ROTO - YOONMIN +18

SEIS

Y el amor no siempre termina siendo lo mas grato, 

hay sentimientos mas fuertes que el amor, 

sentimientos que consumen con demasiado dolor

.

.

.

Jimin observó en todas la direcciones rogando en sus adentros que su padre se apresurara en llegar, ya que las gotas de lluvia empezaban a hacerse notar con rapidez y él no contaba con un abrigo, ni mucho menos con un paraguas para evitar mojarse. Metió las manos a los bolsillos de su pantalón y observó la punta de sus zapatos en un intento de matar el tiempo, pero minutos más tarde el timbre de su celular sonó anunciando un mensaje que le hizo predecir que su padre no llegaría por él. Ni siquiera se tomó la molestia de revisar el celular y empezó a caminar sin rumbo, no tenía dinero para el pasaje del autobús y tampoco quería tomar un taxi e ir hasta la oficina de su padre a pedirle algo de efectivo, sabía que su progenitor odia las visitas improvisadas.

Caminó por la mojada acera por un largo rato, no obstante su soledad no lo hacía sentir bien, en momentos así anhelaba tener a su hermano para acurrucarse en él y coger algo de calor, lástima que nunca más podría experimentar algo parecido, lástima que nunca más tendría a alguien desordenando sus cabellos cariñosamente y mostrándole una espléndida sonrisa en los días más oscuros.

El claxon de un auto le hizo poner atención a su alrededor, se sobó los ojos como si estuviera despertando de un largo y placentero sueño, después analizó al chico que sacaba la cabeza por la ventanilla del coche y agitaba la mano en su dirección con demasiada euforia.

—Jimin ¿Qué haces caminando bajo la lluvia? Te vas a enfermar si no vas a casa pronto y te cambias de ropa —El auto iba a la velocidad de sus pasos —No seas un chico imprudente, sé que amas la lluvia pero no creí que fuera a tal extremo.

—Solo vete YoonGi —Su voz salió apagada y hasta el mismo se sorprendió de tal suavidad.

—Invítalo a casa —Un tercera voz se dejó escuchar de adentro del auto.

— ¿Quieres venir con nosotros? —Jimin dejó de caminar y observó el cielo por unos segundos, era irse con YoonGi o morir bajo la lluvia.

La segunda opción no era tan mala, pero demasiado macabro como para tomarlo sin pensarlo dos veces siquiera. Relamió sus humedecidos labios y sacudió su cabeza para apartar las gotas de rocío de su cabello. En otras circunstancias se hubiera negado rotundamente, pero en ese preciso momento se sentía tan solo que no pudo rechazar la tentadora oferta que le ofrecía YoonGi.

—Está bien —Las palabras se desprendieron dolorosas de su garganta y raspando esta misma, tragó un poco de saliva para apaciguar el ardor.

Se subió a la parte trasera del coche y agradeció al padre del albino por ser tan bondadoso y dejarlo subir a su auto con la ropa empapada. Las gotas de agua no tardaron en formar un pequeño charco debajo de sus pies y se disculpó por ello cual niño que acababa de comerse un dulce sin el consentimiento de sus padres.

—No pensé que tuvieras esa faceta tan tierna —YoonGi no dejó escapar la oportunidad que se le estaba presentando y atacó sin compasión — ¿Dónde quedo el Jimin rudo? —Fingió hacer unos brazos fornidos mientras fingía una cara seria.