Capítulo 3

2.7K 254 25
                                    

Íbamos camino a un lugar que claramente no sabía, en estos momentos estaba odiando a Joel, si me pasaba algo el culpable sería él por dejarme solo.

Su lujoso y bello auto iba impregnado con su aroma, era imposible no sentirlo, me relajó a tal punto de caer dormido.

- Oye - sentí que alguien movía mi cuerpo - bájate, llegamos.

- Oh claro - respondí sin ánimos.

Al bajar froté mis ojos, estábamos afuera de una casa, seguramente era la de él.

Me hizo pasar, al encender la luz se dejó ver una linda de color blanco con uno que otro detalle, me gustaba.

- ¿Que hacían en ese lugar? - preguntó cogiendo dos copas ¿pensaba emborracharme?

- Mmm...nos irían a buscar pero la persona tuvo un inconveniente y tuvimos que caminar.

- ¿Por qué se detuvieron?

- Tu amigo nos pidió fuego.

- Ten - me entregó una de las copa con un poco de vino.

- Así estoy bien.

- No te estoy preguntando si quieres o no quieres.

Cogí la copa, no iba a contradecirlo y mucho menos en su casa - gracias.

Tenía su mirada en mi, su postura en ese sofá individual con las piernas abiertas mostrando relajo me hacían sentir nervioso.

- Ya vengo - dijo de pronto poniéndose de pie.

Podría salir corriendo, pero ni siquiera sabía en dónde estaba, en el camino debido a su aroma tan pronunciado me quedé dormido y no visualicé el camino.

Su casa me llamaba mucho la atención, no sé porqué pero me sentía cómodo en ella.

Me paré para ver un poco más de ella ¿vivirá solo? No escuchaba ningún tipo de ruido.

Dejé la copa en la repisa de madera para tomar en mi mano un adorno brillante, no sabía que era pero tenía una textura agradable.

- Pensar que fuimos buscando diversión a ese lugar - dijo detrás de mí. Dejé aquel objeto en su lugar para voltear a mirarlo - no saqué la mejor parte pero algo debes saber hacer.

- ¿D-de qué hablas...?

- De que...- me giró pegándome a la pared - la pasaremos bien ¿tenías frío?

- Ya no.

Tomó mi cuello para analizarlo antes de hacer cualquier cosa - no estás marcado.

- No.

Se pegó más a mi frotando su cuerpo con el mío, no duró mucho cuando sentí su dura erección entre sus pantalones.

- Vas a hacer lo que yo te diga.

- No me hagas daño, por favor - pedí.

- Shhh...- susurró tan cerca de mi oído que estremeció mi piel - bájate los pantalones.

- ¿Qué?

- Hazlo - dijo con su voz Alfa. Ante esa voz era imposible negarse por más que uno quisiera, eso estaba siendo una orden que debía cumplir.

Tenía un poco de vergüenza, no lo conocía. Esto no era algo extraño, al no estar reclamado o cortejado por alguien no era mal visto.

Abrió mis piernas inclinándome, sentí sus dedos en mi entrada masajeando un poco.

Rozaba una y otra vez su miembro en mi entrada sin meter ni un centímetro de este.

- Vas a ser mi maldito puto ¿de acuerdo? - solo asentí, no me salía absolutamente ninguna palabra.

Pensé que los Alfa autoritarios y machistas ya no existían, pero estaba totalmente equivocado.

El Indicado - Omegaverse ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora