El clima se mostraba sombrío en Londres, aspecto que era bastante adecuado para su humor y estado reflexivo. Las palabras de Kiku, tan cargadas de verdad como iban, le parecieron también una clase de guía para apartar sus remordimientos. «El destino no es suficiente», resonaba con insistencia en sus pensamientos haciendo clara la culpa propia en sus errores con Francia; aunque hay que admitir que también era responsabilidad de los dos.
Habían pasado toda su vida juntos, en cierto sentido, al punto de que podían atribuirlo esas creencias místicas de las que habló con Japón; aunque todavía considerándolo absurdo aquellos pensamientos poéticos que realmente consideraban eso llamado "destino"—irónico, si consideraba las aportaciones de Shakespeare—. Pero ahora, su afán de pelearse, había puesto un muro entre ambos, que requería más que palabras bonitas o gestos ocasionales.
Vio por la ventana de su casa a la gente caminar con sombrillas bajo una insistente llovizna, y sus ojos no pudieron evitar caer en la bufanda colocada cuidadosamente en una silla, por la ventana, objeto que tenía ya bastante tiempo olvidando devolver. Si bien tuvo la intención de regresar esa prenda a su dueño en la desastrosa cena—que intentaba olvidar, pero Matthew encargaba de recordarle con cierta agresividad pasiva, al menos hasta que le demostrará que se había disculpado—. Pero con todas las complicaciones de los últimos días, sin dejar de lado una pila de trabajo—adicionando que Francia básicamente lo echó de su casa—, se le había olvidado el deseo de devolver la bufanda, objeto que seguía considerando a la prenda como una excusa para hablar con Francia.
Debía prepararse para la reunión de la tarde, odiaba la idea de llegar tarde; aunque con una noche de insomnio, no hizo más que acabar pendientes y sentarse a tomarse toda la tetera que calentó apenas clareo el cielo. Debido a que en la próxima junta de las naciones le tocaba a él ser el anfitrión, se sentía un poco más en control de su vida en esos días, además que probablemente los temas relacionados con la Unión Europea eran más estresantes.
Mientras revisaba, por doceava vez, sus notas para su reporte, se encontró apreciando un pequeño objeto de su oficina, algo sin importancia para una persona que no supiera su hhistoria pero era un recuerdo preciado para Arthur. En un librero de madera oscura, estaba una esfera de cristal con listón de color azul dentro, y que ataba un trozo de tela de un verde oscuro. Dejó por la paz sus papeles, y siguió viendo con interés en el objeto que había mandado a hacer hace mucho, conmemorando un evento que marcaba el fin de una amarga etapa.
—Definitivamente Francis nunca ha sido practico —comentó ausente caminando hacia el librero, y tomando el objeto con delicadeza. Recordó esos días, mientras veía el listón, del cabello de Francia, que usó en ese entonces, atando un trozó de su uniforme que portó ese día tan significativo.
¿Por qué había mandado a hacer eso? Ni si quiera él lo sabía, pero era un objeto importante, que siempre le ayudaba a revisar sus memorias buenas, esas donde ellos no estaban peleando; le ayudaba a rememorar el día en que rescataron a Francia, dando fin a la guerra.
Aunque a veces, como en esos días que se sentía inquieto, también recordaba sus miedos.
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A finales de 1945, Londres.
Las cosas seguían bastante caóticas, había demasiado que hacer para volver al ritmo normal de cada nación, y muchas se encontraban saliendo del impacto emocional que les dejó el conflicto; como era el caso de Bélgica, el desgraciado Polonia, y Francia. El daño en cada uno fue diferente, pero todas tenían en común la ocupación de sus territorios durante la guerra.
Por decisión conjunta de él con los chicos, en particular la insistencia de Canadá que apenas podía quedarse periodos cortos en Europa, preparó una habitación para que Francis pasara la fase inicial de su periodo de recuperación, con idea de que se quedara el tiempo necesario.
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Lost, In You [Hetalia] [UkFr]
FanfictionArthur era la persona menos honesta que podría existir, especialmente consigo mismo. Llevaba años peleando y buscando guerras contra Francis; siglos y siglos anunciando su odio, esforzándose en hacerlo evidente, una mentira en realidad. En realida...