La pasión que nos hace crecer.

Reflexión 1.

Ese día, cuando regresé a mi casa, fui desde mi verdadera familia, y por la tarde éramos solamente en dos. Sólo yo y él.
Fue todo rápido en mi cuerpo. Yo respiraba como si había corrido por 250 metros sin parar. Él me tocó como si mi cuerpo necesitaba de ser tocado. Él me hizo sentir bien. Tenía su boca en todas partes. Y estaba rico, yo sentí mi autoestima crecer. Pensé, joder, soy importante para alguien, joder alguien me desea. Joder. Tengo todavía su boca en mis piernas. Tengo su deseo en mis labios.