Como una tortmenta de hojas de otoño,
bello y terrorífico,
inspirador y cautivante.
Como si pudieramos
ser lo suficientemente valientes,
para hecharnos en la hierba,
conectados.
Como la nieve,
que surca nuestros gélidos corazones,
tan fría que derrite y quema,
asesina por naturaleza.
Como el amanecer,
de un día que depara algo bueno,
caliente y brillante.
y feliz,
despide la noche.
Como la lluvia,
líquido infinito,
gotas transparentes.
Surcando cielos para luego caer,
como las mismas gotas,
nos cubrimos de ellas,
por miedo a mojarnos.
Como el viento,
misteriosamente importante,
para poder así
dejarnos llevar.