único

413 88 27
                                    

Hace ya mucho tiempo en
Goyang, provincia de Gyeonggi, vivía Oh SeHun, un pequeño niño inocente y sin malicia alguna que era observado con sorpresa y creciente preocupación por sus padres, quienes estaban asombrados y escandalizados por las oraciones nocturnas del pequeño al grado de llamar al sacerdote del pueblo, quien pensaba que los padres exageraban su protección y preocupación por él.

Los señores Oh lo invitaron pues a cenar y a observar detenidamente el comportamiento del chiquillo, quien no era sino un verdadero ángel a los ojos del clérigo.

Después de la cena el dulce SeHun se despidió y dirigió a su habitación, así pues los preocupados padres pidieron al clérigo acompañarlos, la oración comenzó normal.

"...Y cuida a mi mami, a mi papi, a mi abuela y mi hermano. ¡Ah! y por favor cuida mucho de Lucifer, pues nadie pide por él yo lo hago en su lugar, amén".

El padre se horrorizó ante semejantes palabras, pero a pesar de todo, la conducta del niño era intachable así que el clérigo solo ordeno el vigilar de cerca al pequeño.

Y el tiempo pasó pero lamentablemente las condiciones en las que la familia vivía no eran del todo "optimas". Con frecuencia caían en enfermedades y hambrunas. Sin embargo, esto no era motivo para que el pequeño dejase de rezar por el diablo, "Y por favor también cuida mucho de Lucifér, no entiendo por qué nadie pide por él, y yo lo haré en su lugar, amén" y así lo decía cada noche.

Un fatídico día de invierno mientras los padres salieron en busca de alimento para sus dos hijos, SeHun sufrió un lamentable accidente y murió.

La familia era tan humilde que no podían dar sepultura digna para su bebé y lloraban su miseria, cuando de la nada arribó a la humilde vivienda el mas majestuoso cortejo fúnebre que nunca se había visto en ese lugar u otra parte del mundo.

Rosas, coronas, una carroza elegantísima jalada por seis percherones negros y al frente del cortejo, un hermoso joven de piel blanca como la nieve, cabello negro y sedoso ataviado finamente en un traje de gran gala negro, tanta belleza cautivaba, pero lo que más impactaba eran sus ojos, grandes y rojos como la sangre, como carbón encendido, pero hermosos y cautivadores, bañados en lágrimas que ocultaban la verdadera fiereza de su dueño.

Inició la misa de cuerpo presente, la iglesia estaba a tope y el joven en primera fila seguía llorando sin mirar a nadie sino la pequeña cajita blanca de finísimo alabastro que contenía aquel angelical cuerpo.

Los padres del niño no se animaban a agradecer o cuestionar a su distinguido benefactor, quien cabizbajo seguía ahí en un solemne y silencioso llanto que desgarraba el alma del más valiente.

Finalmente el cortejo partió al cementerio en donde los padres, hermanos y familiares de los Oh tan solo pudieron contemplar el sepulcro más majestuoso jamás visto, al ingresar el pequeño féretro a su nido de descanso eterno aquél joven estalló en un llanto que dobló a mas de uno, los padres no sabían que hacer.

¿Cómo aquella persona desconocida podía haber amado y sentido tanto la muerte del niño?

Y como si hubiera leído sus mentes, volvió su fiera pero enternecedora mirada y con pena y dulzura infinita habló separando sus labios acorazonados.

—Por miles de años el mundo ha buscado la manera de tacharme de lo peor, desde tentador, ladrón, traidor, enemigo, hasta lo más ofensivo y blasfemo, pero SeHun...

Lágrimas siguieron bajando manchando sus mejillas, incluso su voz era demasiado hermosa. Pasó un fino pañuelo de seda por su rostro antes de proseguir. —Él con su dulzura, su inocencia, su amor infinito, todas las noches sin falta y a pesar de que era castigado por hacerlo nunca dejó de orar y pedir por mi, ni una sola noche.

Los padres pensaron que se trataba de un maestro del pequeño SeHun y le preguntaron por su nombre.

El joven se alejó y dio la vuelta hablando mientras caminaba.

—¿Recuerdan el final de las oraciones de su hijo? "Y bendice a Lucifer porque nadie pide por él así que yo pido por todos."

Dicho esto el joven desapareció.

Cada 12 de enero la majestuosa tumba es adornada de rosas rojas de exquisita belleza y se ve al joven llorar al pie de la cripta.

el niño que le rezaba al diablo; soohunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora