Narra Baby
Abrí los ojos lentamente, sintiendo un agudo dolor perforando mis párpados a la vez que mi cabeza amenazaba con explotarme en mil pedazos. Había bebido demasiado la noche anterior... como siempre.
Jadeé entrecortadamente, moviéndome perezosa sobre un colchón que de repente se me hizo demasiado blando. Las sábanas eran blancas pero las de mi cama eran moradas.—Ay, Dios mío —murmuré con una voz de camionero recién salido de un bar antes de voltearme.
Mis ojos nublados se abrieron como platos al mismo tiempo que mi corazón golpeó mi pecho tan fuerte que pensé que se me había partido el esternón.
Ahí, a mi lado y tumbado en la cama había un chico, un chico muy guapo. Tenía el cabello negro, el rostro de un ángel y el cuerpo desnudo al completo. Por cierto, yo también estaba totalmente desnuda. Mi ropa estaba desperdigada por una habitación que sin lugar a dudas no era la mía.
Las paredes eran blancas, los muebles de un color caoba muy oscuro (casi negro) y el suelo de tablas de madera. Había unas vitrinas, detrás de las cuales descansaban fotos, trofeos, medallas... fue entonces cuando empecé a recordar algunas cosas de la noche anterior:
Había cortado con mi ahora ex novio, al que había llamado "hijo de las mil putas" cuando me enteré de que me había puesto los cuernos con mi prima, quien no había sabido que él era mi novio hasta que una amiga mía se lo contó en el mismo día en el que lo mandé a tomar por saco.
Después y muy típico de mi, me fui al bar más cercano para cogerme una buena borrachera que me hiciera olvidar a ese gilipollas al que había creído un buen chico. Allí, entre las jarras de cerveza y chupitos de jager había conocido a un hombre. Y sí, digo hombre porque no era un niñato retrasado de mi edad.
No recordaba si me había dicho su edad pero ahí, tumbado junto a mi mientras dormía, aparentaba la edad de unos 25 años.
Pues bien, ese hombre me había regalado una bonita sonrisa y yo le había seguido el juego. El problema es que no esperaba que todo acabara en su casa, más concretamente en su cama, donde yo aún estaba boquiabierta, intentando reaccionar antes de que se despertara.
¿Me había revolcado con un perfecto desconocido? Sí, Baby, sí que lo has hecho y a juzgar por los cosquilleos en tus piernas, lo has disfrutado.
Jadeé por segunda vez, girándome con lentitud para no despertarlo y ponerme en pie.—Mierda, ¿y mis bragas? —gruñí como un oso cavernario, andando en cueros por una habitación extraña al mismo tiempo que millones de puntitos negros se acumulaban en mi campo de visión.
—Estás mejor sin ellas.
Pegué un grito, abrazándome a mi misma, volteándome para, con horror, ver que se había despertado y que me estaba mirando con unos tiernos pero hambrientos ojos azules.
—Buenos días, Baby —sonrió con dulzura, haciéndome sentir como una retrasada porque yo no recordaba su nombre.
Tenía pinta de llamarse Zeus o Ares porque... bueno, ya sabéis por qué.
—Eh... ah... yo, uhmm... —tartamudeé, ocultando mis pechos con mi antebrazo derecho mientras que con mi mano izquierda intentaba esconder mi entrepierna.
El hecho de que no paraba de devorarme con la mirada me hacía sentir más patética.
—Creo que te las rompí —esa vez rió como un pequeño niño travieso.
—¿El qué? —alcé ambas cejas.
—Tus braguitas, creo que te las arranqué de golpe... lo siento —se disculpó sin todavía apartar su vista de mi cuerpo expuesto.
—N-no te preocupes, ah... —me mordí el interior de la mejilla.
Estaba tan avergonzada que no sabía si debía vestirme antes de salir corriendo como una salvaje fuera de su casa.
Él me mostró sus sexies colmillos, más marcados de lo normal, algo que siempre me había excitado.—Jake, me llamo Jake y si te hace sentir mejor anoche no parabas de gritar mi nombre —sentenció y a mi sólo se me ocurrió sonreir como una imbécil.
Hecho eso, me giré y corrí para ponerme los malditos vaqueros a sabiendas de que Jake no se perdió ni un solo movimiento de mi trasero.
—¿Tanta prisa tienes? —preguntó mientras se incorporaba poco a poco.
—No... no es por ti —dije una mentira a medias—. Es que hoy es Viernes y no Sábado y tengo que ir a clases —tomé mi sujetador del suelo, al cual le faltaban un par de botones.
Dios mío, ¿habíamos hecho el amor o habíamos tenido sexo como animales? Viendo el panorama la segunda opción parecía la más acertada.
—Baby, son casi las doce.
—¿¡QUÉ!? —chillé, mirando el reloj analógico que se encontraba enmarcado en la pared, encima de un escritorio—. Mierda, Noelia me va a matar —susurré, poniéndome la blusa a toda prisa.
—¿No quieres desayunar? —Jake me preguntó desde la cama, enseñándome su fuerte pecho, el cual tenía varias marcas rojas producidas la noche anterior por mis uñas.
Desayunar no pero un cubo de agua helada sí que me bebía para uno, despertarme, dos, quitarme la resaca y tres, para sofocar el fuego que estaba quemando mi vientra ante tal gloriosa escena. Joder.
—N-no, gracias, no tengo tiempo —me giré en todas direcciones hasta divisar mi bolso, en el cual seguían estando las tres cosas más importantes que debes conservar cuando salgas de fiesta: las llaves, la cartera y el teléfono.—Gracias por todo —le dije, recogiendo mi abrigo de plumas del suelo.
—No, gracias a ti... eres espectacular —sonrió lascivo, poniéndome la carne de gallina.
Sólo quería lanzarme de nuevo a la cama para disfrutar de su compañía y esa vez, por lo menos, recordarlo todo.
Sin embargo, ya había sido lo bastante irresponsable, acostándome con un desconocido que bien podría haberme degollado o secuestrado. Cortarme en pedacitos y servirme como sushi en el japonés más cercano.
Bueno... la verdad es que con esaa manos Jake podría hacerme lo que quisiera.
Negué con la cabeza repetidas veces. Tenía que parar esa tontería.—Bueno, adiós —me despedí, saliendo escopeteada de la habitación y del piso que yo había creido una mansión por sus enormes dimensiones.
Cogí el ascensor, mirándome en el espejo para ver lo demacrada que estaba. Parecía la niña del exorcista después de haber conocido a la niña de The Ring. Espeluznante... pobre Jake.
Salí del ascensor a toda prisa, abandonando el edificio para darme cuenta de que estaba tan sólo a un par de manzanas de mi universidad.—Genial —dije y no con sarcasmo.
Era francamente genial.
Iba a empezar a caminar cuando oí que alguien gritaba mi nombre desde arriba. ¿Dios? No, él no... mucho mejor.
Los ojos azules de Jake se convirtieron en la envidia del cielo mientras me miraba desde la ventana de su piso.—Te olvidabas esto —dijo, soltando un pequeño objeto, el cuál recogí un poco confusa.
Era una libreta.
Lo miré y él sonrió.
La abrí y vi un número de teléfono escrito sobre el blanco papel.
Volví a mirar hacia arriba pero Jake ya no estaba ahí.—Mierda —maldije, sabiendo que marcaría ese teléfono en menos de lo que canta un gallo.
♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡*♡
Hola!
Ya sé que ha pasado como mil años desde que no subo nada pero bueno, intentaré seguir escribiendo porque muchos de vosotras/os habéis dado estrellitas, comentado y pedido que siga subiendo shots.
No podía subir uno que me motivase más que Jake Gyllenhaal. En serio, es el hombre perfecto ♡ Me enamora.
Espero que os haya gustado y AH!
Pregunta importante: ¿Queréis que haya lemon y smut? De ser así decídmelo y haré lo propio muajajja (pondré un aviso cuando sea contenido adulto, no os preocupéis)Un achuchón! ^^
ESTÁS LEYENDO
One shots 《Actores》
FanfictionOne shots de los actores más guapos de Hollywood. 🔞 Contenido adulto. ❣Admito peticiones.