Pov omnisciente:
Luego de que Andy fuera a ensayar y pasaran varias horas en el escenario ultimando detalles, volvieron todos juntos al hotel para relajarse. Había sido una sesión productiva, casi todo estaba listo y la banda estaba ansiosa por empezar la gira.
Por otro lado, la mente del ojiazul estaba ardiendo en llamas con las posibles hipótesis sobre la razón de la convocatoria de "Él", que había sido comunicada por los dos idiotas coloridos. Realmente le había costado mucho mantener a Jeff dentro de él, el sonriente enserio que los odia y quería abrirlos en canal para jugar con sus órganos, mas no era una posibilidad en ese momento, solo serían problemas que no necesitaban ahora.
Consciente de que no puede hablar con su compañero hasta que quede solo, fingiendo revisar sus redes sociales, le envía un mensaje diciendo que vea en el balcón de la habitación del hotel a media noche, sabiendo que todos dormirían ya que la mañana siguiente empezarían muy temprano. Él también debía dormir, lo sabía, sin embargo, necesitaba hablar con el payaso oscuro lo antes posible, no podía aplazarlo puesto que el par de coloridos idiotas podrían aparecer en cualquier momento; debían estar listos para cualquier cosa.
Ya con el reloj dando las doce, el pelinegro le da una profunda calada al cigarro, soltando el humo con lentitud mientras contempla el paisaje impregnado de puntos brillantes. Por extraño que pareciera, el brillo que inundaba el lugar le hacía pensar en la joven de ojos de tormenta que había dejado en el departamento que poseía esa misma mañana, maldiciendo por dentro al recordar lo cerca que estuvo Jeff de descubrirse a sí mismo por hacerle la cortada (aunque fuera efímera e insignificante) en el pálido y suave rostro de ella.
¿Por qué no puede dejar de evocarla en su mente?
-Espero que no aguardaras mucho.
El ojiazul se da vuelta, quedando de frente al par de ojos grises, pelo negro y nazi rayada en punta del payaso oscuro al que considera su amigo. Siempre vestido con su atuendo monocromático desde hacía siglos ya, contempla a la cubierta humana de uno de los más grandes asesinos en serie, a uno de los suyos.
-No ha sido más que un minuto.
-Me alegra saberlo, ¿qué es lo que pasa? ¿Para qué me hiciste venir y arriesgarnos así de que alguien nos vea?
-Yo sé que es arriesgado, pero tenemos un problema. Él.
Los ojos grises del payaso se abren como platos, sorprendido ante esa simple palabra expulsada de los labios del ojiazul.
-¿Qué...?
-Hoy en la mañana, cuando llegué al cuarto, sentí una presencia. Cuando incité al intruso a mostrarse, no era otro que Jason y, como prácticamente están unidos por la cadera, apareció también Candy. Según ellos, Él nos ha convocado y, cuando vengan a buscarnos, no podremos decir que no.
ESTÁS LEYENDO
Melodía de Muerte...
Storie d'amore¿Alguna vez te imaginaste conociendo a tu ídolo en persona? ¿Que podías hablar con él y tenerlo tan cerca que puedes mezclar tu aliento con el suyo? Seguramente la respuesta es sí, aunque dudo mucho que sea en la forma en la que lo está experimentan...