La Hija de Sirius Black

Capitulo Dos: Viaje en el Autobús Noctambulo

Y ahora ella se preguntaba en que momento había decidido Aceptar. Como fue que se puso a investigar sobre Harry Potter. Como empezó a leer libros sin parar, relacionado a Hechizos y Magia. Seguramente ahora se estaría tratando de loca, al aceptar tal propuesta. Pero desde que el director se había ido de su casa así y nada más. Había quedado sumida a un mar de pensamientos. Había pensado los pros y los contras que conllevaba esa decisión. Quería vivir tranquila. Pero Dumbledore tenía razón al decir que volverían a buscarla. Y si se quedaba sola, temía el riesgo de que fuera un blanco fácil. Por esa razón, considero que la oferta brindada por el mago de primera clase en la orden de Merlín, era la adecuada. No estaría en peligro si se encontraba en los terrenos de Hogwarts. Además que tendría mucho por aprender, obtener conocimiento inimaginable para ella y libros, los cuales se los devoraría en minutos.

Y quizás pensó que lo mejor era ir con él. No, no era quizás. Estaba completamente segura que era lo mejor. Ya no tenía nada que hacer. Y ahora pensaba que irse a vivir como una Muggle era ridículo y patético. Nadie se libraba de la magia. Además no tenía nada que perder. Y la única persona que tenía, no estaba con ella.  

El problema. No sabía exactamente donde ubicarlo. Iría directamente al castillo de Hogwarts, pero como nunca había ido allí. Le resultaba difícil dar con el camino correcto. Y lo único que Dumbledore le había dicho, era que ella sabría dónde encontrarlo. ¿Pero dónde? Estaba claro que no sabía a lo que se refería. Quizás un lugar al que ella había ido antes. O simplemente tendría que ir a Hogwarts. ¿Pero cómo carajos llegaba?

Así estuvo un buen rato. Estirada en su incomoda cama. Pensando que hacer. La sala estaba en penumbras y el único sonido que se escuchaba era el crujir de la vieja madera como sonoros lamentos. Hasta que pensó en un lugar donde podría preguntar por Dumbledore o al menos que le dieran indicaciones de cómo llegar al catillo Magia y Hechicería. El Callejón Diagon. Estaba segura que allí hallaría respuestas.

Con ese pensamiento en la cabeza. Se levantó precipitadamente de la cama. Logrando que su cabeza diera algunas vueltas, por el repentino mareo. Cuando la cabeza le dejo de dar vueltas, y pudo ver con claridad, o lo que se podía ver a causa de la oscuridad. Miro el pequeño velador en donde se situaba una pequeña ramita de madera. Una Varita con Núcleo de Fibra de Corazón de Dragón, madera de Cerezo, con una longitud de 30,5 centímetros y de rigidez elástica. ___ toma su varita. Se pone de pie y se dirige a un viejo armario de dónde saca una maleta. La pone encima de la cama. Y lo apunta con la varita.

- Bauleo – susurro haciendo que toda sus pertenencias se metieran ordenadamente en la maleta.

Una vez la maleta hecha, Black se puso una chaqueta. Toma la maleta con su mano izquierda. Abrió la puerta  y salió al exterior empuñando su varita firmemente en su mano derecha. El frio viento impactó fuertemente en su cara, produciéndole un leve estremecimiento. Apretó la varita en su mano suspirando. Y con paso decidido empezó a caminar por el húmedo asfalto de Londres Muggle.

Camino y camino hasta llegar a la zona más alejada de esa ciudad. Ese lugar estaba vacío y completamente oscuro. Era una calle completamente desolada. “Perfecto” pensó ella. Alzo un poco la varita.

- Lumus – y una luz blanca y brillante emergió de la punta de la ramita de cerezo. Y en un segundo un autobús estaba en frente de ella. Era de tres plantas. Estaba pintado de rojo y tenía escrito con letras doradas “Autobús Noctámbulo”. La puerta de autobús se abrió dejando a la vista a un joven con un traje rojo. Estaba recargado en el borde la de puerta con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Abrió la boca para dejar salir las palabras monótonamente.

- Bienvenidos al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo o bruja abandonado a su suerte. Alarguen la varita, suban a bor…

- Puedes parar Stan – le interrumpió la pelinegra de ojos azules. El chico, quien era el encargado de recibir y atender a los clientes magos, abrió los ojos al instante en que escucho la voz de Black.