Prólogo

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Sicilia Italia 20 años atrás

Se encontraba en el auto que lo conducía hacia el pequeño restaurante donde se reuniría a la hora del desayuno para cerrar un negocio con uno de los futuros socios de la empresa familiar.

–Señor acaba de comunicarse la asistente del señor Donatello,– le comunica Felipe el asistente que van en la parte delantera del auto junto al conductor–  dice que le ha surgido un contratiempo y no podrá reunirse con usted ahora, se disculpa de antemano, pero se le es imposible asistir. –

–Nada más eso me falta–dije sin ocultar mi molestia. este tipo de cosas no me molestarías si estuviera en otras circunstancias, pero ahora no estoy para perder tiempo en esto y mi padre lo sabe, si estoy aquí es porque esto es fundamental para la empresa por eso deje de lado por un momento mi recorrido en busca de mi luna, además esto servía para fortalecer los lazos de la realeza con las mandas que estaban a nuestro cargo, y con los miembros de otros continentes.

-Entonces señor, ¿regresamos al hotel?- intervino el conductor, cuando dijo eso detallé que ya estábamos llegando a la plaza central.

-No, ustedes pueden regresar yo me quedaré aquí. Tiene el día libre.- no di oportunidad a que me respondieran solo salí del auto, necesito relajarme y pensar bien las cosas además muero de hambre.

Caminé un rato por las las calles viendo todo a mi al rededor, la verdad este lugar es bastante agradable, la gente el ambiente, todo, estaba pensando en cuál de todos los locales que habían en el lugar desayunaría  me dejé llevar por mis sentidos y el rico olor a Gardenias me llamaba, así que inevitablemente lo seguí, hasta que a lo lejos la ví, sentada en una mesa apartada, en uno de los restaurantes con vista al mar, con un vestido de verano rojo suelto estampado con lo que parece ser pequeñas flores blancas  y un sombrero.

~Es ella~ sin pensarlo dos veces me dirigí a ese mismo lugar después de ser conscientes que mis sentidos me habían traído de frente con la representación de todo lo que anhelaba.

Con paso decido me acerqué a esa mesa y  me senté en la silla que estaba al frente de ella, mientras ella estaba concentrada en una revista y ni se inmutó ante mi presencia, solo estaba ahí totalmente relajada. Estando cerca pude detallarla más, su cabello corto más arriba de los hombros, castaño y con suaves ondas mecidas por la brisa del mar era una visión gloriosa y su olor era delicioso, dulce y exquisito estoy tan abrumando con todo lo que me hace sentir con solo verla que no he pensado siquiera en hablar .

No pensé que te ibas a demorara tanto en llegar de haberlo sabido hubiera perdido mi desayuno hace rato – dice mírandome a los ojos y su voz calmada y natural me saca del trance en el que estoy, me doy cuenta que el camarero ya estaba ahí esperando mi orden ¿cuánto tiempo duré contemplando a esta maravillosa obra de arte?  

–¿Y usted señor que desea?

Trae lo mismo que yo ordene para el, gracias.–oí que le decía al camarero– yo creo que no eres mudo ¿verdad?– me dijo mientras hablaba y al tiempo hacía leguaje de señas –claramente burlándose de mi– y después mostraba su hermosa sonrisa.

No, lo siento, solo que eres...eres. hermosa más de lo que había podido imaginar algún día.–Ví cómo su cara se teñía de un leve carmesí y me daba una sonrisa–Mucho gusto Demian Cox  – Extendí mi mano para saludarla y ella la estrechó correspondiendo al saludo conectando su mirada con la mía  transmitiendo múltiples sensaciones por todo mi ser.

Secretos de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora