Abbie despertó sola en esa gran habitación, cómo lo había hecho por varios años, bajó a la cocina a prepararse su chocolate y le envío un mensaje a Matt,
Hola, ¿estás Bien?
Se sentía mal por las confesiones de la noche anterior y ver tan vulnerable a Matt
Bien. ¿Desayunamos?
El corazón de Abbie dio un brinco al saber que estaba bien y el de él también cuando ella aceptó su cita. Preguntó:
¿En el centro comercial cerca a tu casa?
Ella contestó:
Sí, dentro de media hora ;)
Corrió a arreglarse pero se llevó el susto de su vida al encontrarse en la puerta a Óliver, estaba con su traje azul oscuro impecable.
-Casi me infartas- dijo.
-Disculpe- respondió Óliver con un tono indescifrable, ¿Estaba molesto?.
-Antes de que digas algo, lo siento. Sé que te dejé tirado allá pero bueno... estoy bien- él solo asintió.
-El señor Gosling quiere comunicarse con usted, señora- informó.
-Amm... lo haré en un rato. Gracias, Óliver- corrió a arreglarse y desde su habitación llamó a un taxi, no quería que la siguiera, mucho menos que informara a su esposo lo que estaba haciendo o por hacer... Cuando estuvo lista busco a Óliver en la sala pero no estaba; así que caminó rápido hasta la puerta.
-Señora, si usted quiere, la puedo llevar- se ofreció Óliver, asustándole otra vez; ella sabía que la seguiría de todas formas así que le dijo:
-Solo voy a la casa de en frente a reportarme con mi Jefe- Óliver la miró desde la casa pensativo y cuando pasaba la calle, ella corrió hasta un taxi.
-¡Señora Gosling!- gritó, pero Abbie ya no lo escuchaba. Corrió hasta el primer auto y se dispuso a seguirla, comunicó a Maía que estaba intentando huir de él, que estuviesen atentos. Oliver se dirigió hacia la camioneta y fue tras ella. Desde lejos vió que Joshua llegaba al centro comercial y se tranquilizó, esperando en la camioneta para cuando Abbie quisiera irse y le dijo a Maía que todo estaba bien. Lo que no se imaginó él fue con quien estaría.
No imaginó que podría perder de vista a Óliver, se sentía una fugitiva de la ley, espera que le envié un mensaje Matt para saber qué está en el centro comercial y cuando lo hace va al café.
-Hola- dice Abbie y él le regala una gran sonrisa, como si no hubiese pasado nada.
-Hola, Abb..Abbie- dice él y ella sonríe. Mientras observaba su rostro, veía ojeras oscuras debajo de sus grandes ojos, sus labios rojos, ha estado llorando y sin filtro dijo
-No quiero que estés fuera de mi vida- Matt la miró directamente a sus ojos intentando descifrar el significado de esas palabras, ¿esperanza? ¿lástima?.
-No quiero hacerlo- dijo con total sinceridad. Se quedaron mirando fijamente por un largo tiempo; pensando en la semana que habían pasado juntos, había sido una gran semana para ambos pero Abbie tenía que aclarar sus sentimientos. En un momento Matt desvió su mirada, lo que llamó la atención de Abbie y siguió su mirada
-Ese...ese es Joshua- dice Abbie en un tono imperceptible y bajo.
-Creo que sí, quizá vino a comprar algo que necesit...- Matt no puede terminar la frase hasta que lo ve saludar la rubia de ayer, se queda sin palabras pero no aparta la mirada de Abbie. -Abbie...quizá es solo una amiga- dice en tono dulce, tratando de alivianar las cosas.
-Amiga, ¿amiga?; duerme en su casa, teniendo la suya aquí mismo, me dijo que tenía que trabajar Matt, he pasado tres años dejándolo realizar su sueño y no sé por cuánto tiempo ha estado haciéndome esto.- no quería llorar frente a Matt de nuevo así que intentó ser fuerte. Joshua y Maía llegaban al mismo café que ellos y tomaron una mesa donde no los observan muchas personas; Espero a que Joshua hablara con Maía, hasta que los dos se levantaron de sus sillas en el café, Abbie también se levantó y los siguió junto a Matt, estaba muy callado, él también quería saber qué pasaba y si Joshua era tan idiota de hacerle algo así al amor de su vida. Llegaron al estacionamiento y Joshua le abría la puerta del auto cuando Abbie no pudo aguantar y enfureció.
-Veo que tienes una gran debilidad por las rubias, qué gran carrera en el fútbol estás consiguiendo- dijo Abbie sin reflejar ninguna emoción en su tono. Joshua se colocó pálido ante su presencia y no podía articular palabras coherentes.
-Abbie, espera, no es lo que estás pensando- finalmente dijo Joshua.
-¡Por eso te quedas a dormir en su casa!- gritó dolida, empujándolo para que no la toque.
-¡Tu estas con este idiota, en nuestra casa, joder!- dijo enfadado y apuntando a Matt que no había querido meterse entre ellos.
-Hey, nosotros no hemos...- comenzó a decir Matt pero Abbie lo interrumpió.
-¿eso es lo que tienes que decir? Vete a la mierda, Joshua- comenzó a caminar para huir de nuevo, volviendo a sus hábitos.
-Espera, espera...Maía y yo....- Abbie miró a Maía y los recuerdos llegaron en ráfagas despiadadas en su mente.
-La chica del baile- susurró, recordándola...su vestido, era más hermosa aún de lo que la recordaba, sintió más rabia aún -Que casualidad que hagas parte de su pasado, no le gusta dejarlo atrás, mírame- le dijo a Maía. Sabía que sus palabras le dolieron a Josh y por ello las decía.
-Oye, oye...- dijo Maía pero de nuevo interrumpió Abbie.
-Ni siquiera sé por qué te casaste conmigo, mírala a ella, a Martina, no tenemos absolutamente nada en común- se agarró el cabello como signo de frustración -Sabes... te dejo el camino libre, puedes hacer lo que quieras, así como lo has hecho en nuestros años de matrimonio- dijo Abbie corriendo hasta el auto de Matt, Óliver todo el momento estaba tras ella pero no quiso interferir ya que su jefe no quiso decirle la verdad a Abbie.
-Abbie, déjame explicarte todo, por favor- dijo Joshua mientras ella subía al auto. -Vayamos a nuestro hogar y resolvamoslo- ella sonrió sin emoción alguna.
-Ahora es sólo tu hogar- le hizo una señal a Matt para que arrancara el auto y se marcharon. Joshua corrió hasta su auto pero antes le dio una orden a Óliver.
-No dejes que se vaya de casa- él asintió y la siguió.
-No lo negó- le confesó a Matt mientras iban camino a casa por sus cosas, él solo guardó silencio.
ESTÁS LEYENDO
Mi Primera Opción (Editando)
Teen FictionToda mi vida he luchado para ser la primera opción que tengan las personas, que si quieren desahogarse piensen primero en mi, si estamos en una fiesta que sea la primera opción para bailar, no seguir siendo la que cuida los bolsos mientras los demás...