Distinto

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Joaquín tiene siete años y está mirando los dibujitos.

Está en su casa, es domingo, y los domingos se almuerza en familia.

El hermano de Joaquín, Tomás, es más grande que él: ¡Ya tiene veinte años! Y hoy trajo a su novia para que la conozcan todos.

A Joaquín le cayó bien la novia de Tomás, se llama Micaela, y se sentó un ratito a jugar con él, lo único que no le gustó es que le hablaba como si fuese un nene chiquito, y Joaquín ya no es más un nene chiquito, está en segundo grado, él ya es grande.

-¡Joaco! ¡A comer!- lo llama su mamá.

Apurado, Joaquín apaga la tele y va corriendo a la mesa. Se sienta al lado de su hermano mayor, al que no ve muy seguido, y este le hace un mimo en el pelo.

Micaela se sienta en frente de Tomás, mientras tanto, la mamá y el papá de Joaquín traen la comida a la mesa.

-¿Queres un chori Joaco?- le ofrece su papá señalando una bandeja con carne. En casa los domingos se come asado.

-Dale.- accede el nene.

-Gracias Marce.- dice mientras tanto Tomás a la mamá de Joaquín, que le estaba sirviendo un poco de ensalada. Tomás y Joaquín no tienen la misma mamá, el papá de ambos estuvo casado con la mamá de Tomás, y después de un tiempo se separó, así conoció a Marcela, la mamá de Joaquín, se enamoraron y lo tuvieron a él.

-¿Qué estuviste haciendo Joaco? ¿Mirando los dibus?- le pregunta amablemente su papá, una vez que todos estaban sentados a la mesa.

-Sí, estaban dando el Maravilloso Mundo de Gumball.- responde Joaquín, tomando un vaso de Coca-Cola que le había servido su mamá.

-¿Te gusta el Maravilloso Mundo de Gumball? ¡A mi primito también!- simpatiza Micaela.

Joaquín se encoge de hombros.- Está bueno, aparte tengo una amigo que tiene el muñequito.

-Joaquín ya está por pasar al tercer grado.- comenta con orgullo Marcela.

-¿De verdad? ¡Fua! ¡Ya estas re grande!- lo felicita Micaela.

Una vez más, el nene se encoge de hombros pero esta vez no dice nada.

Mientras la conversación gira en torno a temas de grandes, Joaquín los mira en silencio.

Por debajo de la mesa, sin que nadie vea, Micaela y Tomás se están rozando las piernas, como haciéndose mimos, pero Joaquín sí que los ve. Los grandes se hacen mimos, y se dan besos en la boca, él vio a sus papás haciendo eso muchas veces.

En las novelas pasa lo mismo, un hombre y la mujer se dan besos pero de forma más asquerosa, y después de eso la mamá le dice a Joaquín que no mire. Hay veces que él espía, y los ve sacándose la ropa y haciendo el amor.

Un compañerito de Joaquín que tiene un hermano que va a la secundaria dice que él les va a hacer el amor y dar besos a todas las maestras. Cuando Joaquín le contó esto a su mamá, Marcela lo miró con desaprobación, y le dijo que no tenía que juntarse más con él.

Otro amiguito de Joaquín, se puso de novia con una de sus compañeras, la mamá de Joaquín le contó que hablan de eso en el grupo de Whats App de las mamás, se lo dijo con una sonrisa, y le preguntó si él tenía novia, a lo que él respondió que no.

A Joaquín no le gusta hablar del tema, siempre se queda callado, pero la verdad es que a Joaquín no le gustan mucho las nenas.

Si el tiene que ponerse de novio con alguien, es con Axel, otro de sus amigos.

Axel es bueno, agradable, y aparte es lindo. Siempre juegan juntos al fútbol y a la play, y además a veces le regala figuritas.

Pero cuando Joaquín se lo contó a Tomás, Tomás le dijo que estaba mal, que a él le tenían que gustar las nenas, no los varones. Joaquín quería discutir, pero no sabía cómo, si después de todo, era verdad que los hombres estaban con mujeres, él no veía ni a su papá, ni a Tomás, ni a sus compañeritos, ni a los protagonistas de las novelas, con otros hombres.

¿Es que había nacido fallado? ¿Por qué no le gustaban las nenas?

-¿Querés más?- interrumpió sus pensamientos su papá, ofreciéndole otro chorizo.

-Mejor que coma un poco de carne.- intervino su mamá, cortándole un pedazo en el plato.


Cuentos de mate y bizcochitosWhere stories live. Discover now