Hoy, Mañana y Siempre.

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Las hojas empiezan a cambiar. El verde vivo del verano está comenzando a marchitarse, mudarse y a caer en tonos naranja, amarillo y marrón. Los árboles estiran sus ramas por última vez antes de enfrentar la brisa de la estación, desnuda y fría.


Doy un pequeño paseo por el parque el primer día de otoño, mirando las hojas bailar sobre la hierba. Otras personas igual que yo admiran su belleza y texturas; minutos pasan mientras miran los distintos colores de las ramas sobre ellos. Casi se pueden tomar esta temporada, como puramente visual. La belleza de la naturaleza está en todos lados. Veo el verdadero mensaje dentro de las hojas. Es la temporada en la que te conocí. Han pasado cuatro años, seis meses y once días. Es mucho tiempo, pero nunca sería suficiente, incluso si tuviéramos más de mil millones de años por delante, nunca sería suficiente tiempo estar con ella.


Y allí está ella, sentada en el banco, mirando al lago. Su largo y ondulado cabello rubio, fluye con gracia contra el viento. Pare un ángel caído, frágil y vulnerable, que solo me impulsa a ser su guardián protector. Ella sientes mi repentina presencia a su lado y mira en mi dirección.


"¿Puedo tomar asiento?" Sonrío y palmeé el espacio vacío a su lado. Ella me da una mirada vacilante y se encoges de hombros.


"Por supuesto"


Me siento y nos quedamos mirando al lago en silencio. El lago estaba vacío y solitario... si no fuera por el calor de chocolate caliente y el café en mi mano, apuesto a que mis manos ya estarían entumecidas. Te miro, solo llevas un vestido sencillo sin una chaqueta encima.


"Eres una super chica, ¿cierto?. Salir con una ropa tan ligera con este clima "Ella solo ríe de mi sarcasmo.


"Bueno, lo tomare como un cumplido", dice. Gemio en molestia, ¿Por qué ella siempre es tan imprudente? Me quito la chaqueta y se la presto.


"Oh no por favor no lo hagas. De verdad, estoy bien así "Dejo escapar un profundo suspiro con su respuesta y le entrego el chocolate caliente que preparé para ella.


"Al menos acepta esto, ¿por favor?" Ella me mira por un minuto hasta que por fin, decide tomar el vaso de mi mano.


Y ahí va otra vez el silencio.


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"Gracias" murmura lentamente y bebe un poco. Bueno, eso me hace esbozar una pequeña sonrisa.


La Luna mantiene un ojo vigilante sobre la Tierra. El cielo y las estrellas aparecer mientras el Sol deja su turno y se va a descansar.


"¿No crees que es hermoso?" Preguntó de repente. Ella solo deja escapar un zumbido de acuerdo y un débil asentimiento.


"Bueno, por muy hermoso que sea, tu prefieres el verano al otoño", respondo. Ella rie.


HOY, MAÑANA Y SIEMPRE / CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora