iBoy Higuel

La Calma Antes De La Tormenta

Un teléfono común fue capaz de hacerme pedazos el cráneo, era un iPhone 3GS de 32GB.
Pesaba 135 gramos, media 115.5 mm x 62.12.3 mm, y en el momento del impacto, viajaba a 150 kilómetros por hora aproximadamente.
Sin embargo, yo no estaba al tanto de esta información en ese momento.
Lo único que sabía, lo único de lo que estaba vagamente consiente era del objeto negro que cayó volando hacia mí toda velocidad, a través del cielo del atardecer y luego....

¡CRACK!

Un flash momentáneo de dolor me cegó...
Y luego, nada.

Una hora antes, yo lo consideraba el día totalmente normal.
Era 12 de julio, hoy iniciarían las vacaciones, las cual yo ansiaba, anhelaba pasar más tiempo con Miguel.
Apesar de que no expreso mucho mis sentimientos, con Miguel me sentía con mucha calidez, esa piel morena pero delicada, ese lacio pero suave cabello, su físico era perfecto ya que no era delgado del todo por que se recompensa en músculos no tan grandes pero si trabajados.
Todo de él era tan exacto y perfecto que podrá decir que fue basado en un boceto de un pintor.

Había conocido a Miguel gracias a nuestra recidencia de edificios en que vivimos, el se volvió mi vecino cuando solo tenía 10 años y el 8 años, el se había mudado por que sus padres se habían divorciado, así que su madre se mudo con el y su primo Marco, ya que Marco era muy unido con el no quiso que lo separan, así que entre la familia lo resolvió quedando en ese resultado.

Al poco tiempo nos hicimos buenos amigos.
Cúando cumli 14 años mi hermano mayor Tadashi salió algo tarde por un pastel ya que mi cumpleaños seria el día siguiente, pero una vez que salio sonriente ya no regreso.

En la noche le llamaron a mi única pariente que me quedaba ya que mis padres habían fallecido por eso mismo el única familia que tenemos es mi tía Cass.

Miguel y Marco estaban en mi casa ya que me divertía con ellos en una partida de un videojuego nuevo como Fortnite que apenas me habían regalado por mi cumpleaños.

La noticia que le dieron le hizo entrar en shock, ella soltó el celular al cual al hacer ruido nos sobre saltamos, ella solo se limitó a llorar, no entiendiamos nada hasta que en medio de lágrimas me dijo lo sucedido.

A pesar de mi dolor me mostré ser fuerte sin importar que pero, me aísle de todos y de todo, pero un día ya no resistí la preción de mi pecho y explote en el peor momento justo cuando Miguel me abrazo, me abrazo cuando menos lo esperaba.

Me abrazo por la espalda, ocultando su rostro lloroso...
A pesar de que eramos solamente amigos, y como todos sabemos los amigos te abandonan cuando les conviene.

Pero el... Sufría por mi, siempre me daba palabras de ánimo, siempre estuvo conmigo, nunca vi que siempre estaba al pendiente de mi...
El lloraba por mi... Desde ese momento me di cuenta de algo, que ese sentimiento que solo sentía con el, que el era especial.
Desde ese día poco a poco le entregué mi corazón, apesar de que sea tan distraído que ni cuenta se ha dado, por eso quiero confesarme este día para que sepa este sentimiento que traigo en mi corazón.

Mientras pensaba en el pasado y un posible futuro, alguien tomo mi hombro y eso me provocó un ligero sobre salto.

-Hiro, sal de tus nubes tienes que ir a tus clases-
Me sonrío amablemente, bufé molesto ya que en este año nos separaron de salón, eso es fastidioso para mi.

-Vamos chaparro, solo hoy vale, es último día de clases así que...resiste-
Me acarisio mi cabeza apesar que odio ese apodo pero adoro el como me mira cuando me acarisia, así que no me queje.

Solo me Limite a sonreír ligeramente, y ha seguirle el paso a pesar de que unos pasillos más adelante nos separamos.

Paso el día rápido y era lo menos que quería pero había llegado el momento en que lo apostaría todo, lo busqué en su salón pero no lo haye así que comencé a recorrer los pasillos, el campo, la cafetería pero no encontré ningún rastro de él, al intentar regresar al salón para iniciar de nuevo mi búsqueda, vi a Marco coqueteando con una chicas de nuevo ingreso así que me le acerque a él.