El pitido que desprende la alarma de mi teléfono móvil, resuena por toda la habitación, despertándome en el acto. No tardo ni dos segundos en sacar los brazos del interior de las sábanas, tomar el dispositivo entre mis manos y apagar el sonido para no interrumpir el sueño de Axel. Hecho esto, vuelvo a dejarlo sobre la mesilla que hay al lado del cabecero de la cama, con mucho tiento de no hacer más ruido del que ya ha producido el aparato de por sí.
Cuando hago el ademán de salir de la cama, los brazos del chico al que quiero, rodean mi torso al instante. Esto hace que mi espalda caiga de nuevo contra el colchón, lo que él aprovecha para acomodar su cabeza sobre mi pecho. Le echo un vistazo para comprobar si está despierto, pero no es así, sigue profundamente dormido. Una pequeña sonrisa se hace presente en mis labios ante su inconsciente acción de mantenerme a su lado.
Agarro el brazo que está por encima de mi abdomen con suavidad y lo aparto hacia un lado con sumo cuidado. A continuación, me deslizo por el borde de la cama mientras coloco su cabeza sobre la almohada, delicadamente. Una vez que soy libre, salgo de su habitación de puntillas y me dirijo al cuarto de baño para darme una ducha rápida. En cuanto he llegado a mi destino, cierro la puerta y comienzo a quitarme la ropa que Axel me prestó la noche anterior para dormir de encima.
Me meto en la bañera y corro las cortinas. Abro el grifo del agua caliente y fría y regulo la temperatura para no quemarme ni helarme. Conseguido el punto intermedio, dejo que el agua caiga por todo mi cuerpo, relajando cada uno de mis músculos. Pienso en la conversación que tuve ayer con Williams y siento como se me forma un nudo en el estómago al recordar sus palabras.
Él no conoce a Rosa de nada, entonces ella no puede ser la culpable. Pero, si no es ella... ¿quién es? La siguiente persona que se me pasa por la cabeza es Lina, es posible que ella me haya mentido y todo esto lo tuviera planeado desde mucho antes. Pero Axel no dijo nada más después de confirmar que, exactamente, era la niñera de su hermano. ¿Chelsea, tal vez? Tampoco tendría sentido. Él la ha visto en diversas ocasiones y nunca ha reaccionado como si la conociera de antes. Aunque sus cambios repentinos en el color de su pelo me hacen pensar que es ella. Sin embargo, ¿qué motivos tendría para asesinar a la mujer de Charlie? Todo esto es muy confuso... He entrado en un laberinto del cual no sé salir. Ni siquiera tengo noción alguna de qué camino tomar.
Cojo el jabón y, tras echar un poco en la palma de mi mano, empiezo a pasarlo por cada centímetro de mi piel. Cuando termino, me aclaro y me dispongo a enjabonar mi cabello.
—Buenos días. —La voz somnolienta de Axel hace acto de presencia.
—Hola —le devuelvo el saludo, notando como en mis labios se dibuja una pequeña sonrisa.
Me masajeo el cuero cabelludo con el champú mientras aguardo a que vuelva a hablar, pero al no oír ni una sola palabra salir de sus adentros, decido hacerlo yo.
—¿Te he despertado?
—Sí, pero no pasa nada. —Se ríe.
Escucho como sus pasos se acercan hacia mi posición con lentitud, después dejo de percibirlos.
—Oye... gracias por lo de ayer —me agradece—. Por estar ahí y animarme.
—Sabes que no tienes por qué darlas. —Niego con la cabeza, a pesar de que no me puede ver.
Tras terminar de lavarme el pelo, dejo que el agua de la ducha caiga sobre mi cabeza para que retire el jabón que hay en él. Axel suelta un suspiro de molestia, lo que hace que frunza el ceño un tanto confundida.
—Me va a reventar la puñetera cabeza —se queja.
No puedo evitar soltar una breve carcajada.
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Liberación | EN FÍSICO |
ActionDespués de haber conseguido dejar el café atrás, Kelsey Davenport tendrá que lidiar con los nuevos problemas que se le han presentado. Ya nada es lo que parece. Nadie es quién dice ser. Y en nada ni nadie podrá confiar como antes. Ella tendrá que lu...