Apretó sus manos sobre sus piernas, que descansaban en puños, y su rostro lo sentía caliente por la vergüenza. ¿Porque pensó que eso era una buena idea? No es que tuviera muchas alternativas, y aún menos amigos...
Suspiró profundo, sintiéndose como esas veces en que Francia lo avergonzó fácilmente, especialmente cuando eran unas naciones jóvenes.
—Si me permites preguntar sobre los detalles del problema que quería hablar conmigo, así puedo ayudar —habló Japón sentándose a un lado de Arthur con una charola de té, con voz suave y esa excesiva formalidad observó el estanque frente a ellos—. ¿Es relacionado con economía y política?
Arthur guardó silencio, y tras apretar sus labios para ignorar su vergüenza negó con la cabeza y en voz baja. Japón comprensivo como era, asintió.
—No es trabajo entonces, ¿es acaso algo personal? —Sí era algo personal, pensaba Japón, lo más seguro es que tuviera relación con alguien cercano a Arthur—, ¿con otra nación?
—I...! There's no...! —tartamudeo, luchando con sus palabras, su vergüenza, y el orgullo que siempre le detenía de ser honesto. Sí seguía así, no iba a llegar a ningún lado, así que tras tragar para pasar el nudo en su garganta, respondió—: I mean, yes... It does.
Japón se sentía un poco sorprendido de que su amigo quisiera consejo, o hablar de algo personal. No quería ser entrometido, ni abusar de la confianza que le tenía Inglaterra; sin embargo, debía saber exactamente qué pasaba, y es que quería aconsejar adecuadamente a Arthur.
Tal vez podría aventurar algunas suposiciones: sí era una nación cercana, no existían muchas con lazos fuera de política o economía, habló sintiéndose atrevido por indagar:
—De casualidad, ¿tiene que ver con Estados Unidos, o quizás Canadá? —murmuró incómodo por lo personal del tema.
—No...no es ninguno —Inglaterra giró su rostro a la dirección contraria de donde estaba Japón; no podía intentar decir el nombre de Francia sin que sintiera su rostro arder, o hablar de lo que dijo esa noche sin pensar en cuán equivocado fue lo que dijo—. Es, ya sabes...ese hombre molesto, y asfixiante...
—¿Alfred? ¿Entonces sí es Alfred-san? —preguntó Kiku dando una palmada con sus manos—. ¿Tiene que ver con su acoso a los países latinos?
—¡Es sobre Francia! —gritó exasperado—. Lo que quiero decirte es que yo, bueno, Si...Si...
—¿Sí?
—¡Siento algo por él! —terminó de confesar ya perdiendo sus nervios, su rostro estaba tan rojo que podía parecer que tenía algún resfriado repentino—. Y él...él está enojado conmigo, porque dije algo que jamás debí decir.
—Oh... —Japón se quedó mudo, ignorando su taza de té verde tirada en el suelo, frente a sus pies.
Inglaterra vio que Japón estaba en una clase de parálisis por su sorpresa, así que decidió aprovechar la estupefacción de su amigo, para terminar de contar su historia, hundiendo en vergüenza propia cuando citó las palabras exactas que provocaron su actual predicamento.
—Fui...deje que lo peor de mi hablara —susurró finalmente.
Ya en ese punto, Japón había asimilado quien era el objeto del afecto del británico, por más extraño que sonara que fuera su principal enemigo muchos siglos. Pero suponía que las guerras posteriores los cambiaron a todos; después de todo, era igual de extraño que ellos fueran amigos. Con una sonrisa comprensiva, habló tras reflexionar unos minutos:
—Aquí, se cree en el destino, que las dos partes forman algo, y están conectadas por algo que llamamos el "hilo rojo" —explicó el oriental—. El que el destino te una a tu persona amada, no impide que haya problemas, ¿sabias? — dijo triste, pero sin dejar de sonreír amablemente—. El problema muchas veces, con mi gente, es que esperan que el destino actúe por ellos, que el hilo rojo sea lo que les sostenga, y terminan distanciados por esperar que las cosas sigan el mismo curso sin esfuerzo.
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Lost, In You [Hetalia] [UkFr]
Fiksi PenggemarArthur era la persona menos honesta que podría existir, especialmente consigo mismo. Llevaba años peleando y buscando guerras contra Francis; siglos y siglos anunciando su odio, esforzándose en hacerlo evidente, una mentira en realidad. En realida...