Capítulo 35

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Pársel = serpiente
Contenido de carta = muy pocos
Lengua dragón = dragón
Hechizos = Obliviate
Recuerdos = "memoria"

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No era su culpa.

Él era inocente en ésto.

Hasta el día de su muerte él sería inocente.

Pero no lo podían culpar, simplemente no.

No le podía estar pasando ésto y estaba tentado a maldecir a Reynald por lo divertido que se escuchaba de su situación. Al día siguiente tenía el inicio de sus días fértiles siendo el día de mañana su día más fértil de todos y estaría goteando de forma muy literal, pero algo había pasado que estaba en ésta situación justo un día antes de eso.

Él día había sido tan condenamente normal que debió prever algo como ésto. Él nunca tenía un puto día normal. Se la pasaron en clases e ignorando a cualquiera que haya visto a Teddy el día anterior, estuvieron en la Biblioteca y luego en la sala común.

Y las señales habían estado justo frente a él, fue tan estúpido que no lo notó. Sirius no había apartado los ojos de él cada vez que estaban en el mismo lugar, incluido los salones de clases, por eso fue algo relajante que Sirius se fuera al cuarto cuando llegaron a la sala común, no creyó soportar más su estado de indiferencia sí tenía a ese tonto mirándolo como sí fuera un maldito postre.

Pero debió imaginar que el día sólo se ponía peor. Porque cuando Reynald y él subieron a su cuarto lo primero que vieron fueron a James en su cama luciendo algo compungido, culpable en el mejor de los casos, y eso ya debió haber disparado sus alarmas, Remus en cambio estaba parado al lado de la puerta del baño la cual golpeó apenas los vio entrar.

- Sal de una vez Sirius - gritó

- Se demora peor que una chica - explicó James para ellos pero los ojos gritaban "largate ahora que puedes porque la broma no es para ti" - Y Remus quiere entrar

- Harrison también quiere entrar - dijo Reynald sonriendo y Harry no aguantó para meterle un codazo - ¿Qué? - reclamó inocente - No estabas que querías subir rápido para ir al baño

- Pero Re... - no pudo terminar porque la puerta se abrió y la voz de Sirius se oyó

Y fue ahí cuando notó las alarmas. Estaba tan pero tan jodido.

El maldito de Sirius había salido recién duchado, el cabello húmedo suelto y goteando sobre sus hombros y pectorales, tenía sólo una toalla amarrada a su cintura y podías ver como las gotas corrían por su cuerpo perdiéndose en ella como el final, no se había secado el cuerpo ni un poco, parecía que solo prestó atención a su cabello y eso.

Su garganta se cerró por un momento, su cuerpo se sintió caliente y luego notó como se le hacía agua la boca mientras más veía ese cuerpo mojado y esos músculos, sintió con mucha vergüenza como su entrada se contraía de sólo pensar estar en esa situación y sólo con Sirius en la habitación y que el idiota tuviera las agallas que tenía cuando creía que todo era un sueño.

- Ya - logró escuchar de él - Todo el baño para ti Remus - la sonrisa de mierda de Sirius no estaba ayudando, no lo hacía en lo absoluto

- Harrison tú - inició Remus

- Entra tranquilo - indicó cuando sintió el golpe de la cola de su fiel dragón, agradecía a la pequeña lagartija por no dejar que hiciera el ridículo, en cosas como éstas no podía fiarse de Reynald - Estaré en mi baúl

Apartó la mirada de ellos lo más rápido que pudo dándoles la espalda ala sentir sus mejillas calentarse, Sirius lo estaba mirando, sentía su mirada en la espalda. No debía ser un genio para saber que Reynald estaba aguantando la risa por poco.

Enemigos de los Herederos ¡Temed!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora