Ni la muerte podra tocarte (Editando)

A new beginning

-No esperaba menos de ti- dijo Isaac acomodándose en su lugar -bien, entre más rapido resolvamos esto mejor- mire a Liz, ambos estábamos listos para escuchar lo que sea que nos fuera a decir.

-Como ya deben saber- continuó Isaac -su madre está en espera de un duro juicio- me miro -los documentos que encontraste en su oficina no eran ni la mitad de todos los fraudes que cometió, no podrá librarse de todo como ella cree. También inicie el trámite de divorcio, y aun que estoy obligado a darle dinero no será suficiente para ayudarla a escapar de prisión o para que pueda mantener el estilo de vida tan extravagante del que siempre gustó- miro a Liz -en cuanto al asunto del hospital todo está resuelto, como inversionista principal, mientras yo viva no le faltará nada. Además, no hay necesidad de mantener un compromiso con el que yo no estaba de acuerdo e incluso  desconocia- al escuchar esto, Liz no pudo evitar sonreír, incluso se lanzó a los brazos de mi padre, parecía realmente feliz.

-¿Que esperas para ir a contarselo a tu novio?- le dije, ella se sonrojo y después de pedir que la disculparamos un momento se alejo a toda prisa con su celular en la mano.

-¿Novio?- pregunto Isaac con curiosidad.

-Si, yo tampoco se mucho. Pero creo por eso la mandaron al extranjero ¿No?-

-Supongo que tendré que hablar con Liz al respecto, lo que Grisell me dijo fue que ella quería estudiar en el extranjero y que tenía una gran oportunidad-

-Mas mentiras como era de esperarse- murmuré.

-Y supongo que aún nos falta descubrir mas- suspiro Isaac -¿Liz sabe lo de tu tío?-

-Realmente no lo sé, no hemos hablado mucho desde que llegó-

-Lo siento- dijo y quedé realmente sorprendido, no esperaba una disculpa de su parte -realmente deje que esa mujer destruyera todo-

-Todos fuimos parte de su maldito juego-

-Pero era mi responsabilidad, todos eran mi responsabilidad- se quedó en silencio unos segundos -ni si quiera logro entender como la dejé manipular todo- suspiro -no puedo creer que no me dijera de la muerte de mi propio hermano-

-¿En realidad no sabías nada?-

-Yo creí que él me odiaba y no quería saber nada de mí, muchas veces intenté contactarlo pero no pude- se escuchaba realmente dolido -debio haber muerto odiandome ¿No es así? Cuando más me necesito lo abandone-

-No era tu intención- me acerque, nunca lo había visto tan herido -él siempre hablo bien de ti, hasta en sus últimos momentos no dejaba de recordar las cosas que hicieron juntos- lo mire y por primera vez en mi vida vi una lágrima salir de sus ojos.

-¿Sufrió mucho?- su voz se quebró.

-Me asegure de que pasara sus últimos días lo más cómodo posible- puse mi mano sobre su hombro -él nunca te odio, nunca odio a nadie- murmuré.

-Él siempre fue así- su mirada parecía pérdida -siempre tuvo corazón para perdonar cada una de mis estupideces, aunque no lo mereciera-

-Fue un gran hombre, siempre me decia que no guardara rencor qué uno nunca conoce la historia completa y tenia razón- me recosté en la silla -yo los odie mucho tiempo, no podía creer que me hubieran abandonado, pero me equivoqué-

-Jim me comentó las consecuencias del accidente, dijo que fue una suerte que no murieras-

-Pero fue muy difícil seguir adelante, aunque mi tío me apoyo no era mi padre- lo mire -pero estoy bien, ahora lo estoy-

-Si tan solo me hubiera dado cuenta antes- murmuró.

-No importanta, el presente es hoy y si queremos cambiar algo hay que hacerlo ahora-

-¿Serías capaz de perdonarme?-

-No fue tu culpa, no hay nada que perdonar- sonreí -ademas no puedo dejar a mi hijo sin conocer a su abuelo-

-Abuelo- sonrió -creo que me siento un poco más viejo- río.

-No te sientes, es la realidad- reímos.

-Creí que los traerias a cenar con nosotros-

-Eso quería, pero Rachel dijo que lo mejor sería que habláramos solos y arreglaramos las cosas-

-Fue muy prudente de su parte, me agrada-

-Es una mujer maravillosa y muy fuerte, a pesar de los problemas que ha tenido sigue de pie, sonriendo-

-No puedo esperar para conocerlos-

-Veo que están más animados- dijo Liz volviendo a tomar su lugar en la mesa.

-¿Y qué tal tu novio?- dije en tono burlón y Liz se sonrojo.

-Yo también quisiera saber- dijo Isaac.

-Pues él quiere hablar contigo- le dijo Liz -quiere pedirte permiso para salir conmigo de una manera adecuada y no a escondidas-

-Seria bueno arreglar una reunión para conocerlo- me miró -y también conocer a mi nieto-

-Eso sería maravilloso- dijo Liz.

-¿Reunión? ¿No me digan que tendré que vestirme de pingüino de nuevo?-

-Tal vez algo más familiar y menos formal te agradaría más- dijo Isaac.

-Eso sería mejor- dije.

-El clima está agradable, podríamos solo comer en el jardín de la casa, junto a la piscina- propuso Liz.

-Por mi esta bien- dije.

-Bien, ¿les parece el próximo fin de semana?- dijo Isaac y ambos asentimos.

Después la conversación se tornó aún más agradable, hablamos de los buenos recuerdos que teníamos juntos, los que esa maldita mujer no logro arruinar. No recuerdo cuando fue la última vez que la pase tan bien con mi familia, ni siquiera recuerdo la última vez que estuvimos juntos. Pero todo se ve mejor, parece que las cosas van por un buen camino. Después de todo, todos nos merecemos la oportunidad de un nuevo comienzo.

Disfrute la cena más de lo que esperaba, Liz decidió quedarse con Isaac, después de todo era su casa. El chófer me llevo al hospital, pues aunque me había escapado por un rato aún no me daban el alta. No era que estuviera muy herido, es solo que le pedí a Jim estar ahí hasta que mi amada pudiera salir, no quiero separarme de su lado nunca más.

Llegué al hospital y me dirigí a mi habitación. Al entrar vi a mi amada mirando por la ventana, al escucharme se giró, pude notar como se limpiaba las lágrimas de sus ojos, rápidamente me acerque y la tomé entre mis brazos.

-Tranquila, todo estará bien- le susurré mientras acariciaba su cabello.