El Plan De Reiji

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Shu se despertó cuando el sol ya comenzaba a ocultarse por el horizonte. Se desperezo levemente para no despertar a su amor que dormía tranquilamente sobre el con su cabeza recargada en su pecho. El rubio notaba su respiración haciéndole cosquillas pero no quiso levantarse y despertarlo. Se veía tan hermoso durmiendo que seria una verdadera pena. Cuando dormía parecía ser el unico momento en el que olvidaba sus problemas, su odio a si mismo y todo lo que le impedía ser feliz.

Recordó su rostro llorando pidiéndole que se quedara, que no quería estar solo y se golpeo internamente por haber logrado poner en esas condiciones a Subaru. Había hecho que explotara y sacara a la luz todo el sufrimiento que había experimentado toda su vida.

Lo unico que en teoría podría ser bueno de aquello seria que al fin el alvino se había desahogado. Tal vez así se sentiría mejor y mas tranquilo cuando despertara aunque Shu bien sabia que eso no seria así. Sus problemas no habían desaparecido ni mucho menos.

Abrazó por la cintura a Subaru y pego su cuerpo al de el sintiendo su cálida piel tocar la suya sin prendas ni obstáculos que le impidieran sentirle totalmente.

Volvió a quedarse dormido algunas horas mas hasta que oyó la voz de su hermano llamándole en pequeños susurros.

—mmn…cinco minutos mas—suplicó el rubio abrazando aun mas fuerte al menor.

—¡Ya despégate! —se quejo Subaru por la cercanía de ambos cuerpos.

—Ayer no decías eso—Sonrió Shu con los ojos aun cerrados. Apostó que si los hubiera tenido abiertos habría visto a su hermanito sonrojándose.

—Como sea solo quítate tengo que volver a la torre.

—¿Por?

—A por mi daga, me la deje hay.

El rubio suspiro cansado. Soltó de mala gana al alvino y dejo que este se vistiera haciendo muecas de molestia por el dolor de sus caderas. Tal vez se hubiera sobrepasado demás con él anoche, pensó el mayor.

—No tardes mucho—murmuro Shu apunto de quedarse dormido de nuevo.

—Solo será un momento—resoplo algo irritado Subaru, no necesitaba que fueran tras de el como si se tratara de un niño pequeño. No es como si se fuera a perder por el camino, de seguro estaría aquí mucho antes de que su hermano se despertase.

—¿No vas a darme un beso de despedida? —sonrió burlón el rubio alargando su brazo para atraer hacia el al alvino sin tener que levantarse.

Tiró al menor casi sobre el dejando que su cuerpo ahora vestido rozara el suyo aun desnudo, aunque oculto tras las sabanas.

—Es solo un momento, no me voy a ir para siempre. —protesto sonrojado por la cercanía con el cuerpo del mayor.

—Aun así quiero mi beso—exigió Shu acariciando su mejilla con su pulgar.

Subaru suspiro y accedió a lo que el rubio le pedía. Le dio un rápido beso y trato de apartarse con la intención de irse al fin pero Shu lo atrapo y le volvió a besar. Sintió su lengua recorriendo sus labios y como sus dedos se enredaban en su cabello mientras empujaban su cabeza hacia su hermano profundizando el beso aun mas. El alvino se sonrojo cuando noto el miembro de su hermano rozar su entrada sobre la ropa.

—mmn…Shu..para ya —se quejo el menor sabiendo que si le dejaba continuar acabarían haciendo lo mismo que ayer, y no creía que su cuerpo pudiera aguantar otra brutal ronda con el vago de la familia.

—Mas te vale volver rápido o iré a buscarte y te follare contra un cactus.—bromeo el rubio.

—Mas quisieras—rio al alvino abriendo una ventana de la habitación y saltando hasta aterrizar sobre el pasto del jardín.

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(EN OTRO LUGAR DE LA MANSION)


—Es un buen plan, aunque…¿Seguro que funcionará? —dijo Ayato.

—Por supuesto, conozco bien las debilidades de mi hermano. Esta en concreto, se la provoqué yo. —respondió Reiji— Es un plan infalible. Solo tenemos que esperar a que Subaru vaya a la torre de su madre y entonces, Laito, Kanato, ya sabéis lo que hacer.

—Pero si Shu esta dentro…—dudo el pelivioleta abrazando a su oso de peluche.

—Que mas da, no podrá hacer nada ni estando fuera ni estando dentro. —sonrió Laito ajustándose su sombrero en la cabeza. —En el mejor de los casos morirán los dos.

—¿Y como sabremos cuando irá? —pregunto Ayato.

—Dudo que nuestro hermanito pueda estar mucho tiempo sin esto—Reiji mostro la daga de plata de Subaru.—la encontré en la torre, probablemente se la dejó olvidada. Por eso estoy completamente seguro de que volverá a buscarla.

—Entonces démonos prisa o perderemos nuestra oportunidad ¿A que si Teddy?.

La Daga Blanca  (Shu x Subaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora