¿Quien diría que una confesión de amor cambiaría la vida de siete chicos? ¿Que todas las fuerzas del mal irían tras ellos para romper su tan amistosa armonía?
¿Quien pensaría que todo esto comenzaría con un maldito paquete de galletas?
•Shipps•...
El pequeño Jimin abrío sus ojos pesados y miró a su alrededor lentamente. Estaba en la parte de atrás del mismo vehículo en donde lo habían "secuestrado" sus dos amigos en los que ya no podía confiar en lo absoluto.
-Despiertas a tiempo-una voz algo ronca habló, provocando que el rubio alzara su mirada y esta se encontrara con la de Taehyung.
-¿Que está pasando?-preguntó con el ceño fruncido. Trató de moverse pero sus piernas estaban temblando por lo que le hicieron ellos hace algunas horas.
Tae suspiró levemente-Bienvenido a nuestro grupo Jimin, nosotros somos VIXX. Somos una mafia pequeña pero hacemos grandes negocios...ahora eres parte de nosotros-explicó tratando de sonreirle debílmente el chico de cabellos marrones-Nosotros te cuidaremos bien, baja del auto cuando puedas-Tae salió del auto dejando a Jimin solo. Este sólo pudo ladear su cabeza y leer el cartel del lugar en donde Tae había entrado.
"PISCINA SHIROGASHI"
Jimin abrío su puerta y con sus piernas temblorosas, caminó siguiendo el camino de su amigo Taehyung.
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Narra Jimin:
El lugar parecía ser muy húmedo a la vista y tacto. Coloqué mis manos en el suéter en el desperté en el auto acurrucado, sabía que no era mío pero lo importante ahora era cubrirme del maldito frío. Un frío que se volvió escandalizador cuando comencé a escuchar voces desde lejos.
-¡Ah, ahí estás Jimin!-Vi una sombra moverse entre la claridad. Las luces del lugar se encendieron causando que cubriera mis ojos levemente, mientras me acostumbraba a la luz intensa-Ven, necesitamos explicarte algo-alguien agarró mi mano y luego me hizo caminar hasta el borde de una piscina enorme que le pertenecía a el lugar. Despaté mi mano de mis sensibles ojos y lo primero que ví fue a Jungkook. Tenía un traje formal puesto, decorado con un rolex de calidad y un cabello casi perfecto. Lógicamente mis mejillas se sonrojaron al recordar como había metido sus genitales en mi boca.
-Que...mierda...-Susurré entre dientes mientras bajaba la mirada al ver que al otro lado de la piscina había un hombre mirandonos fijamente.
Él estaba vestido completamente de negro, pero su rostro no estaba cubierto-¿Sólo estamos nosotros aquí Jeon? ¿Quien es ese hombre?-pregunté mirando a Kook, él cual no dejaba de mirar a el sujeto de forma amenazante, como si este fuera algún peligro o alguien no tan amistoso.
