5. Londres - Eloy MacQuoid.

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A medida que caminábamos a la entrada se escuchaba el rugir de un motor. Lili tiritaba más de lo normal como la vi en el salón de té. Llegamos a la salida y Victoria se cruzo frente a mí, por lo que choque con Lili y mi celular cayó al suelo. Al inclinarme entre las columnas griegas pude ver un chico blanco, con lentes de sol negros, cabello rubio y corto. Hablaba por teléfono, sus llaves las arrojo a las manos de un hombre vestido de negro, bajo con agilidad de la motocicleta, Lili bajo las escaleras y tomo su chaqueta de cuero.

(Eloy en multimedia)

Aun con el teléfono en el oído y una sonrisa contagiosa subió las escaleras caminando hasta Victoria. Vestía muy sencillo, camiseta gris, jeans azules y bototos marrones, tengo que aceptar que parecía sacado de H&M. Guardo el teléfono, rodeando a su madre con un brazo fornido, apegándola a él para darle un beso en la frente. Dijo algo que no alcance a escuchar, luego vi a Lili entrar en la casa, con las mejillas de colores, vuelvo la mirada a él y estaba frente a mí, en cuclillas al igual que yo.

- El es Eloy MacQuoid, Mi hijo -Oh mierda...Lo dijo muy orgullosa de él, debió tener perfectas calificaciones en la secundaria. Sonreí nerviosamente disculpándome mientras intente recoger las piezas de mi celular, pero el ya las había recogido- Ella es Abigail Villan, amiga de Thomas -se levanto y estiro su brazo, para que tomara su mano. La estreche y me levante.

- Mucho gusto Abigail -Soy una fanática del chocolate amargo, me gusta por su sabor fuerte, envolvente y delicioso. La voz de él era como el chocolate amargo. Me gustaría tener unos lentes como él, para ocultar la expresión perdida de mis ojos.

- Gracias. Un placer -miro el celular y lo armo.

- Cuídalo -lo puso en mis manos y volteo hacia su madre- Siento informarte que no puedo quedarme, solo he venido por un cambio de ropa.

- Loy, tenemos invitados. Habrá Pie and Mash -dijo para motivarle a quedarse.

- Guardas un poco para cuando vuelva. Hoy repare la cámara y necesito ir a la Colina -sonrió nuevamente de oreja a oreja.

- Puedes ir, pero lleva a Abigail contigo. No quiero que se aburra con este vejestorio -dijo poniéndose la mano en el pecho.

- No eres un vejestorio, aun te comportas como adolescente de seguro Abigail disfrutara de tu compañía.

- Ve por la cámara -dijo caminando al interior- Te llevaras a Abigail a tu excursión. Yo iré a ver a tu padre -desapareció por uno de los pasillos. El entro y yo me quede parada con mi celular en la mano. Yo no quería ser un fastidio por lo que quería a Thomas, en esos instantes.

Vamos. Escuche frente a mí, camine tras él, siguiéndolo por las escaleras. Bien, esto se siente incomodo y nuevo para mí ¿Quien me había pasado por alto alguna vez? ¿Quién no se ha quedado varios minutos mirándome? El apenas lo hizo.

Fuimos al ascensor, hasta llegar al tercer piso. Caminamos hasta el final del pasillos, sus piernas largas en un solo paso avanzaban lo que yo en tres. Al abrir la última puerta, me enfrente a una habitación impecablemente limpia y ordenada, con colores grises, azules y crema. El fue directo a una puerta doble al otro extremo de la habitación. En la pared paralela donde había entrado Eloy, llenaba una pared las fotografías de su madre, padre, amigos y amigas. Victoria era hermosa en su juventud, merecía ser de la realeza. No veía parecido alguno entre las dos, pero yo realmente soy muy poco a su lado. Al mirar mas allá de las fotografías se imponían grandes ventanas que dejaban ver bosque, era una vista muy relajante.

Mire al costado de la puerta, donde estaba parada. Había una repisa de vidrio, que parecía flotar en el aire con marcos de madera. Reconocí al instante muchas de las cámaras fotográficas analógicas presentes.

I Can't StopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora