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Una mujer proveniente de uno de los barrios más pobres de Camden, Nueva Jersey es una guerrera por naturaleza, deseada por todos y una apasionada amante que se entrega a un joven de clase alta viviendo una relación borrascosa y dulce.
Elizabeth Eriksson, más conocida como Lessa Riksson. Actualmente es una de las mujeres más buscadas por el equipo policial de la ciudad de Camden, a consecuencia de ser conocida como asesina, ratera y traficante de drogas.
Lessa fue violada a los ocho años por su padrastro y en ello consistió sus siguientes años de vida, hasta su adolescencia. A los dieciséis cometió su primer asesinato, matando a su violador, con ello, acabando con su sufrimiento.
Durante demasiado tiempo, Camden ha sido una de las ciudades más peligrosas en Nueva Jersey y en Estados Unidos. Es conocida por estar plagada por drogas, falta de vivienda y pobreza.
No cabe mencionar que Lessa venía de una familia extremadamente pobre, su madre, obtenía un salario insuficiente como para mantener económicamente estable a una familia de tres hijos. Con el paso de los años, debido a la situación en la que vivía, empezó a trabajar en el negocio del tráfico de drogas con ello convirtiéndose en asesina por influencia de su hermano mayor.
Manchaba diariamente sus manos con sangre por el simple motivo de sacar adelante a su familia. El mundo en el cual ella estaba metida involucraba estar en constante peligro, no tan solo para ella sino igual para sus seres más preciados.
Cada vida que ella quitó, fuera buena o mala, se le cobró con la muerte de su hermano mayor y su madre.
¿Su únicas razones de vivir? Su hermano menor y el chico que llegó a su vida de la manera más inoportuna, no podía creer que había llegado a amar a alguien como él.
—Cásate conmigo— le propuso.
Lessa, sonrió y negó con su cabeza, apretó con más firmeza la mano del muchacho.
—Tu te quieres casar ¿conmigo, eh? ¿Enserio?— preguntó con gracia, esperando a que lo que él le había propuesto fuera una broma.
No mostraba ni un rasgo de estar bromeando, ella, borró completamente aquella sonrisa pintada en su rostro, alzó su mano y acarició lentamente su mejilla.
—Eres la persona más buena que conozco en este mundo, jamas matarías a alguien aunque estuviéramos hablando de una diminuta hormiga, no lo harías, eres tan opuesto a mi y eso es lo que más amo de ti. He jodido tu vida lo suficiente, no pienso dejar que lo sigas permitiendo.
—Por favor, no me salgas con eso...
—A comparación mía, tú tenias una vida por delante y todo se fue a la mierda ¿no te das cuenta?— interrumpió.
