El cultivo olvidado de regar, cuya esperanza es ver si ha llovido.
Se refugia en los charcos que se forman en la plaza, testigos de mis noches en vela, deudas del disfrutar de tu mirar, ojeras.
La dejadez con la que los árboles se desprenden de sus hojas, caras vacías caminando por calles llenas de luces y una máscara que sonríe falsamente.
Las dudas se ahogan en tinta, y en la prisión que llaman cerebro, se sincera mi alma con el verso.
Y no se si en lo cierto o
en mi delirio condenado a enloquecer soy, si mas cercano del tormento que de tus besos me siento.Y aunque con un poco de agua, otros versos ensuciarían esta hoja, estoy mas cerca del lamento que del enfrento.
Pues adicto soy, al recorrido de mi mano por los lunares de tu mejilla, excusándose con caricias.
Adicto al entonar de tus palabras, a pensar en tu caminar y al andar de tus pensamientos.
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Versos esqueléticos
PoetryQuién dijo que los esqueletos no sangran? Illustration by @skull-heads