Nada es más doloroso para la mente humana, que los cambios bruscos y súbitos
Mary Shelley, Frankenstein.
18 de septiembre, 2007 |un año atrás|
El barro espeso de aquel bosque frondoso en las afueras de Portland manchaba sus botas por completo sintiendo la humedad hasta las rodillas, el frío de la noche acompañado de la lluvia helada cubriendo sus huesos y causándoles entumecimientos a ambos así como dolores agudos. Pero a pesar de eso seguían corriendo, llenos de adrenalina y una fuerza interior que les hacía sentir fuertes, y a uno de ellos, que le hacía sentir incluso invencible.
Los hermanos Winchester empezaron una cacería nueva dos días atrás, la información de un cazador cercano y dos cuerpos drenados habían sido suficientes para llamar la atención del menor, dando por hecho que un nido de vampiros era el responsable de las muertes en el pueblo, así que guardaron sus pertenencias y empezaron un viaje, alejándose de donde se encontraban, un pueblo cerca de Montana llamado Great Falls horrorizado por un ciudadano psicópata, resultando ser una posesión demoníaca a los ojos de Sam y Dean.
Estuvieron once horas en los asientos del Impala esperando llegar, con algo de impaciencia de parte del rubio y dos paradas por expresos sumamente cargados en las cafeterías a los costados de la carretera. Cuando finalmente llegaron, comenzaron con su rutina de siempre. Visitaron los cuerpos encontrados los últimos días en la morgue y confirmaron su teoría, buscaron testigos y relacionaron las pistas; resultó ser que los monstruos esperaban a sus víctimas en un camino oscuro cerca del puente sur de la ciudad, caracterizado por ser la única entrada o salida, y ser casi desierto en las noches... Casi, era la diferencia entre la vida y la muerte de los pocos que recorrían el camino, llegando del trabajo o un viaje largo, cumpliendo con buenos actos tratando de ayudar a quienes les tendían las trampas, el final que les esperaba era sangriento y devastador.
Así que ahí se encontraban, persiguiendo a un par de vampiros novatos después de haber decapitado a tres, e ignorando la ubicación de un sexto. Un simple error, fugaz, inesperado, tan abrupto. En cuestión de segundos decidieron separase, tratando de cubrir el terreno de aquel lugar con cientos de árboles enormes, confundiendo la orientación por culpa del exceso de agua en el momento y haciendo más difícil la cacería. Salvando personas, cazando cosas, el negocio familiar le decía el mayor de los Winchester, ¿pero qué tan familiar se volvía cuando perdías a todas las personas que amabas? Su madre Mary había sido asesinada por un demonio, haciéndolos perder un pedazo tan importante en sus vidas, siendo tan pequeños... Su padre muerto por el mismo demonio, algo difícil de soportar, e irónicamente la intención de John Winchester tratando de salvar a uno de sus hijos había funcionado perfectamente, hasta ese día.
Dean tomó el machete con agilidad, posicionándose en una forma defensiva mientras esperaba el ataque, observando detalladamente sus alrededores. El crujir de las hojas secas a su costado izquierdo lo alertaron segundos antes, evitando la mordida del vampiro y haciendo un corte veloz en su garganta, sin ser suficiente para detenerlo, repitió el movimiento, ocasionando el rodar de la cabeza ensangrentada y desplomamiento del cuerpo decapitado. Dio un pequeño respingo y prosiguió a buscar a Sam, caminó alrededor de cincuenta metros y lo llamó dos veces sin conseguir respuesta alguna, cruzó un pequeño arroyo saltando de piedra en piedra, creyendo seguir un rastro de alguien que podía haber pasado por ahí, y siguió caminando otro poco, hasta que visualizo su distinguida cabellera y altura a una distancia corta, luchando con el chupa sangre que faltaba por eliminar, quiso ayudarle, pero se veía que llevaba ventaja, además solo era uno y lo mataría rápido, así que decidió esperar a que terminará, sonriendo algo nostálgico, pensando en Sam y como se había convertido en el mejor cazador que conocía, después de él mismo, sin dudarlo. El más alto tiró al suelo a su atacante de un empujón, sostuvo el hacha del mango por la parte inferior y tomó impulso, cortando su cabeza rápidamente. Dean, observándolo desde tres árboles de distancia habría sonreído por haber acabado el trabajo tan rápido, sin más heridos o muertes, pero la inesperada llegada de otro vampiro con una filosa daga lo dejó con una pulsación dolorosa en el pecho. No física, sino de incertidumbre y desesperación.
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El alma y la mente no van de la mano
FanfictionDean pierde a lo único que le quedaba en la vida, y es por ello que empieza su búsqueda para encontrar una forma de salvarlo. Sólo quería recuperar lo perdido. Castiel es enviado a una misión después de siglos de no haber pisado la tierra, el manda...