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-¡Estoy en casa!

Y mientras colgaba su abrigo, las fuertes pisadas por el pasillo no se hicieron demorar.

Al girarse, lo vio corriendo en su dirección, y abrió los brazos, recibiendo en ellos el gran abrazo de su prometido.

-¿Me extrañaste mucho?- Preguntó, recibiendo un asentimiento como respuesta -Yo también, es muy doloroso estar sin ti- Lo abrazó con un poco más de fuerza -¿Ya haz cenado?

El mayor negó con su cabeza, haciendo que su cabello se despeinara un poco.

-Genial, entonces cenemos juntos.

Se dirigieron a la cocina, y entre ambos sirvieron la cena que el mayor había preparado con anticipación.

Jungkook se sentó junto a Jimin, y lo ayudaba a comer algunas veces, cuando las manos del mayor comenzaban a temblar demasiado.

Este solo sonreía, y aceptaba la ayuda de su pareja, sintiéndose muy agradecido con él.

-Hoseok dijo que iría a visitarte- Jungkook comió un poco -¿Lo hizo?

Jimin asintió otra vez, cerrando sus ojos.

-Que bueno, así no estuviste tan solo. Supongo que hablaron muchísimo.

Volvió a asentir, y señaló unas flores que estaban sobre la mesa.

-Te trajo tus flores favoritas, que lindo detalle- El menor le sonrió, dándole otra cucharada de alimento -Me parece un gesto muy bonito- Jimin hizo unas señas extrañas, pero que Jungkook entendía a la perfección -Lo sé, a ti también te pareció un gesto muy bonito, ¿No es así?

Y esta vez levantó su pulgar como aprobación.

Aceptaba cada cucharada que el menor le daba, ya que sus manos habían comenzado a temblar otra vez y no podía sostener la cuchara sin que las cosas se cayeran de esta.

En un momento, cerró sus ojos y llevó su mano a su cuello, sosteniéndolo rápidamente mientras se quejaba del dolor.

-¿Te comenzó a doler?- Preguntó Jungkook, aunque la respuesta era clara -Permíteme mirar como está cicatrizando.

Jimin estiró su cuello, dejando que Jungkook viera el gran parche que lo cubría. Lo despegó con cuidado, viendo la herida del mayor.

Los tres cortes de su cuello aún se veían mal, terriblemente mal, pero por lo menos cicatrizaban de a poco, a pasos lentos, causando dolor de vez en cuando.

-Están cicatrizando, no te preocupes. Dolerá, pero pasará.

El mayor sacó un lápiz de su bolsillo, y escribió en la servilleta.

"De seguro me veo feo con los cortes en el cuello y la herida en la pierna :c"

-Claro que no, no digas eso. Tus heridas no afectan en absoluto tu belleza.

"Mírame, parezco un monstruo. Además ni siquiera puedo comer solo"

-Deja de decir cosas como esas o me enojaré contigo- Frunció el ceño -Ahora terminemos de comer, para poder bañarte e irnos a dormir.


***


Dejó caer el shampoo en el cabello del contrario, para después comenzar a masajear su cabello con cuidado y cariño, haciendo que se relajara.

-¿Te gusta el masaje?- Preguntó, recibiendo un asentimiento como respuesta.

Jimin estaba sentado en la tina, el agua con espuma lo alegraba por completo, además del masaje que le hacía Jungkook para poder limpiar mucho mejor su cabello.

Desvió su cabeza, y miró la pared a un costado de él.

La misma que hace días se encontraba manchada de sangre, ahora apenas tenía rastro de ella, solo estaba un poco manchada.

Y en su cara se dibujó una mueca de dolor y pena, al recordar todo lo que había pasado.

-¿Qué ocurre?- Preguntó, al ver como el estado anímico del contrario había cambiado tan de pronto. Giró su cabeza hacia el mismo lugar donde Jimin miraba y entendió qué ocurría -Jiminie, no fue tu culpa. Fue un accidente.

El nombrado negó, haciendo que un poco de espuma saltara hacia los costados.

-Bien, ya sé que no fue un accidente. Pero lo que quiero decir es que no es tu culpa lo que ocurrió.

Se encogió de hombros, volviendo a distraerse con la espuma del agua.

Tomó el mango de la ducha y lo puso sobre la cabeza de Jimin, dejando que el agua corriera suavemente y así poder limpiar mucho mejor la espuma del shampoo.

Cuando no hubo rastro de ella, fue el turno del acondicionador.

-Mañana tengo que ir a la policía temprano, así que te dejaré durmiendo. También dejaré el desayuno preparado para que no te esfuerces por tus manos. Aunque sabes qué cualquier cosa que ocurra puedes llamarme y vendré corriendo. 

Asintió, y se giró a sonreírle, agradecido de todo lo que hacía por él.

Cuando terminó de bañarlo, lo ayudó a salir de la tina, y lo secó. Lo llevó a la habitación mientras llevaba el secador en su mano. Al llegar a la habitación, lo sentó en la cama y comenzó a secarlo, porque Jimin se resfriaba si se acostaba con el cabello húmedo.

Cuando terminó, salió de la habitación en dirección al baño.

-Muy bien, tu cabello ya está seco, así que es hora de dormir- Volvió a la habitación, después de dejar el secador de cabello en el baño -Vaya, ya estás acostado, eso no lo esperaba - Rió -¿Ya decidiste qué película veremos?

Señaló el televisor, y se giró a observarlo.

-Shrek, me encanta- Corrió a la cama y se arrojó en ella, acomodándose junto a Jimin bajo las mantas. El mayor rió y le dio play a la película.


***


La alarma de su teléfono sonó, despertándolo.

Abrió primero un ojo, y estiró su mano para apagarla.

Y al girarse, sintió el frío de la soledad.

Se sentó en la misma, y giró su cabeza hacia ambos lados.

Pero no encontró a nadie.

Entonces todo el peso de la realidad cayó sobre sus hombros.

Se levantó rápidamente y salió de la habitación, dispuesto a tomar desayuno. Se preparó lo más simple que pudo, sin ánimos de cocinar realmente.

Hoy debía ir a la policía a declarar...

...Sobre la muerte de Jimin.

Porque Jimin ya no estaba junto a él.

Y no lo estaría más.

Recordaba aquél trágico día en donde llegó a casa, encontrando la puerta principal abierta. Al ingresar, encontró todos los muebles desordenados, faltaban algunas pertenencias de ambos y sobre todo, faltaba Jimin.

Lo buscó por todos lados, encontró sangre en varias parte de la casa, hasta que llegó al baño.

Jimin estaba en el suelo, en un gran charco de sangre.

Se arrodilló a su lado, tomó la cabeza del mayor en sus manos solamente para darse cuenta de que no había vuelta atrás.

Jimin estaba muerto.

Mostraba tres cortes en su cuello y una herida en su rodilla.

Pero lo que más le dolió, fue ver el rostro de sufrimiento de Jimin, inmortalizado para siempre.

Y lo frío que se sentía su cuerpo, antes lleno de vida.

Parpadeó varias veces seguidas volviendo a al realidad, alistándose para salir de casa.

Dejando atrás nuevamente, encerrado entre las cuadro paredes, el alegre recuerdo de Jimin corriendo a saludarlo cada vez que llegaba.

Fin.

ONE MORE DAY ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora