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«¿Por qué no me muero ya?»

En un día tranquilo, esta pregunta me ronda la cabeza, al menos, tres veces al día.

En días como hoy es una pregunta que va en bucle dentro de mi mente.

Mi madre piensa que solo soy una niña caprichosa en una fase difícil. Yo pienso que debo tener una depresión grave.

El imaginar que viviré otro día más, otro mes más, otro año más, otra década más, me provoca una angustia que no creo que sea normal.

Desearía poder suicidarme pero entonces yo habría perdido. Mis amigos se sentirían mal ¿Y mi familia? Bien, a ellos probablemente no les importe. Quiero pensar que aún soy lo suficientemente valiente como para no huír de esa manera.

Hay gente que lo pasa peor que yo en muchas partes. No tengo derecho a quejarme.

Me basta con llorar en silencio cuando nadie me ve y luego salir a la calle con una sonrisa.

Antes no era así. Antes amaba a mi madre y no podía quejarme de la vida que tenía. Desde que su pareja vive en casa esa mujer ya no es mi madre. Me ataca y me hace hundirme cada vez más.

Ella me dijo que este hombre viviría en casa. Que pagaría un alquiler y por eso no me opuse. Pero vino para imponer sus normas y pretender educarme. Este verano mi madre me echó de casa por discutir con él.

Volví un mes después porque mi padre tenía que irse.

No tengo a nadie con quien hablar.

No quiero molestar a mis amigos. Bastante tienen con aguantarme.

Antes le contaba todo a mi madre pero va a hacer un año que no hablamos de nada serio.

No tengo pareja y aunque la tuviera solo molestaría hablando de esto.

ME QUIERO MORIR.

Todo lo que hago está mal. Mi habitación está ordenada y limpia pero no lo suficiente. Nunca es suficiente.

Mi gato entra al salón ¿Qué derecho tienen de impedírselo? Si ese hombre es alérgico es libre de irse. Mi gato estaba antes que él.

Si lloro es culpa mía.

Pensaba que mi padre me apoyaba pero cuando la asistenta social habló con mi madre sobre mi intento de denuncia, la inútil inmadura fui yo.

Sé que no valgo nada.

Así que solo quiero morir.

Pero incluso eso causaría molestias.

Estoy harta.

Estoy sola.

Estoy vacía.

Estoy muerta en vida.

Pero sigo respirando.

Y cada día me bombardean más.

Adelgaza.

Ordena tu habitación (Ya ordenada).

Vigila a tu gato.

No llores cuando es culpa tuya.

Eres una mala persona.

No tienes empatía.

Eres una mala hija.

No eres persona.

Todos mis errores se repiten en mi mente una y otra vez.

Día tras día.

Me aplastan.

Me ahogan.

Yo solo quiero morir.

De verdad que no puedo más.

Finjo ser feliz. Finjo estar divirtiéndome. Finjo estar alegre. Finjo estar enfadada… pero lo único que siento es una frustración profunda porque sigo viva. Porque estoy rota.

Nadie lo entiende.

Muy poca gente sabe lo que implica estar rota.

Estar rota es ser asexual en un mundo sexualizado.

Es ser verde en un mundo monocromático.

Estar rota es que durante toda tu vida las personas que te han importado se hayan ido.

Y que sepas que las que te importan ahora se acabarán yendo también.

Lo único que me ata a este mundo es mi gato.

Es el único que no me juzga.

Es el único que de verdad me ama.

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⏰ Última actualización: Dec 22, 2018 ⏰

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