🎅🎄🎁🍬🍫Feliz navidad🎁🎄🍬🍫🎅

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Narrador omnisciente

Las calles de Madrid se empiezan a llenar de decoraciones navideñas, puede sentirse el espíritu navideño adueñándose de la gran ciudad. Los establecimientos en las calles empiezan a decorar sus negocios con bellas, deslumbrantes y grandes árboles, estrellas, figuras de Papá Noel, trineos con renos, muñecos de nieve y demás.

Como casi todas las personas, esta es la época del año, en la que puede sentirse el amor de casi todas las personas, pues a pesar de que es bastante banal, mucha es la gente que tiende la mano a los que lo necesitan, en especial el día de navidad. Pero para ello, aún parece faltar bastante. Para ser inicios de diciembre, todos parecen emocionados y felices.

Las casas son adornadas al criterio de cada familia, pues para algunas la fecha es mucho más importante que para otras, les da mucha flojera decorar, algunos aman la festividad, otros adoran poder decorar y otros sólo presumir.

El caso de la familia Rogel, es el más lindo, pues aman esta fecha, aman poder reunirse con su familia, pasar tiempo juntos, poner los adornos, colocar el árbol, aman sentir la calidez que el ambiente proporciona, pues en toda la ciudad, esa es la sensación, unidad, amor y mucha paz. A pesar de su casa no ser grande en tamaño, lo resulta ser en amor y calidez.

La mañana inicia con los gritos de la más pequeña de la familia, pues llena de aire sus pulmones para gritar por toda la casa que el mes favorito de todos a iniciado y es el día en que los adornos deben empezar a colocarse. Así que con toda la pereza del mundo toda la familia se levanta para poder desayunar y después iniciar la agotadora travesía de adornar absolutamente todo su hogar.

-Ya es diciembre, casi navidad, vamos, vamos, tenemos que colocar los adornos. - Dice la pequeña Isabel gritando y saltando por los pasillo de su casa, mientras sus padres salen de su habitación y su hermano aún se mantiene acostado en su cama, escuchando a su hermana y riendo ante su emoción.

Miguel mira el reloj, marca las 7:30, se pregunta de donde es que esa pequeña de seis años saca la energía, pues él con sus 23 le cuesta levantarse de la cama, dar un paso y tender su cama. Al terminar de arreglar un poco su recamara sale hacía el pasillo, donde el olor a panque de chocolate llega a su nariz, junto al de el café recién hecho.

Baja a pasos lentos, al bajar lo primero que ve es a Isa agobiando a su padre con todo lo que quiere pedirle a Santa en esta navidad. Así que se limita a reír bajo, pasar desapercibido por ambos y llegar a la cocina, donde su mamá prepara el desayuno. Pasa de manera silenciosa, llega a un lado de su madre, quien por estar tan concentrada en lo que hace no nota la presencia de su hijo mayor, así que este aprovecha para asustarla al abrazarla por los hombros.

La mujer da un salto en su lugar, voltea y ve a Miguel conteniendo la risa. -Un día me vas a matara. - Dice volviendo su vista al desayuno.

-Lo siento mamá. - Besa su mejilla como muestra de su arrepentimiento.

-Mejor dime, ¿cómo amaneciste? -

-Bien gracias. - Le sonríe, camina hacía la repisa donde los vasos y platos se encuentran, toma cuatro, uno para cada uno de los integrantes de su familia, los deja en la mesa y mira a su madre. -¿Y ustedes? -

Su madre apaga la estufa, le hace una seña a su hijo para que empiece a pasarle los platos y así poder servir el desayuno, que consiste en un omelette de papa, una rebanada de pan con mantequilla, una taza de chocolate y fruta picada, mientras la mujer acomoda los alimentos contesta sonriente. -Muy bien, estoy muy feliz de que tu hermana se ilusione con la navidad. -

Miguel toma los dos primeros platos, los acomoda en la mesa y asiente. -Si, es algo muy lindo. Además, vienen los abuelos y la familia se reúne, como pocas veces se puede. -

Feliz navidad {Rubelangel} ~One shoot~Where stories live. Discover now