Ajuste (Extra)

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-¡Mamá! ¡Papá!-él niño de ojos dorados y cabello castaño señaló al cielo junto con sus padres una vez que llegaran al hangar de la academia. Se le veía muy feliz-. ¡Miren! ¡Allí están!

Los pilotos de los MFE recorrieron el cielo con aire triunfal, causando un verdadero espectáculo para la ceremonia de inicio. Los niños pequeños soltaron exclamaciones emocionados y James, como un ex piloto, sonrió, con las manos en la chaqueta mientras observaba el espectáculo. Era nostálgico y casi mágico, pensar que ya hubieran pasado muchos años después de todo y estuviera aquí, en la futura ceremonia de su hijo como estudiante del Garrison. Era su alegría y orgullo, cada vez que lo miraba, era especial. La forma en que el niño lucía una sonrisa emocionada, tenía la misma edad que su madre cuando se infiltró y le causó risa esa coincidencia. Si uno lo miraba, podría decir que se asemejaba a James, con la sola excepción que tenía el cabello más despeinado, casi un nido de pájaros en vez de cabello y los ojos dorados que eran de su madre.

Él había adorado esa pequeño bebé rebosante de vida cuando nació y se sintió orgulloso que diera este gran paso en su vida.

Sonrió cariñosamente a su esposa, que se encontraba a cierta distancia, había estado enfadada por el hecho que se retrasaran para la ceremonia, pero enseguida su molestia se aligeró cuando su mirada cayó en el centro de su existencia emocionarse por esta allí.

-Si, cariño, están aquí, no creo que él tio Kinkade, la tía Rizavi y tía Ina se olvidaran de la ceremonia de su sobrino favorito-sonrió, mientras detenía su andar y los miraba con una sonrisa divertida-. Ha pasado un tiempo desde la última vez...¿no es así?

-Si-estuvo de acuerdo-Ha pasado un tiempo.

El niño tomó esta oportunidad para explorar la pista de aterrizaje con los otros niños, admirando los aviones en el cielo y emocionados por su primer día. Era algo especial y único, como James se sintió y mucho después cuando fue condecorado como comandante. En ese entonces, Ethan ya había nacido, por lo que por supuesto no lo recordaría. Para el niño, está era su primera vez, luego de mucho tiempo. Antes, él era muy pequeño y tenía solo tres años.

Ahora, todo se sentía como primera vez.

Le recordó, entonces, todo.

Las circunstancias en que se conocieron.

Las veces que frecuentaron y él era demasiado tímido para preguntarle.

James estaba tan sorprendido cuando lo escogió, por encima de su rival y los chicos que hubieran significado un rumbo diferente.

-Te quieto a ti-le dijo esa vez y él sintió que su corazón convulsionaba cuando lo dijo-. Me doy cuenta que quiero recorrer este camino contigo, quiero dar un nuevo paso en mi vida y no lo imagino con nadie que no seas tú.

La señora Griffin sonrió aún más, como si le leyera el pensamiento, el anillo de bodas con la promesa que se mantendría con él y no lo dejaría. Se acercó lo suficiente para rozar su frente con la suya, de forma tan intima que James temía que alguien los viera. No por vergüenza, pero había cosas que aún se sentía como si todo fuera el comienzo.

Tal vez lo era.

-¿Recordando el pasado?-susurró, tan bajo para que él solo pudiera escucharla, sintiendo su aliento mezclarse con el suyo.

-Recordando lo mucho que te amo, en realidad-sonrió, tomando su mano, los anillos rosándose uno con el otro, con la promesa solida que se mantendrían juntos a pesar todo-. Señora Griffin.

Porque ella hizo una elección, lastimando a alguien en el proceso.

Pidge siempre lo lamentaría.

Y James sabía lo mucho que le afectaba, por su mirada nostálgica y la separación de sus amigos en el proceso. Ella se despidió de una familia para comenzar una nueva al lado del hombre que amaba.

Por un momento, su sonrisa vaciló, recordando ese hecho que se sentía como lo único que ensombrecía su felicidad.

Pero James le recordó que no estaba sola, apretando más su mano.

-Hey...-susurró lo suficiente fuerte para que la escuchara y los ojos dorados lo miraron con atención, casi adoración-. Recuerda esto, te amo, más que nada. Estamos aquí juntos por nuestra propia decisión, podemos crear...nuestro propio futuro. Nada, absolutamente nada, me separara de tu lado, ¿okay

Pidge sonrió, pudo jurar que ella quería llorar de felicidad.

-Siempre, a tu lado, siempre...-prometió, desde el más fondo de su corazón.

La amaba y no se imaginaba una vida sin ella.

Entonces, Pidge se acercó lo suficiente para romper cualquier distancia entre ellos, chocando sus labios contra los suyos en una beso tierno y apasionado. James la acercó lo suficiente para fundirse en el beso, tomándola de la cintura y acercándola más, sintiendo los alientos entremezclarse y darle esa sensación que le gustaba. Acariciando con su pulgar los omoplatos y tomando una respiración más agitada.  Siempre le gustaba dejarla sin aliento y esta ve no era la excepción. Ella se aferró a su cuello, tratando de que la sensación y el sentimiento que le provocaba no terminaría, moldeandola al tacto y sintiéndola casi desfallecer.

James Griffin siempre fue un buen besador y nunca la decepcionaba.

O fue hasta que una pequeña figura se interpuso entre ellos, casi rompiendo el momento mágico. James se sorprendió de ver e a su hijo tratando de ser parte del momento a su manera.

-¡Miren! ¡Miren!-dijo, señalando al cielo, como los fuegos artificiales comenzaron a poblar el cielo del atardecer-. ¡Se lo van a perder si se enfrascan mucho en lo suyo!

Y ambos rieron, abrazando al niño entre medios de los dos, admirando el cielo antes de decir el adiós, quizás, podía tener razón.

Debían vivir el momento.





N/A: Entonces este es el final de la saga, creo que muchos queríamos que James a
ganara y tuviera su final feliz.

¿Comentarios?

Ay, lo siento Keith 💔

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