Prólogo

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"La muerte es un desafío. Nos dice que no perdamos el tiempo... Nos dice que nos digamos ahora que nos amamos."

– Leonardo Buscaglia.

Elián:

"La muerte no es la mayor pérdida en la vida. La mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos".

Eso dijo una vez Norman Cousins, un periodista político estadounidense, autor, profesor y defensor de la paz mundial.

Y eso es todo lo que sé de él, no tengo ni idea de cómo murió, como vivía su vida o si alguna vez experimentó morir en vida, como para decir esa frase.

Pero yo sí, sé perfectamente lo que es estar muerto en vida, lo sé ahora, en este preciso momento en que mi hermana, Bianca, me toma de la mano derecha, confortándome, y mi padrastro, César, me toma del hombro, abrazándome, mientras mis sienes laten a un ritmo veloz y constante, mi garganta duele y mi alma y corazón están quebrados por completo.

Los gritos resuenan en mis oídos, como si estuvieran pasando en este momento, y las imágenes se reproducen una y otra vez en mi mente, como una película de terror.

Suelto la mano de Bian y coloco ambas manos en mis oídos, para no escuchar más nada, moviendo mi cabeza hacia atrás y adelante, intentando quitar los pensamientos.

Cierro mis ojos, y bloqueo a las dos personas a mi lado que me piden tranquilidad... Tranquilidad. No puedo estar tranquilo, no voy a poder estar tranquilo nunca más a partir de ahora, de este día.

Esas fotografías no me dejarán tranquilo jamás en mi vida, no desaparecerán:

- Y después podemos ir a comprar una nueva cortina para el baño, porque cierta personita la tiró y ensució toda. - se ríe y me aprieta una mejilla.

- Mamá, por favor, no es necesario que me hagas así... Soy un hombre serio. - vuelve a reír por mis palabras.

- Para ser un hombre serio primero tenés que ser un hombre. - comenta burlona - y vos todavía sos mi chiquito.

- Pero ya no soy más un niño. - me defiendo - tengo quince años, soy un... pre adulto. - se carcajea y se detiene en la vidriera de una tienda de ropa femenina.

- Bueno, señor Elián, usted que es tan grande y adulto, espero que ya esté estudiando para sus integradoras de fin de año. - toma su celular y saca un par de fotos a los vestidos de la vidriera.

- Todo a su tiempo mamá. Tengo dos semanas todavía, y primero tengo que rendir las que no tienen integradora. - digo, observando uno de los vestidos de la tienda - ¿y que se supone que haces?

- Le saco fotos a los vestidos para mostrárselos a tu hermana, y que ella decida cuál quiere para la fiesta de quince de Juli... Si lo elijo yo, corro el riesgo de que no le guste, y ella jamás se va a mover de casa para comprarlo, así que así es más sencillo. - me río.

- ¿Y se lo estás mandando ahorita? - asiente y observa el celular.

- Listo, vamos adentro a comprarlo. - manda y yo la sigo detrás, con todo el resto de las bolsas de compras del día de hoy. Cuando mamá cobra su sueldo, es un peligro.

Luego de comprar el vestido para Bianca, mamá saca su teléfono para responderle a mi padrastro, deteniéndose. Después me observa.

- ¿Qué? - pregunto.

- Te iba a dar la bolsa para que la lleves, pero como estás tan cargado, mejor la llevo yo. - sonríe.

- Porque seguramente el vestido es mucho peso, ¿verdad? - pregunto ironizando.

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⏰ Last updated: May 25, 2019 ⏰

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