Despertó, una leve luz que atravesaba un agujero le apuntaba directo al párpado. Refunfuñando, se sostuvo de una pieza de madera sobresaliente del techo mientras buscaba bajar despacio de la hamaca, la cual estaba llena de parches, y el olor a humedad que emanaba casi se podía saborear.
La habitación estaba poco iluminada, aun así, no había demasiada diferencia con el exterior, ya que hacía años que las nubes bloqueaban la vista del sol."Debo tapar ese maldito agujero..." Pensó mientras se colocaba unas botas algo gastadas.
—Bueno, al menos podré traer el almuerzo antes de que mamá despierte.
Ayudado nuevamente por su mano izquierda, deslizó la cortina que dividía la habitación del resto de la casa, saliendo de la misma en cuclillas.
La vista fuera de la casa podría describirse como impactante, aún así, acostumbrado a la misma, su rostro no se inmutó. Desde el principio llevaba una mirada decidida, que junto a su tez pálida y algunos rasgos ligeramente afeminados le daban una atractividad insólita que en cualquier otra circunstancia sería digna de algunos admiradores, pero si uno quitaba la atención de su rostro, podría observar una horrorosa lesión en su mano derecha, Donde el meñique faltaba y llena de cicatrices, con apariencia de haber sido machacada, la mano obviamente había perdido toda funcionalidad.
Las favelas de Río seguían siendo las mismas desde que tenía memoria, e incluso en los relatos de su padre nunca habían tenido ningún cambio, al menos no uno positivo. Chatarra de todo tipo ocupaba la mayor parte de la vista y lo único que consolaba al joven era saber que el gran parte del mundo disfrutaba de la misma visión. Aún así nadie se preocupaba de cambiar algo ya que a fin de cuentas, en algún momento entre los próximos veinte años, todos en esa podrida tierra morirían.
Luego de un tiempo se hallaba nuevamente en la entrada de la casa, había comprado un sándwich pobremente preparado, era consciente de que el pan no pasaría por la garganta de nadie sin beber al menos medio vaso de agua durante el momento en el que se masticaba, pero era todo lo que su dinero podía pagar en ese momento, que hablando de el, había desaparecido con solo esa compra.
—¡Michael! —Se oyó un grito apenas abrió la puerta, era la voz de una mujer mayor la cual segundos después apareció frente a él—, Espero que no hayas robado eso, sabes que no deberías seguir los pasos de tu padre, incluso si pasamos hambre...—Dijo en el momento que vio el sándwich que traía en mano.
—Papá hizo todo por nosotros... —Contestó en voz baja—. En fin, tranquila, lo pagué con el dinero que obtuve ayer vendiendo chatarra, no te preocupes, ahora, ¿donde está mi pequeña princesa?
La señora solo se dedicó a sacudir la cabeza antes de señalar a la primera habitación visible. El joven entró rápidamente y allí una pequeña niña se encontraba aún somnolienta, su cabellera mugrienta y su rostro algo desnutrido no parecían importarle a Michael mientras se acercaba a depositar un tierno beso en ambas mejillas antes de comenzar una guerra de cosquillas. La niña no tardó en comenzar a reír por estas, y en ese momento, entre el forcejeo de ambos, casi cae al suelo. Fue recogida un instante antes por los rápidos reflejos de su hermano, en el cual se podía ver algo de dolor y tristeza, no por un golpe, en cambio, se originaba por el triste destino de su hermana nacida con paraplejia en tiempos tan crueles.
—Cielo, te traje algo de comer, dejale la mitad a mamá mientras el hermano va a trabajar, portate bien.
—Siempre lo hago —Contestó la niña inflando el pecho, solo logrando verse más tierna a los ojos del joven.
—Lo sé, lo sé, pero no quiero ver a mamá molesta cuando vuelva —Finalmente se despidió con un beso en la frente antes de salir de la habitación.
—Mamá, volveré tarde, no me esperes despierta —Gritó mientras salía nuevamente de la vivienda—. No te preocupes, volveré apenas termine con Mauro!
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Cyberpunk Samurái
Science FictionDecidido a redimir sus errores frente a su Señor, un joven y talentoso samurái acaba prematuramente con su vida a través del Seppuku. Cientos de años más tarde, un joven al borde de la muerte hereda sus recuerdos a través de un afortunado y casi inv...