Me desperté por un sonido muy molesto, moví mi mano por la mesa de noche y llegue hasta aquel objeto, era el celular, me estaba entrando una llamada de Bárbara, mi compañera, me despabile al ver su nombre y conteste enseguida, no le gustaba hacerse esperar, era muy exigente y eso que tenía mi misma edad.
Le conteste el teléfono.
-Villalaz-
-Aquí presente, Castillo-
-En treinta minutos en el café a dos cuadradas subiendo de tu edificio segunda mesa, falda negra y camisa de tirantes blanca, no tardes-dijo para luego colgarme.
Me levante y tome una rápida ducha y me cambie por unos jeans oscuros, con una camisa básica blanca y una bufanda del mismo color del jean, unas botas grises con tres botones negros al lado, un sweater gris largo y suelto, y un bolso del mismo color, con un semanario de plata y una tiara blanca con una luna blanca, me puse brillo, y me delinee los ojos de negro, no era gran fan del maquillaje; no desayune, ya lo haría en el café, o esperaría hasta el almuerzo, Salí del edificio faltando cinco minutos, por lo cual me apure para llegar a tiempo.
Al llegar al café me fije enseguida en las personas que estaban en aquel lugar, totalmente ajeno a lo que sucedía a su alrededor, pero para que alarmarlas, si para eso estábamos nosotros. Camine hasta la segunda mesa, donde se encontraba mi compañera vestida con una camisa básica de tirantes gruesos blanca, una falda negra por encima a dos dedos de las rodillas, y un cinturón marrón con tachuelas doradas de por medio, una pulsera con la luna dorada, la cual es el símbolo de la organización, un sobre dorado y unos tacones bajos de cuero marrón abiertos, a decir verdad se veía bastante juvenil y bonita, nunca pensé verla vestida así.
-Ni se te ocurra hablar-dijo antes de que pudiera pronunciar palabra alguna-Odio vestir así, me siento como una maldita Barbie-gruñó.
-Oye, relájate mini Barbie, ni que fuera tan malo-dije y antes de que hablara hable yo-¿Sabes? Desde ahora te llamare Barbie, es un buen sobrenombre, Bárbara Barbie, me gusta-dije molestándola.
-Ni se te ocurra decir eso Mila- me advirtió con un tono de voz severo.
-Yo solo decía-dije alzando las manos como inocente.
-Bueno, no venimos acá para hablar sobre sobrenombres, así que a trabajar-dijo cortando el tema de conversación.
-¿Qué tienes para mí?-dije rendida.
-Nosotras dirás- me corrigió.
-Sí, sí, nosotras, ¿Qué hay que hacer?-
-Bueno-dijo sacando de su sobre su teléfono móvil-según Roxana, tenemos que ir a...-antes de que me continuara diciendo que debemos hacer llego una mesera.
-Buenas tardes señoritas, me llamo Carla y las atenderé el día de hoy-dijo con voz simpática-¿Qué desean?-
-Mira, será que po...-corte a Bárbara antes de que dijera algo grosero a aquella chica.
-Si mira, ella quiere un perico (café con leche) y yo quiero un pastel de carne con jugo de naranja-dije amablemente.
-Claro, en seguida-
-Carla-dije antes de que se fuera-¿Cuánto se te debe?-
-Serian...-dijo mientras hacia sus cuentas-Serian 12.25 dólares-
-Toma-dije dándole 13 dólares-quédate con lo que sobre-dije con una sonrisa.
-Claro, en seguida sale su orden-dice recibiendo el dinero emocionada.
-Ahora si-dije mirando a Bárbara-¿Qué hay que hacer?-
-Como decía, antes de ser interrumpida-dijo la mirada a fulminando con Carla quien venía con las órdenes.
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Cazadores de Criaturas Mitológicas
Fantasy-Preséntese-dijo aquella voz, tan fria y robotica como siempre -Me llamo Camila Villalaz y tengo 17 años-dije tratando de esconder mi nerviosismo -Explique, desde cuando y que hace aquí- -Estoy aquí desde mis 8 años, estoy siendo entrenada para mata...