuerte dolor en el pecho me impedía seguir viéndote como novio... y eso me rompió por completo, te puedo jurar que así fue y por gilipollas ahora tengo que verte día a día feliz con otra que no soy yo, pero aún así, cada vez que te veo sonreír me alegro de que aquello que hice al final no acabara contigo, sino que te haya hecho más fuerte...
-Piel fría, pies descalzos, ojos rojos, insomnio o somnolencia, pelo sin peinar, dolor en el pecho, corazón roto.-
Intenté ser valiente una vez más, hablé a dos chicos que me gustaban, sigo esperando su respuesta. Conocí a más gente, por supuesto. Todos los días me miraba al espejo y leía la frase que mi madre me escribió el día que mi padre se marcho "Puedes con esto, solo sonríe preciosa." Y todos los días me pintaba mi mejor sonrisa, aunque por dentro no sintiera nada...
Hasta aquí todo lo que puedo decir es que siempre va a haber personas que harán crecer a tu liebre interior, sin darse cuenta o a posta, y aunque la gente te diga que tú eres el único que puede hacer que no te afecten las cosas es totalmente mentira, por mucho que lo intentas todo se vuelve más difícil que la vez pasada. Todo se vuelve oscuro.
- Negro, frío, sudor frío, manos sudadas, liebre, temblores, mente en blanco, dolor, miedo. -
Estoy contigo, no dejes de creer.
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Cartas para él.
RandomEste libro no es un diario, no es una novela, simplemente son cartas que me gustaría dedicar a muchas personas, no necesariamente a ex novios o chicos que me han gustado o me gustan, sino que pueden ir dedicadas a mi padre, a mi hermano, a mi primo...