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Yo ya me había acostumbrado a la oscuridad y estar sola, pero como un príncipe azul, el se encontraba allí junto a mí, mirándome y haciéndome preguntas sin tener en cuenta acerca de que es lo que pueda opinar.

Mis pequeños ojos marrones oscuros, observaban sus movimientos y cada vez que se acercaba a mí, yo inmediatamente dirigía mi mirada a otro lugar. El se daba cuenta pero permanecía en silencio. Unos segundos después, justo cuando lo volvía a mirar, él tenía entre sus labios una pequeña sonrisa de satisfacción, pero de pronto, cuando todo parecía estar perfectamente bien, sus grandes ojos brillantes posaron en mí con lucidez. Me sentí la persona más idiota del mundo.

- ¿Qué pasa? -pregunto. -Estas todavía fría ¿Quieres otra taza de chocolate? No creo que se haya enfriado.

Yo negué con la cabeza y luego la incline. Mi corazón tenía ganas de salirse de su lugar y corretear de alegría por toda la casa pero yo lo impedí.

-Aun no puedo entender cómo es que llegaste hasta aquí -dijo. Sus palabras me dieron escalofríos. -Y como es que encontraste esta cabaña.

Yo delicadamente me ahogue con el chocolate, derramando además todo el contenido dentro de la taza. Yo voltee mi cuerpo evitando ver su presencia. Me sentí insegura al estar en esa situación, el no sabía nada acerca de mi, sin embargo, cuidaba de mi como una amiga que haya conocido desde tiempo.

- ¿Te sucede algo? -Su voz realmente sonaba preocupada -Desde que llegaste no has pronunciado palabra... ni siquiera me has dicho tu nombre.

¿Mi nombre? ¿Quieres saber mi nombre? Eso está fuera de los límites. Al decirle mi nombre, era como ponerlo en peligro sin que lo esté. Cosa deslumbrante haciéndome preguntas demasiadas difíciles para mi estado.

-Me siento algo cansada, eso es todo. -conteste con una voz apagada, como de ultratumba.

Al ver que le había contestado, se acerco a mí con lentitud y me sonrió. Se sentó frente a mí, poso una de sus manos encima de mi cabeza y lo desordeno como un niño en sus momentos de diversión. Yo lo evite quitando su mano de mí y retrocedí.

-Lo siento -fue lo que dijo -No pensaba que fueras muy...

Dudo en decirlo, pero yo ya sabía cuál era la respuesta.

-Rara -dije con suavidad.

El negó con las dos manos, moviendo su cabeza de un lado a otro. Yo mire al suelo evitando sonreír a su lindura.

-No, no, no -el miro su taza de chocolate. -No es lo que quería decir...

El se quedo mirando la taza varios segundos, como si estuviera pensando en que decir, o como disculparse. Yo me aleje de él nuevamente dando largos pasos desde mi lugar y me arrinconé hacia la pared. Junté mis piernas y puse mis manos alrededor de ellas.

-No creo que tu estado sea raro -sus ojos brillaban, con tristeza -sin embargo, yo aún no sé cuál es tu problema.

Sentí un pequeño dolor en mi corazón. El quería saber de mí, pero yo lo evitaba de alguna forma.

Sus ojos de nuevo. Baje la mirada.

El se acercaba a mí.

No tenía a donde retroceder.

Poco a poco

Comenzaba a acorralarme.

***

Yo impide que de nuevo el trate de hacer una locura. Pero el solo me empujo con fuerza, haciendo que mi frágil y débil cuerpo chocara contra la fría pared. Los quejidos, gritos y lamentos de mi familia, se escuchaban como ecos en mis oídos. Me atormentaba la situación en la que pasaba mis hermanos y mi madre a causa de ese tipo miserable. La paciencia poco a poco conseguía más y más fuerza dentro de mí ser.

Tenía formados en mis manos, un par de puños, listo para atacar y matar. Me dirigí hasta el hombre, aún dolorida, y me lancé en su espalda. Pero nuevamente recibí un fuerte golpe, cayendo casi justo al lado de mi madre.

Me queje, lloré de dolor, pero nada de eso servía. Mi madre me toco el hombro con su mano lleno de sangre.

-Vete de aquí, ahora -dijo. Yo negué, y me zafe de agarre para ir otra vez a contra atacar.

- ¡Te dije que te vayas, ahora! -grito. Me asuste. Pero no por lo que dijo ella, si no por el temor de que el hombre haya podido escuchar. Voltee a ver a mi madre y le negué.

-Hija... -ella bajo su rostro. -Salva su vida y no la trates de perder por causa nuestra. Vete Joohyun.

Lagrimas salían de sus pequeños y arrugados ojos. Yo le pase con suavidad las yemas de mis dedos y lloré en silencio.

Me levante de que él se diera cuenta y paso a paso, trate de no hacer ruido absoluto. Podía ver observar como abusaba de mi hermano Sehun. Tenía que ganas de tomar su arma y dispararle su maldita cabeza.

- ¡Juro vengarme! -dije y me retire del lugar.

***

- ¡Hey! -sentía como dos manos sostenían mis hombros. - ¿Estás bien?

Asustada yo lo tomé de las muñecas y lo lancé con fuerza. Él impacto sobre el acolchonado y suave sofá. Yo suspire con tranquilidad al saber que no se hizo daño y con miedo comencé a acercarme hasta donde su cuerpo estaba tirado. Sentía su respiración. Presentía que aún estaba vivo. Le tiré un pequeño golpe con mi pie en su espalda. Él aun permanecía inmóvil.

Esta vez yo estaba al frente de su cara. Y le golpee suavemente con las yemas de mis dedos.

-Responde por favor -dije angustiada - Aún no quiero ser una asesina. No de un ser inocente.

Me acerqué más, un poco más, demasiado cerca, hasta que...

El se levantó de golpe, tomó mis manos, y tumbó mi cuerpo hacia el suelo. El se encontraba encima de mí, mirándome con sus saltarines y brillosos ojos.

- ¿Asesina? Por poco y casi te convertías en una ¿eh? -yo intente zafarme de su amarre, pero no podía hacerlo. Algo me lo impedía. -Ahora, pequeña extraña, ¿me vas a decir quién eres realmente?

Yo moví con cabeza de un lado a otro con molestia. El sonrió tiernamente y nuevamente me miró hacia los ojos.

- Vamos, tan malo me ves -trató de bromear, pero no era la ocasión de hacerlo, aún cuando el permanecía encima de mí -Yo no soy capaz ni de matar a un mosca. Ni eso.

-Yo... -tartamudee -Yo...

-Si no me dices ahora, te robaré un beso. -dijo. Yo me quede helada. Al verme de esa manera, el carcajeo burlonamente -Solo bromeaba, pequeña extraña.

-Si te digo mi nombre, ¿puedes prometerme algo? -sus ojos tornaron a preocupación. Pero luego asintió. -No se lo digas nadie, si te preguntan por mí, aún si la persona quien lo pregunta parecer ser la persona más amable y confiable del mundo.

-Está bien, pero tendrás que decirme aparte el motivo. Incluye tu nombre -dijo.

-JooHyun -respiré -mi nombre es Seo Joohyun.

OscureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora