Querida Mia
Antes de comenzar con esto, estoy segura de que habrás cumplido tu promesa de no abrir esta carta hasta que el joven Falco haya sucumbido al poder del titán mandíbula, sé que eres una persona de palabra.
Para empezar, que en paz descanse el antes nombrado muchacho, ojalá haya sido el último ser querido en haber muerto a manos del poder de los titanes, las dos sabemos que la lista no es corta.
Ya sabes que yo ya formo parte de esa lista, no hay que ser muy listo que digamos. Lo siento, esto no se me da muy bien. Tengo el temor de que mis palabras no puedan expresar todo lo que he sentido a lo largo de todo este tiempo que ha supuesto mi vida, este ha sido literalmente mi intento número cuarenta...
Bien, quizás debería de empezar por el principio entonces, en como todo esto empezó...
Yo no llevaba la vida que Reiner o Porco y su hermano podían llevar... mucho menos la de Pieck o Bertholdt. Vivía con mi padre en un bosque, lejos del distrito Liberio, aún no alcanzo a comprenderlo, pero así era. Mi pasión que tú conociste sobre las artes marciales, y que te aseguro que Reiner también conoció muy de cerca, fue inculcada a mí por medio de mi padre... un maestro marcial.
De niña nunca llegué a preguntarme por qué mi padre me obligaba a hacerlo... simplemente el escuchar sus aprobaciones cuando pateaba a los sacos de entrenar ya me era suficiente, a decir verdad, los ''¡Bien hecho Annie! ¡Esa es mi hija!'' y los ''¡Esfuérzate más hija, da lo mejor de ti'' eran las únicas palabras que intercambiábamos... yo por supuesto lo único que hacía era asentir.
Jamás puse en entredicho la autoridad o los conocimiento de mi padre, si decía que había que hacer algo se hacía y punto, él era mi padre... como no iba a hacerle caso.
Fue cuando tomó la decisión por mí de ser una guerrera. Al principio no pensé mucho en ello, después de todo era una niña de siete años. A los pocos meses, cuando terminé el entrenamiento y fui declarada candidata a guerrero en la misma promoción de guerreros que Reiner me di cuenta de donde me había metido, más bien donde me habían metido.
Conocí a un malhumorado Porco, seguro que tú lo recuerdas mejor que yo... no llegué a conocerlo muy bien. Me comentaste que durante un tiempo Reiner y él se llevaron fatal, bueno, de niños no es que las cosas fueran muy distintas que digamos.
Pieck también formó parte de mi promoción, es una pena que no pueda contarte mucho de ella en aquella época, yo no era la persona más sociable del mundo...
Lo mismo se trasladaba a Zeke y Marcel... pero no a Bertholdt y Reiner.
Al primero de ellos, bueno, no es que nunca le hubiera pillado mirándome nervioso y con las manos sudadas, tampoco es que no me diera cuenta de que se ponía rojo al hablar conmigo. Si te soy sincera siempre lo relacioné con que me tenía miedo, después de todo yo no hablaba con nadie y daba palizas a Reiner mientras entrenábamos...
Todo en mi vida cambió al conocer a Reiner, y la verdad es que nada tenía que ver con la relación que tuviera con él, simplemente el ver la espantosa necesidad que tenía por conseguir un poder titán fue lo que me hizo entrar en razón.
Estaba condenándome a vivir solo trece años más...
Me pasé días y días pensando, pensando como jamás creí que una niña sería capaz... y acabó pasándome factura.
Culpé a mi padre de todo, pensé que lo hacía porque me odiaba, porque yo era su único utensilio para conseguir una buena posición social y poder vivir en Liberio y dejar la cabaña en la que vivíamos... por supuesto todo esto no se lo decía... no me atrevía...
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Attack on Titan {Dualidad} -Reiner Braun-
Fiksi PenggemarEn la guerra no existen el bien y el mal, solo diferentes perspectivas. Reiner Braun era un chico torpe y débil que se acabó convirtiendo en uno de los mayores terrores de la humanidad, en un mundo dominado por los titanes. La trama permanece, salvo...