La lluvia cae como si no hubiera un mañana, como si el mundo se acabaría y en cualquier momento todos nos ahogaríamos, pero ahora eso es lo de menos. Delante de mi están tres ataúdes que muy pronto estarán bajo tierra. Desde que estoy aquí no he parado de llorar, desde que estoy aquí Johnson no se ha ido de mi lado y no puedo estar más agradecida con él.
La vida me ha quitado todo, mi familia, mi casa, se ha llevado toda la felicidad que pude haber tenido algún día y lo peor es que he quedado sola. Mi tía no ha contestado y no sé porqué no lo hace, se supone que la familia está en las buenas y en las malas.
¿Entonces porqué ninguno está aquí?
El padre habla pero no escucho nada, mi mente solo piensa en ¿cómo todo esto pudo pasar? ¿Acaso esto fue un accidente o...? No, mis padres no tienen enemigos porque siempre fueron personas humildes.
¿Pero esas camionetas qué?
— ¿Por qué? —pregunté cuando Johnson se arrodilló a mi lado. Lo miré y vi como su ceño se fruncía—. Mis padres y mi hermanita ya no están y... si ahora me siento tan vacía ¿qué será de mi en algunos días más? —mis ojos se aguaron y los desvié donde se encuentran las tumbas.
No sé qué pasará conmigo después, puede ser que Johnson crea que estaré bien en algunos días, pero yo no lo creo así porque en lo más profundo de mi corazón sé que no estaré bien y puede que si no encuentro alguna manera de sentir menos dolor del que siento ahora nada bueno pasará.
Los dedos de Johnson fueron a mi quijada haciendo que lo vea, sus ojos me miran con cierta compasión y compresión.
— Ellos estarán aquí... —ahora apuntó a mi corazón. Sonrió y solo pude llorar ya que él tiene razón.
Mientras ellos estén siempre en mi corazón nunca se irán porque serán recordado siempre por mi. Y por si fuera poco, me entregó ese regalo que Claribel nunca podrá llevar con ella. Con todo lo qué pasó no pensé en el collar.
Ese que se suponía que era para Claribel.
— Lo encontré cuando...
— Gracias —dije entre lagrimas. Rodeó mi hombro con su mano, pegándome más a él y me sentí bien.
(...)
Han pasado algunas semanas y mi estado de ánimo está por los suelos. Henry ha estado conmigo ayudándome a sobrellevar todo esto pero nada de lo que él hace es suficiente.
Aunque su trabajo no le permite mucho quedarse conmigo siempre encuentra el tiempo pero ya no quiero que se esté preocupando por mi.
Soy una carga y estoy dispuesta a dejar de serlo.
Mi vida ya no tiene sentido, mi familia está muerta y ya ni siquiera mi tía se ha aparecido, eso quiere decir que estoy completamente sola.
Hace algunas horas que Henry se fue, hace algunas horas que estoy sentada tratando de buscarle sentido a mi existencia y por eso estoy divagando por todo el departamento tratando de buscar algo.
Llegué a la cocina, pasando mis manos por cada estante mientras miraba todo. Es muy linda y todo está bien arreglado pero yo no pertenezco aquí.
No puedo ignorar nada de lo qué pasó, por más que Henry trate de hacerme sentir bien con sus platicas y el poco tiempo que él me dedica, lo agradezco pero... simplemente me siento tan... sola.
Un cuchillo está en todo su esplendor, brillando por la claridad qué hay en la cocina y no dudó en tomarlo en mis mano.
Puede que esto sea mi solución para dejar de sentir este dolor inexplicable que siento desde que mi familia no está, desde que nadie ha venido ni siquiera a saber cómo estoy y eso solo me dice que estoy sola.
Saqué el collar de Claribel y lo miré, es tan hermoso como ella.
— Oh pequeña, Clari... —dije entre lagrimas —ya... no tengo motivos para seguir aquí, tu estás con nuestros padres y yo... me quedé sola —mis sollozos cada vez sonaban más—. Ninguno de ustedes merecían esto... ¡No es justo!, no lo es. No era tiempo para irse... ni siquiera cumpliste tus sietes y nuestros padres estaban tan enamorados... como dos adolescentes... —traté con todas mis fuerzas de calmar mi llanto pero no puedo.
En lo más profundo de mi corazón sé que esto es lo mejor; dejar de existir.
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En El Olvido ©
NouvellesCassandra Jenkins sintió que su vida se derrumbaría luego de haber perdido a sus padres y a su hermana pequeña en un incendio. Sentía que ya nada tendría sentido sin ellos y no tenía ganas de vivir. Pero luego llegó él para evitar que se derrumbase...