save me

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El banco de la estación de tren subterránea era frío. el viento que pasaba por los túneles se liaba entre mis cabellos y ponía de puntas mi piel, sin embargo, era de cierta forma, bueno. era infinitamente bueno porque la sensación que tenia era de pureza.

Siempre era así.

Mi nombre es Kim Namjoon y soy un desgraciado.

Bastaban dos o tres acontecimientos malos, media docena de palabras no muy atractivas, algunos pensamientos un tanto auto destructivos y allí estaba yo nuevamente, tirado en los bancos de la estación de tren. como un objeto abandonado.

La comparación con un objeto abandonado es aun, un tanto graciosa. yo era mi propio dueño y yo mismo me abandonaba allí, después de sentirme abandonado por el mundo. y yo me abandonaba allí en una esperanza de que, observando a las personas y sus caminos aburridos, y, a veces ebrios, me encontrase perdido.

Era bueno.

Estar solo.

Pero esa un tanto difícil, en el comienzo, cuando yo llegaba, solo me perdía en medio de la multitud, después  me forzaba a salir de mi propia cabeza, demandaba cierto esfuerzo.

Entonces era así.

Yo observaba, sintiéndome tan distante, las personas detrás de mi hablando sobre sus vidas y sus cosas. Yo veía a mi padre esforzándose cada día mas y corriendo detrás de un objetivo inalcanzable de sostener, yo y mi hermano mayor. veía a mi madre, distante, ahogándose de un modo repugnante en mierdas que, para mi, no tenían ningún valor. Yo veía a mis amigos juntos, conociendo nuevas personas, yendo a lugares geniales, usando ropa genial y pensaba que, mierda, nunca seria parte de aquello.

Porque me siento tan fracasado. me siento así porque estoy preso de una lucha diaria que mezcla mi estudio y mi aburrimiento de mi mismo. me siento una sanguijuela que observa a su anfitrión perder las fuerzas y morir, aguarda a cualquier bacteria descomponiendolo vivo. porque veo veo mi reflejo todo el día y pienso que nunca, en toda mi vida, me voy a sentir bien con lo que veo.

Y entonces corro para acá. A veces, con una botella de cerveza en manos. Veo los últimos rayos del sol entrando por la escalera que lleva a la parte externa. veo a las personas saliendo de sus trabajos y yendo a sus casas, cansadas, angustiadas de tanto correr sin rumbo solo para morir después. Veo a las personas de mi edad entrando en los trenes y encontrándose con otros jóvenes, a veces sin dinero, solo saliendo por la noche en busca de alguna historia genial para contar en veinte años. 

Y yo me quedo allí, toda la noche intentando observar la belleza en las cosas simples. Como aquel chicle pegado en el bote de basura. la pintura borrada del suelo de la estacion. las luces blanco colgadas del techo, las ropas volantes y el comienzo de las noches que, para algunos, son inolvidables, pero, para otros, son solo noches.

Esa noche, sin embargo, fue diferente. porque entre un tren y otro que se alejaba, yendo en direcciones opuestas, te observe allí, sentado del otro lado de la plataforma.

Vestías jeans negros y rasgados, zapatos también negros, una camiseta de mangas largas y chaqueta azul. algunas hileras azules se destacaban en medio de su cabello oscuro, balanceándose con el viento del túnel.

Esta vez fue diferente porque yo me vi en ti. Porque parecías tan abandonado como yo. Y, de repente, no me sentí tan solo.

Sus piernas dobladas sobre el asiento sostenían tus brazos, colgados sobre los codos. Tu rostro estaba cabizbajo, como si mirases dentro de ti mismo, buscando alguna cosa que ni siquiera existía. 

Te miraba sin parpadear, cuando levantaste el rostro y miraste en mi dirección.

Y mi corazón hablo al ver el contraste entre los trazos bonitos y delicados de tu rostro y el el corte rojo que atravesaba tus labios, curvados en una fina sonrisa de sarcasmo.

ɪ'ᴍ ꜰɪɴᴇ​  .   namgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora