No seré un problema para el oficial Johnson, ademas ni siquiera lo conozco y aunque se ve una buena persona me sentiré incómoda. Seré una cargar.
— Muchas gracias, oficial, pero no puedo aprovecharme de su buen corazón —dejó la bandeja en mi regazo mientras yo me acomodaba.
— No me des las gracias y acepta lo que te estoy ofreciendo, ademas, así tu padre lo hubiese querido—¿conocía a mi padre? Se dió cuenta de lo confundida que está y siguió hablando—, Mi padre y el tuyo fueron grandes amigos, pero ahora termina todo eso que nos vamos en unos minutos —sonrió de una forma tan amable que creo que hasta yo sonreír pero sin mostrar los dientes.
(...)
Salimos del hospital recibiendo el aire frío y la oscuridad. Siento como ese aire frío se va metiendo por mi piel, como si no estuviera nada que me protegiera.
Pero ahora estoy sola.
No estoy segura de irme con el oficial Johnson pero ¿que otra opción tengo? Al parecer nadie de mi familia quiere saber que ha pasado, todo es como si se los hubiera tragado la tierra.
Pero eso no es la más difícil, cuando le pregunte a Johnson sobre el entierro dijo que sería llevado a cabo mañana y que no tendría que preocuparme por nada ya que él se hará cargo. Me sentí tan agradecida que lloré, por lo menos alguien me ayudaría en este infierno.
El trayecto hacia donde sería mi nuevo hogar fue silencioso, Johnson maneja mientras que yo me dispongo a ver por la venta. Pequeñas gotas comenzaron a caer y me perdí en el sonido que hacen al caer contra el vidrio.
Me hundí más en mi asiento sintiendo la comodidad de este. Quizás Johnson se dio cuenta de que estaba comenzando a hacer frío o el aire acondicionado no estaba lo suficientemente alto como para calentar el interior del auto.
Le agradezco interiormente ya que las palabras no me salen.
Johnson entró al estacionamiento de un edificio alto y aunque esté oscuro puedo ver algunos detalles navideños en los balcones. Aparté la mirada enseguida, ahora esta época del año será la que más odiaré.
Nos bajamos del auto y sentí como la brisa fría se entra por debajo de mi ropa, dándome unos escalofríos cosa que no me importa. Johnson puso su chaqueta alrededor de mis hombro y aunque no quiero aceptarlo no rechisté ya que no tengo ganas, solo quiero encerrarme y llorar hasta dormirme.
Entramos al elevador y Johnson presionó el piso siete y lo primero que me pasó por la cabeza es que es una altura considerable para una persona morir.
— Espero que te sientas cómoda, desde ahora esta será tu casa —dijo una vez que entramos—. Te mostraré tu habitación y no te preocupes por ropa...—no lo deje terminar.
— Gracias, de verdad muchas gracias por todo lo que estás haciendo por mi, Johnson —mis ojos de llenaron de lagrimas las cuales bajaron por mis mejillas y las que rápidamente Johnson limpió con sus pulgares.
— No tienes nada que agradecerme, todo lo que hago por ti lo hago con gusto. Y aunque nos no llegamos a conocer antes de que todo esto pasara te aseguro que aquí tienes a alguien —besó mi frente y me envolvió en un reconfortante abrazo, no respondí de inmediato pero al final lo hice.
No pude evitar que las lagrimas cayeran porque es lo que necesito; sacar todo este dolor. Siento que si lo acumulo el dolor seguirá creciendo hasta que ya no pueda más y acabe conmigo. De solo pensar que no veré jamás sus sonrisa mientras sus ojos brillan solo me dan ganas de llorar hasta cansarme.
No sé qué haré...
— Tranquila, todo estará bien, yo estaré contigo —no sé porque pero me creí sus palabras.
Esas palabras me hicieron sentir protegida, él estará conmigo y aunque llevo solo días de conocerlo sé que no me dejará caer en un abismo.
Porque él estará conmigo.
ESTÁS LEYENDO
En El Olvido ©
KurzgeschichtenCassandra Jenkins sintió que su vida se derrumbaría luego de haber perdido a sus padres y a su hermana pequeña en un incendio. Sentía que ya nada tendría sentido sin ellos y no tenía ganas de vivir. Pero luego llegó él para evitar que se derrumbase...