VaMaRo

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Un domingo a la medianoche un chico muy alto, con un poco de barba, flaco, de calle, con un carácter bastante fuerte y con algunos vicios, aunque muy simpático, que le encanta jugar videojuegos, también salir con sus amigos a andar por ahí, llamado Martín, se encontraba jugando juegos en su celular con Valentina, una chica de baja estatura, alegre, de cabello largo y oscuro, a la que le gusta jugar videojuegos y tiene una personalidad un poco abstracta.
En un momento de aburrimiento Martín decide decirle a Valentina:
— Eh, negra. ¿Qué te parece si vamos a dar vueltas por ahí?
— Uh, que pesado que sos, ¿no ves que estoy jugando? —contestó la enana, molesta por tener que ponerle pausa a su juego.
— Bue, dale, ¡vamos! —dijo sacudiéndola de un lado a otro para convencerla—. Te compro algo si querés o de última le digo a los chicos que nos pasen a buscar y vamos por ahí.
— De una, ¿va a estar tu amigo? —le preguntó a Martín con un interés pícaro.
Queriendo convencerla de una vez por todas, sabiendo que ya no diría que no—: Si vamos, sí.
En cuanto se prepararon para una noche en la que se supone que la iban a pasar bien. A Martín le llega un mensaje de uno de los amigos que los iban a pasar a buscar diciéndole que se le había ocurrido ir a acampar, a lo que Valentina y Martín aceptaron emocionados por la idea:
— ¡Eu, Valen!, Roberto dice si queremos ir a acampar.
— Bueno, dale. Ahora me preparo y vos mientras anda preparando lo que vamos a necesitar.
En cuanto los chicos estuvieron listos le mandaron a Roberto un mensaje avisando para que los pase a buscar.

  -Eu, ya estamos
  -Bueno, estoy comprando hielo, el diez estoy

Minutos más tarde, yendo hacia donde se iban a quedar se encontraron con un accidente de una pareja, en el momento que pudieron ayudar, Valentina empieza a sospechar algo que quizás no sea importante y decide no decir nada. Luego de llamar a la ambulancia decidieron esperar con ellos, quienes, por suerte, se encontraban bien.
Cuando llegó la ambulancia y se los llevaron, emprendieron otra vez el viaje. Pasaron por un pueblo abandonado cuando, de repente, el auto se quedó. Roberto salió a verificar que había pasado y resultó ser que no tenía nafta. La única chica del grupo salió a comprobar que sucedida con Roberto y se dan cuenta de que la manguera estaba cortada.
Martín en cuanto vuelve de orinar, se fue a buscar una casa que se encuentre en “buenas” condiciones para poder quedarse ahí a esperar que los pasen a buscar.
— Que embole. Voy a llamar a Facu para que nos busque —dijo Martín.
Valentina con algo de miedo por la situación, sintiendo malas vibras por el lugar en el que estaban le respondió que haga eso y que se apure.
En medio de la espera Roberto sacó del bolsillo una linterna porque en medio de la oscuridad no podían ver nada. Cuando alumbra la habitación en la que estaba, alza la mirada y reconoce la habitación como una de las famosas casas embrujadas de Vamoro Rocbale la cual es muy conocida por un homicidio en la que una mujer mató a su marido y a la amante.
— Ya fue, nos quedemos acá, ¿Qué podría pasar? —dijo Martín despreocupado. Y nadie dijo que no.
De un momento a otro empiezan a escucharse un montón de ruidos en la habitación de al lado, por lo que Roberto, quien es un chico muy curioso y siempre espontáneo, decide ir a investigar qué es lo que sucede (nada temeroso, a diferencia de Martín y Valentina).
Pasa un largo tiempo y Roberto todavía no volvía, por lo que Martín decide ir a investigar.
-Quédate acá, voy a buscar alguna bolsa para tirar lo que usamos —dijo, intentando ocultar el miedo y engañando a Valentina  para que no se pusiera más nerviosa.
Pasado los quince minutos, Martín decide investigar el segundo piso de dicha casa, pero no tenía ni la mínima idea de lo que iba a encontrar en una de las habitaciones.
Mientras tanto, Valentina lo único que hizo fue volver al auto, y esperar a que alguno de los chicos vuelva o que Facu llegue al pueblo.
El tiempo pasaba cada vez más lento, y Roberto seguía sin aparecer, entonces Martín decidió sacar su celular para llamarlo y saber dónde se encontraba, pero al llamar, empieza a escuchar que algo se mueve del otro lado de la pared. Sus nervios aumentaban cada vez más, no sabía si lo que pasaba era una broma pesada o realmente le había pasado algo a uno de sus mejores amigos.
Al ingresar a la habitación de donde provenía el ruido, observa el celular de su amigo, con manchas de sangre alrededor, por lo que decide alejarse de ahí lo más rápido posible sin hacer demasiado ruido, y observando que nada lo esté siguiendo. Al llegar al auto, Valentina dice:
  -Che, ¿Y Roberto? hace un buen rato que no está acá.

Martín cada vez más angustiado, no quiso decir nada, y sólo hubo un silencio incómodo.
  -Hay que irnos lo más rápido posible —Propuso Martín a los cinco minutos.

Ambos amigos decidieron acercarse todo lo posible a la entrada del pueblo para que Facu los viese sin la necesidad de entrar. Pero algo no iba bien, Valentina seguía pensando en que había pasado con Roberto, por lo que decidió investigar por cuenta propia lo que pasaba, pero al alejarse unos metros de Martín, observa a un hombre con una máscara de cerdo a lo lejos. El hombre la miraba demasiado fijo, hasta que de repente se escucha un gran estruendo a unas casas de donde se encontraba el hombre, por lo que desvía la mirada de Valentina, situación que ella aprovecha para alejarse y avisarle a Martín lo que había sucedido.
  - No me está gustando nada éste lugar —dijo, pensando en dicho hombre
  - Es normal que tengas miedo, es un lugar abandonado.
  - No es sólo eso, es que pasando esa casa gris, vi a un hombre que me mira muy fijo.
  - Nah, me estás cargando, acá no hay nadie.
  - Te lo juro, estaba ahí hace un rato.
  - Quizá haya sido Roberto queriendo asustarte —Pensó Martín, pero no quiso asegurar nada, cada vez se sentía más observado.
Pasada una hora, Facu llega al pueblo abandonado donde se encontraban sus amigos, y ambos deciden subirse al auto en silencio.
  - ¿Están ustedes nomás?
  - Estábamos con Roberto, pero no lo encontramos, y yo vi a un hombre que parecía sospechoso, y no sabemos que hacer. —dijo Valentina, desesperada, con un nudo en la garganta.
- Entremos al pueblo, y veamos si sigue por acá, no creo que los haya dejado en este lugar.
Los tres empiezan la búsqueda, Martín intenta evitar lo que pasó en la casa, estaba muy nervioso, pero decide investigar alrededor de dicho lugar "embrujado". Valentina lo guió a Roberto hacia la zona donde vió al hombre con la máscara aterradora.
Después de investigar por los alrededores, Martín decide volver a entrar al lugar embrujado. Ingresa por el lado izquierdo de la casa, por una puerta que parecía estar golpeada, pero al dar unos pasos, empieza a escuchar pasos que provenían del pasillo, y lo único que tenía en mente era lo que dijo Valentina sobre el hombre. Su miedo aumentaba cada vez más, entonces decide detenerse.
Pasan unos segundos y se da cuenta que esos pasos que escuchaba, se habían detenido, lo que le dió coraje para continuar caminado. Al llegar al pasillo, nota un camino de gotas de sangre que llevaban a una habitación. Sus nervios volvieron, pero ya no había vuelta atrás.
Al ingresar a la habitación, se encuentra con una especie de signo raro en el suelo, y al levantar la vista, nota que en la pared habían escrito muchas palabras en un orden incoherente. De repente empieza a escuchar una voz femenina, lamentándose, por lo que decidió salir corriendo de ese lugar.
Cuando regresa con ambos amigos, resulta que habían encontrado a Roberto, pero no en las mejores condiciones. Lo habían golpeado, y dijo que los estuvo buscando todo el tiempo.
Ya los cuatro amigos juntos en la entrada del pueblo, deciden ir a ver el auto que se les había quedado. Cuando llegaron, enganchan el auto a la camioneta de Facu y se preparan para seguir el camino hacia donde iban a acampar.
Valentina recuerda que se olvidó el bolso dentro de dicha casa embrujada, y cuando decide ir a buscarlo, se da con la maravillosa sorpresa de que esa casa que le había echo la vida imposible a Martín, ya no se encontraba allí. Ella decide no decir nada ya que ninguno de sus amigos se había dado cuenta, y no queria seguir complicando las cosas.
Eran las 6 am, estaba empezando a amanecer, por lo que decidieron seguir el rumbo hacia donde iban a acampar, y como ninguno durmió en toda la noche, solo quedó Facu conduciendo, los demás aprovecharon a dormir, sin decir una palabra de lo que había pasado..

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2018 ⏰

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