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Taehyung

Otro día más aquí. Encerrado en este puto lugar de mierda.

Los demás dicen que estoy loco pero ¿En serio lo estoy? No siento estarlo. Yo sé lo que veo. Lo que escucho. Él esta conmigo, él sigue aquí junto a mi. Pero nadie parece querer creerme o entenderlo. He hecho de todo para hacerles ver que es real, que mi amado Jiminie si existe. Incluso les he tratado de enseñar cómo Jiminie y yo jugamos, pero parecen no querer ser como nosotros.

- Tranquilo mi pequeño Tae. Ellos no saben lo que dicen, no hay nada malo en ti - Dijo Jimin sentado a mi lado.

- Lo sé Jiminie, son unos idiotas, algún día les haré entender. Así tenga que pagar las consecuencias.

La enfermera nueva sólo estaba parada en la puerta, era una puerta con una pequeña abertura y su cuarto apenas tenía una pequeña ventana muy arriba. Tenía el desayuno del paciente en sus manos pero solo se quedo pérdida en la vista que tenía a través de la pequeña ventana. El chico estaba sentado en posición fetal en una esquina de su cama. Sólo.

Hablaba con un supuesto Jiminie. Que sabrán sólo sus recuerdos de quien se trata. No quería interrumpir su plática, de hecho, le daba un poco de miedo todo ese asunto de trabajar en un psiquiátrico, pero era eso o nada. Se vio obligada a pasar ya que tenía que seguir con su trabajo.

- Hola pequeño Tae. Aquí está tu desayuno. - Dijo con manos temblorosas y posicionando la bandeja en la mesita de noche.

La mirada de Taehyung era fría. Con mucho odio y rencor, lo cual no tenía explicación, ya que esta chica era nueva y no habían razones para mirarle de tal manera.

- Sólo yo puedo decirle así. Imbecil. - Susurró Jimin enojado.

- Sólo él me puede decir así - Dijo Taehyung entre dientes.

- L-Lo siento Tae. En fin, ahí está tu desayuno, provecho. Adiós. - Dijo para prácticamente huir del lugar. -Sí algún día llegó a estar sola con ese niño, me mato yo misma.

No iba a comer, no quería comer nada que viniera de ese lugar. A menos de que su amiga lo trajera. Se había hecho de una amiga aquí, la cual era enfermera pero al menos ella sí entendía a Taehyung, le apoyaba y escuchaba a pesar de todo. Siempre que sentía mucho enojo ella le daba dulces para hacerlo sentir mejor.

- Tae, quiero salir. - Dijo Jimin en forma de queja después de un rato de silencio.

- Yo tambien pero estamos encerrados. No tenemos forma de salir de aquí. - Dije dejando caer mi cabeza en mis rodillas.

- Podemos jugar como la última vez - Dijo Jimin con una de esas sonrisas que Taehyung conocía muy bien.

- P-Pero nuestros juegos nos hicieron terminar aquí Minie.

- ¿No te gusta jugar conmigo Tae? - Dijo Jimin al borde de las lágrimas.

No puedo, no puedo verle sufrir. Si él sufre yo lo hago aún más.

- ¿Por qué me haces esto Minie? Se supone que me quieres. ¿Por qué insistes en destruirme?

- No te destruyo - Dijo cerca de mis labios. Y así dándome un lindo beso de esos que me hacían olvidar mi mundo y mis problemas. - Sólo evito que te hagan daño. Hago lo mejor para ti mi pequeño Tae. Recuerda que mamá me dejo a cargo de ti. ¿Acaso he hecho algo que no te haga sentir bien? ¿Te he dicho algo que no te guste?

- ...No. - Dije mirando a la nada.

- ¿Quieres jugar mi pequeño Tae? - Sonrió de nuevo de aquella manera característica suya.

- Sí Minie. Quiero jugar. - Dije correspondiendo su sonrisa. Sintiéndome más tranquilo al dejarme llevar.

Jimin sonrió y corrió hacia la puerta. Pero quedándose estático frente a esta al ver que no había forma de salir.

- Tenemos que hacer a la chica volver.

- ¿Cómo?

- Llora, grita. No lo sé, pero tiene que venir alguien. Cuando esté abierta  simplemente le damos algún golpe o le quitamos el arma a alguien de seguridad. Es muy simple. - Dice riendo.

- ¿Y luego les enseñamos como se juega?

- Exactamente. Luego buscamos una salida y ya veremos más adelante.

Seguía parado en la puerta, viendo el frío metal que componía a la misma. Tae se acercó y se situó a su lado, tomó su mano y entonces empezó.

Empezó con fuertes golpes a la puerta. Gritos de agonía y cargados de rabia. Gritaba por ayuda y porque le sacarán de ahí.

Hubo un momento donde todo se desconecto. Donde Taehyung no sabía si actuaba o si en verdad quería salir. Quería estar solo y que le dejarán en paz, no sabía si pedía ayuda sólo para llamar la atención o para huir de su acompañante. Pero lo que sí sabía es que Minie sabía cómo salir y le guiaría hasta la salida. Así que cuando vio por el pequeño orificio que alguien se acercaba a paso rápido, una sonrisa traviesa se escapó de sus labios.

- ¿Qué sucede? - Preguntó la misma chica de hace un rato alarmada.

- Por favor, déjame salir. Llévame a otro cuarto, alguien se coló aquí y me matará. ¡Por favor! - Taehyung lloraba como alma en pena. Como si de verdad fuera a morir en cualquier momento.

- Es imposible. Estas encerrado tu sólo ahí. Haz silencio o llamaré para que te hagan dormir.

- ¿Y quien te asegura que estoy solo? ¿Quien te asegura que si no me sacas de aquí tu también morirás?

Taehyung volteó a ver a Jimin con una sonrisa debido a la ironía de sus palabras. La estruendosa risa de Jimin resonó por todo el lugar, y Tae le hizo señas para que hiciera silencio.

- E-Esta bien. Pero no hagas nada fuera de lo normal ¿Oíste? Tengo anestesia aquí y puedo derribarte cuando quiera.

- Yo jamás te haría daño - Dijeron Taehyung y Jimin al unísono.

Al abrir la puerta Taehyung salió despacio. Se acercó un poco a la enfermera. Pero esta le detuvo.

- Te dije que no intentes nada raro. - Dijo notablemente asustada. - ¿Dónde esta esa persona? - Dijo la chica echando un vistazo con cautela.

- Sólo quiero un abrazo ¿Sí? Hace mucho que nadie juega conmigo. Por favor, solo quiero saber que estoy bien y que no estoy solo - Las lágrimas volvieron a salir de sus ojos. Junto con el llanto que dejaba ver lo roto que estaba por dentro.

- Bueno, creo que estas grande para jugar pero...Supongo que un abrazo no es algo del otro mundo.

La inocente chica se abrió de brazos. Recibiendo a Taehyung de la manera más amorosa y cálida que pudo. Tratando de transmitirle un poco de tranquilidad a lo que ella sentía era alguien no amado.

Se separó y trato de darle una de sus mejores sonrisas. Tae hizo lo mismo, sonrió con calidez, con la diferencia es que su sonrisa no estaba dirigida hacia la chica frente a él. Más bien hacia la silueta detrás de ella. Un Jimin sonriente observaba en silencio.

- Hazlo - Formuló con sus labios.

Taehyung entendió y de un momento a otro, la jeringa que antes estaba en el bolsillo de la chica, había sido clavada en el ojo de esta.

La sangre se derramó por todo el lugar, haciendo que Taehyung volviera a sentirse como la primera vez. Sentía miedo, euphoria, desesperación y adrenalina. La chica gritaba a todo pulmón mientras tanto Taehyung se había dado a la huida, manchado con sus juegos clandestinos y acompañado de su fiel amigo.

Este era su momento. De por fin saldar cuentas con todos, así muriera en el intento. Pero no había marcha atrás, quería ser libre y lo sería sin remordimiento.

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