Es su primer día de clases y Harry esta solo, como siempre. Llega temprano, como siempre. Y observa la puerta mientras sus compañeros entran. Él solo desea que un chico de ojos azules y cabello castaño entre por esa puerta. Pero el sabe que eso no pasará. Porque la cagó, y en grande.
Es el segundo día de clases y Harry solo quiere verlo una vez mas, pero eso no pasará. Se recuerda lo ya ocurrido y quiere morir, como siempre. Pide permiso de salir, va al baño, saca su pequeña navaja del bolsillo y, bueno, ya sabemos que pasa después...
Ha finalizado la primera semana de clases y Harry quiere morir, aunque esto ya es algo habitual. Es 27 de agosto. La peor fecha de todas. Harry extraña a Louis. Quiere ver sus sonrisa. Quiere ver sus bellos ojos azules. Quiere oír su risa, su voz. Quiere tocar su cabello.
Harry llama a ese número tan conocido pero, como siempre, nadie atiende.
Es día de clases y Harry mira constantemente el reloj; solo quiere ir a su departamento y morir. Pero no es tan fácil.
Pasan dos meses. Ya estamos a mediados de noviembre y Harry comienza la cuenta regresiva. Este año sí. Definitivamente sí. Jodidamente definitivo. No pasará más tempo. Está decidido a lograrlo.
Ya es 10 de diciembre, "¡Aleluya!" exclama Harry al viento. Quedan 13 días solamente. ¿Que sorpresa nos tendrá este chico? Bueno, lo único que tenemos es esperar y observar...
20 de diciembre, ¡dios! Los padres de Harry lo llaman, pidiéndole que vaya con ellos esta navidad, pero Harry ni si quiera se molesta en contestar. Pronto tendrá a Louis de nuevo y nada más importará, ¿cierto?
23 de diciembre, el gran día. Harry tiene todo preparado, solo hay que esperar la hora correcta, un pequeño error y toda planificación se iría por la borda, lo que sería imperdonable.
A las 12:30, ya finalizado el 23 y comenzando el 24, Harry entra al baño con su material de trabajo: un gran frasco de pastillas, su navaja y una botella de whisky y, lentamente, cierra la puerta. De cualquier manera nadie lo encontrará, vive solo, nadie tiene su llave, nada que lo detenga... Siente la adrenalina correr por sus venas.
Toma la navaja y comienza a hacer cortes pequeños pero decididos en sus brazos. Toma el frasco de pastillas y el whisky y empieza a tragar. Pierde la cuenta de cuantas ingiere después de la ¿30? ¿35? Espera, ¿a quien le importa?
Harry se siente desfallecer. Pero algo sucede, él lo nota, no esta completamente inconsciente. Escucha su nombre. "¿Louis?" dice en un débil murmullo.
"No cariño, soy mamá, soy Anne. Ya estamos aquí no te preocupes amor"
Harry quiere gritar quiere romper todo, pero no tiene fuerzas, ni si quiera para hablar. Puede escuchar la sirena cerca. "¡NO!-quiere gritar-¡MALDITA SEA! ¡DÉJENME EN PAZ, QUIERO A LOUIS, JODER!" Pero nadie lo escucha, porque de su boca no salió ningún sonido.
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Harry despierta en un hospital. Se siente como una mierda. Una vez más le falló a Louis.
Harry nota que esta solo en su camilla. ¿Debería hacerlo? No cree que a Louis le importe mucho que se haya retrasado un poco, es 28 de diciembre, pasaron cuatro días de su cumpleaños, pero Louis lo perdonaría por que lo ama, ¿no?
Harry se levanta de su camilla y le pone seguro a la puerta, le parece estúpido que dejen los seguros por dentro, es un maldito manicomio, la gente aquí esta loca y se encierra en cualquier momento y se mata. Pero no puede quejarse, porque en ese momento eso lo ayuda a el.
Harry mira a su alrededor y nota que no hay nada que le sirva en ese momento, que estúpido fue, hasta que recordó el baño, ¿que tiene de especial el baño? Bueno, allí hay un espejo, puede romperlo y utilizarlo, ¿y que hizo? Estúpida pregunta, es mas que obvio lo que hizo, él esta ciego de amor.
Tomo un pedazo del cristal ya roto y se quito los vendajes, cerro con seguro la puerta del baño, en caso de que ocurriera algo parecido a la ultima vez y comenzó con su labor. En poco tiempo estaba todo lleno de sangre y su vista empezaba a oscurecerse. Quería dormir. Estaba cerca. Hasta que, ¡OH DIOS MÍO!
Louis, era Louis, SU Louis.
Era la primera vez en mucho tiempo que se veía a Harry tan feliz. De repente, todo el dolor y cansancio que sentía encima se esfumó, y quiso caminar hasta Louis, pero no podía, estaba muy débil.
Louis camino hacia el, tomo su mano y cerró sus ojos.