¿Hacemos un buen dúo?

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Al instante, Lan Wangji sintió la efímera presión de una mano en su hombro izquierdo, desequilibrándolo un poco hacia delante. Sus oídos se irritaron a causa del chillido agónico de un cadáver feroz que fue pateado y arrojado a un lado. Con el entrecejo arrugado, Lan Wangji se volteó y bajó su mirada centrándose en Wei Wuxian, quien se había desplomado después de propinarle la patada al cuerpo muerto.

Uno de los discípulos no pudo evitar alzar la voz, emocionado.

―Joven Maestro Wei, ¡eso ha sido genial!

―Es la primera vez que veo a alguien golpear en el aire a un cadáver feroz ―le siguió otro. El último no se quedó atrás y, silencioso, asintió varias veces aprobando lo dicho por sus compañeros.

En realidad, esos tres jóvenes sólo podían divisar las siluetas entre la noche debido a que se hallaban a una distancia considerable y, por lo tanto, no eran capaces de advertir el cansancio en el rostro de Wei Wuxian. No obstante, Lan Wangji, que se había volteado hacia él, lo miró fijamente y le preguntó con un deje de preocupación que apenas pudo notarse.

―¿Todo está bien?

La respiración era irregular y agitada. No lucía como si fuera capaz de volver a levantarse y caminar, pero de alguna forma lo hizo, tambaleándose en el acto e inclinando levemente su cuerpo. Tomó una bocanada de aire y soltó una risa corta, burlándose de la situación absurda en la que se encontraba.

―Todo bien ―respondió en un susurro―. Esto realmente no es nada.

Le restó importancia con total desinterés. Había pasado por situaciones peores en su infancia y por ello creía que una simple fiebre no podría con él ahora.

Tres sombras ruidosas corrieron hacia ellos en vano, pues terminaron siendo lanzadas de vuelta hacia atrás por las espadas espirituales. A pesar de que el nivel de cultivo de los aprendices era todavía bastante débil comparado con el poder del guqin de Lan Wangji, ellos estaban consiguiendo lidiar con tres cadáveres, uno cada uno, luchando con emoción y presumiendo los movimientos fluidos.

Esta idea de "pelear mientras te ves genial" había sido influenciada por la reciente imprudencia del discípulo principal de Yunmeng Jiang y su (a partir de ahora) famosa patada voladora.

Las siete cuerdas resonaron entre la noche una tras otra, tocando una melodía cuyo comienzo resultó ser tan intenso como un vendaval, pero que menguó como una luna y finalizó con un ritmo sosegado que debilitó al más salvaje cadáver viviente. Detrás del poderoso músico de túnicas limpias, Wei Wuxian se dedicaba a lanzar todo lo que encontraba cerca, desde ramas hasta piedras, pateando de vez en cuando a los cadáveres o atizando puñetazos en cualquier rostro gris marchito y lleno de espumarajo en las esquinas de la boca.

Después de un tiempo luchando, los cadáveres feroces fueron derrotados y amarrados con resistentes cuerdas llenas de poder espiritual. Habían sido bastante persistentes, levantándose una y otra vez en busca de un dolor que eran incapaces de sentir después de la muerte y la transformación. Ahora estaban amarrados, chillando y gruñendo bajo la atenta mirada de los discípulos de la secta Gusu Lan.

No fue hasta pasados unos minutos que la voz de Jiang Wanyin se sintió cercana, avanzando cada vez más rápido acompañado de otro par de pasos y crujidos.

―¡Wei Wuxian!

Entre la bruma y la oscuridad descubrió a su hermano sentado encima de una roca, con una sonrisa iluminando su rostro sudado y lleno de pequeñas manchas sucias. Jiang Wanyin frunció el entrecejo y se acercó lo suficiente como para ver la suciedad con lujo de detalles.

「Cuarzo cristalino」|  WangXian | Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora