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Su perdición...Sentía su piel picar y aunque deseaba por más no podía hablar, su cuerpo rogaba lo que su boca no podía, suplicaba por más, era tan masoquista, recibía su castigo no entendía porque su cuerpo rogaba por más, pero de algo estaba seguro, aunque le doliera siempre iba a querer más.

Su cuerpo estaba en un trance, no resistiría mucho y el castaño no quería parar, Taehyung se volvía su perdición, estaba atrapado en él, era su paraíso en el infierno que frecuentaba, pero deseaba llevarlo con él, que lo conozca a pesar de todo  y se llenara de el tanto como él lo hacía

Anhelaba que el peligris pudiera conocer el infierno que lo rodeaba pero temía que la luz que era se apagará, no lo resistiría, se sentía totalmente atrapado y aunque lo aterraba sabia que en un momento debía presentarle su vida, su mayor secreto y lo ansiaba, ansiaba poder presumir de la bestia que se volvió con el pasar de los siglos, quería creer que no lo era, pero por qué negarlo ya no había escapatoria, y el peligris sin darse cuenta cayó en la trampa que la bestia le tendió.

El peligris no notó cuando sin querer le entregaba su vida al castaño que con una sonrisa malévola tomaba de su ser, tomando todo hasta saciarse por completo, pero esto no sucedía, no se sentía satisfecho, quería más, anhelaba más de él.

No sabia desde cuando anhelaba más de él, solo podía seguir tomando de él hasta que se cansará, pero en su interior sabía que no se cansaría. El peligris derrama hilos de sangre de su cuerpo, ansiaba deber de ella pero sabía no pararía, solo podía mirar como este a pesar de sentir dolor pedía por más, le encantaba y con esto confirmaba que tenía toda la confianza puesta en él.

El peligris que sumido en el placer, trataba de regular su respiración, llevaba demasiados azotes en sus glúteos, no recordaba cuantos pero sabia que estaba sensible, con las nalgas más rojas de lo que alguna vez estuvieron y no dudaba de que de estas salia un hilo de sangre.

El castaño se había asegurado de reprenderlo por no seguir sus ordenes, sabía lo que recibiría cada vez que desobedecía, pero no le desagradaba, en cambio, amaba como el castaño hacía que sus pensamientos solo estuvieran puestos en él, toda su mente llena del placer que su cuerpo estaba recibiendo.

Con un ultimo gemido terminó llenando las sabanas de semen, corrientes pasaban por todo su cuerpo, su respiración irregular y su cuerpo sensible, solo hacía al castaño delirar, no deseaba que acabará tan rápido aunque ya llevaran horas en ello, anhelaba que la noche durara para siempre, pero esto solo recordando su larga vida, y lo diferente que era del peligris recostado en su cama.

-Taehyung bebé, levántate, vamos a bañarnos-El peligris lo oía a la perfección pero no quería levantarse, aunque sabía que si no lo hacía recibiría un nuevo castigo, a regaña dientes se levanto, siendo esto demasiado adorable para el castaño.

-Vamos bebé-El castaño le tendió la mano llevándolo hasta la tina, que sin saber cuando, ya estaba en una temperatura regulada.

Se bañaron a gusto, durando más tiempo del necesario, el peligris sumido en las caricias que el castaño le brindaba, al contrario, Jungkook solo buscaba las palabras para explicarle a su acompañante sobre su eterna vida, aunque no le gustaba el hecho, algún día debía decírselo y que mejor antes de que la guerra comenzará.

-¿Vas a decirme?-El castaño sorprendido por la pregunta del peligris, miraba expectante a este.

-¿Co~cómo...-El peligris sonrió de lado, se volteo quedando ahora de frente al castaño, movió sus pernas hasta quedar cada una alado de su cintura, mientras se sentaba en su regazo.

-Kookie, llevas un largo rato inquieto por decirme algo, solo dilo-El peligris tomaba las hebras de la nuca del castaño tratando de tranquilizarlo, pero este, aun estaba confundido, no lograba entender como ese pequeño humano lo conocía tanto, pero le agradaba.

-Emm..Bueno-El peligris miraba sus ojos, sabía que algo obscuro se avecinaba, pero extrañamente no tenía miedo.-Taehyung, no soy alguien bueno, en realidad no soy la persona con quien debas estar, pero algo en mi me dice que te lleve al infierno en que se convirtió mi vida.

-Hazlo-Solo esa palabra falto para que el castaño sonriera de lado.

-Taehyung, en la oscuridad que frecuento se encuentran todo tipo de bestias, siendo yo una de las más temidas,-El castaño miraba cada reacción en el rostro del peligris, esperando al menos un signo de que no debía continuar, pero este siendo tan valiente,-Disfruto ver el dolor, la suplica y no de modo sexual, en una época fui una buena persona debo admitirlo, pero todo se acabo aquella noche de otoño, donde mi vida acabo...

Las calles inundadas de personas, todos escondiéndose de las bestias, cada persona encerrándose en su casa, hasta que llegará el amanecer, pidiendo para que las bestias no olieran el miedo y arrancaran su vida, todas las noches pasaba igual, antes de que cayera el sol las puertas y ventanas estaban cerradas, nadie salía hasta la salida del sol...

Pero esa noche, no alcanzo a llegar, corrió todo lo que su cuerpo podía, pero no alcanzó, antes de poder reaccionar estaba aprisionado, el miedo recorría su cuerpo y el frío calaba por sus huesos, estaba cansado, sus pies dolían y odiaba haberse distraído en aquel lago tan hermoso, que solo se volvió su perdición...El fuerte olor a sangre llegaba a su sistema, sentía nauseas y mareo, no estaba del todo consiente, solo podía escuchar la voz de una mujer, su vista estaba borrosa, pero sabía que no estaba sola

No podía luchar, no podía hablar, se sentía inútil pero ya no podía hacer nada, sabía que moriría...Pero lo que nunca espero es sentir el sabor de la sangre mezclado con algo que no lograba reconocer, luego solo oscuridad, al despertar su cuerpo se sentía ligero, renovado, como si nunca hubiera pasado nada pero sabiendo que en realidad había muerto...

Se volvió la bestia a la que tanto le temía, era el único de su especie, el primero, gracias a aquella mujer que le arrebato la vida, solo deseaba jugar con él así como el lo hacía ahora que sabía podía hacer lo que quisiera, no sentía la vejez y con el pasar de los días se volvía cada vez más fuerte, solo la sangre lo alimentaba, se sentía del asco pero no podía morir y no podía devolver el tiempo, solo podía seguir con la eternidad que nunca deseo...

Desde eso el infierno se volvió su lugar seguro, el único sitio al que pertenecía y en el cual se hundió hasta que no podía más, cada noche se recriminaba el haberse quedado allí, distraído en sus pensamientos, solo cuando levantó la cabeza y noto que el sol desaparecía se dio cuenta de su error y del cual pagaba cada día por toda la eternidad.

El castaño que al haber terminado de contar miraba al peligris en busca de alguna señal, pero este solo tenía la mirada perdida, absorto de todo a su alrededor, hasta que reaccionó mirando los ojos de su acompañante, una sonrisa apareció en su rostro, una que solo confundió al castaño.

-¿No te sorprende?-El castaño frunció el ceño al ver la negación en el peligris.

-No Jungkookie, no me sorprende, solo me siento feliz-El castaño ladeo la cabeza pidiendo una explicación a esto,-Me siento feliz de que confiaras en mi y me dijeras algo que ya intuía, la verdad.-El castaño miraba sus ojos, sabía que no mentía pero no entendía que pasaba en realidad.

-Kookie, desde la noche del baile supe lo que eras, ¿Sabes? Trabajo en una editorial, y supe que el señor Jeon nunca tuvo hijos, al inicio estaba confundido, pero con el pasar de los días me di cuenta lo que eras y no tengo miedo, yo quise estar aquí, yo decidí esto-El castaño no cabía de la felicidad y la confusión, esperaba cualquier reacción menos esta, todo se estaba volviendo muy extraño para él, en primer lugar nunca pensó en contarle toda la verdad al peligris, y ahora no solo le había contado, él ya lo sabía.

-¿Por qué nunca me dijiste?-El peligris sonrió antes de acercarse al castaño y dejar un casto beso en sus labios.

-Porque esperaba que tu lo hicieras-El castaño sonrió llenando de besos el rostro del peligris, estaba feliz y ahora nada ni nadie podía arrebatarle la felicidad de su ser, al menos por ahora...

El peligris solo sonreía, Jungkook pudo confiar en él, al fin le dijo lo que era y aunque sentía un poco de miedo, la alegría dominaba cualquier emoción que se mezclara. Luego de un muy largo baño se dirigieron a la cama, ambos cansados, el peligris debía trabajar y el castaño debía reunirse con YoonGi, el tiempo se acortaba y necesitaban buscar la forma de derrotar a su mayor rival, aunque este ya buscaba la forma de acabarlo...



Blood, Love And Tears⭐KookV ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora